Málaga se prepara para la llegada de su tercer hospital, un proyecto largamente esperado que promete transformar la sanidad en la provincia. Sin embargo, el camino hacia su construcción no está exento de desafíos. La Consejería de Salud y Consumo ha dado el visto bueno al estudio de viabilidad de la concesión de las obras de los aparcamientos, pieza clave en el engranaje de este ambicioso proyecto. Publicado hoy en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), el documento final llega tras un minucioso análisis de las alegaciones presentadas por las empresas Acciona Concesiones SL, Sando Construcciones SL y Vialterra Infraestructuras.
Las alegaciones presentadas por las constructoras no han pasado desapercibidas. Se centran, principalmente, en la viabilidad económica de la concesión y explotación de los aparcamientos, así como en la incertidumbre generada por los plazos de ejecución de la infraestructura. Las empresas expresan sus dudas sobre la rentabilidad de la inversión, especialmente considerando la complejidad del proyecto y las potenciales interferencias con otras obras en curso, como la extensión de la línea 2 del metro de Málaga.
Uno de los puntos más controvertidos es el plazo de ejecución de la fase uno, que comprende la construcción del edificio de aparcamientos. La Junta mantiene un plazo de 15 meses, mientras que las constructoras solicitaban hasta un año adicional, argumentando la complejidad de la obra y la necesidad de gestionar la presencia de agua en el terreno, así como la obtención de las licencias y permisos pertinentes. Respecto a la construcción del edificio hospitalario, las empresas consideran imposible realizarlo en 46 meses y piden su extensión hasta los 60, lo que la Junta ha ratificado y que, por cierto, era el plazo que ya se manejaba. La inauguración del complejo se prevé para el año 2032.
La construcción del tercer hospital se articulará en tres fases diferenciadas. La fase cero, ya en marcha, contempla la ejecución y explotación de un aparcamiento provisional al aire libre con capacidad para 650 plazas. La fase uno se centrará en la construcción de un edificio de aparcamientos de siete plantas sobre rasante y tres bajo rasante, que albergará 839 plazas de estacionamiento. Finalmente, la fase dos consistirá en la construcción del edificio del hospital en sí, con cuatro niveles bajo rasante y once sobre rasante, sumando un total de 1.767 plazas de aparcamiento.
La Junta de Andalucía, tras las correcciones efectuadas sobre las alegaciones, reafirma su compromiso con el proyecto y ordena la publicación del estudio de viabilidad definitivo. Ahora, queda por ver si las empresas constructoras optarán por interponer un recurso potestativo ante la Junta o, directamente, un recurso contencioso-administrativo en el juzgado. El futuro del tercer hospital de Málaga sigue en el aire, pero la publicación de este estudio de viabilidad marca un hito importante en el camino hacia su materialización.
El largamente esperado tercer hospital de Málaga, más que una solución sanitaria, parece destinedo a convertirse en un monumento a la burocracia y la dilación. Que el estudio de viabilidad de los aparcamientos sea noticia, y que las alegaciones giren en torno a la rentabilidad de los mismos, resulta sintomático de una gestión que prioriza la lógica del mercado por encima de las necesidades de los ciudadanos. ¿Realmente necesitamos un mastodonte de hormigón con más plazas de aparcamiento que camas? La consejería de Salud debería replantearse si este modelo, basado en la concesión y la supeditación al beneficio empresarial, es el más adecuado para garantizar una sanidad pública, universal y de calidad.
Más allá del debate sobre la viabilidad económica de los aparcamientos, preocupa la proyección temporal del proyecto. Inaugurar un hospital en 2032, con las necesidades sanitarias actuales y la constante evolución de la medicina, parece una broma de mal gusto. ¿Qué sentido tiene aprobar un proyecto que, para cuando se materialice, posiblemente esté obsoleto? Es imprescindible agilizar los plazos y, sobre todo, repensar el enfoque. Se necesita un hospital adaptado a las necesidades reales de Málaga, y no un proyecto faraónico que beneficie a constructoras y retrase, de manera incomprensible, la mejora de la atención sanitaria en la provincia. Es hora de priorizar la salud de los malagueños por encima de los intereses económicos.
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