Escribe un breve titular informativo y llamativo sobre: «
El avance de Málaga no se puede parar por la falta de infraestructuras pendientes desde hace años. Esta es la advertencia que lanza la sociedad civil malagueña, a la luz de los resultados del extenso informe publicado por SUR el pasado domingo, en el que se refleja que la provincia necesita 12.000 millones de euros en inversiones, ante el reto de una población que no para de crecer. Como término general, el aeropuerto, la movilidad ferroviaria y el agua son los temas vitales para la mayoría de los consultados; a los que se añaden el caos viario, la estabilización de las playas y la vivienda asequible.
«Los poderes públicos no son conscientes de que las infraestructuras son vitales para el crecimiento social, económico y de la sociedad; no estamos pidiendo cosas imposibles, sino generar calidad de vida y actividad económica y empleo, y faltan muchas que son esenciales para impulsar la productividad de la provincia», es la reflexión inicial de Javier González de Lara, presidente de los empresarios andaluces y malagueños. «No podemos quedarnos atrás: necesitamos de las administraciones compromisos firmes de ejecución, no basta con estar interesados, sino asumir compromisos de financiación, y con coordinación institucional».
En la misma línea, interviene Javier Hernández, vicepresidente ejecutivo de la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos). «Tenemos mucha proyección de gente que quiere venir a vivir, pero no puede ser insoportable para el que ya vive y para el que nos visita; falta gestión, planificación e inversión, y no tenemos avances a corto plazo para atender la demanda residencial y laboral de la Costa». Al respecto, el empresario hotelero recuerda que en los últimos Presupuestos del Gobierno (2023), la provincia estaba en el puesto 51 de 52, y encima se han prorrogado. «Somos los penúltimos, y dada la evolución de la provincia a nivel empresarial, tecnológico, de innovación y sobre todo turístico, visualizamos un futuro bastante complicado».
«No podemos permitirnos tener complejos ante las grandes necesidades de inversión para el desarrollo sostenible de Málaga, una provincia pujante y dinámica, en la que la recaudación fiscal del Estado está batiendo récords año tras año, hasta superar los 5.500 millones en 2024, y ha llegado la hora de devolver en inversiones parte de esa recaudación para que el motor económico siga funcionando», sentencia el presidente de la Diputación, Francis Salado.
De entrada, el líder de los empresarios andaluces aboga por centrar el tiro en aquello que «da de comer», y la principal infraestructura es el aeropuerto. «No puede colapsar ni estar condicionado por la falta de inversiones, porque ha vivido un crecimiento exponencial en 20 años», al pasar de 12 millones de pasajeros en 2004 al doble en 2024. «El aeropuerto es absolutamente estratégico, es lo que nos da de comer, 350.000 personas en toda Andalucía viven de él porque es el eje distribuidor del turismo».
«Vamos a lo práctico, con un Gobierno sin presupuesto no podemos pedir imposibles, y hay que hacer ver a Aena la importancia del aeropuerto, que no puede estar pendiente de un hilo. Necesitamos una terminal más amplia que nos dé, como mínimo, una década de tranquilidad». En cambio, sobre el tren litoral, advierte: «No se puede caer en la trampa de los políticos. De eso, no comemos, pero del aeropuerto sí. Ojalá que se cumplan los compromisos, aunque hay un escepticismo total».
Al hilo, José Luque, presidente de Aehcos, afirma: «Si la inversión en infraestructuras como el aeropuerto, agua, movilidad y playas, así como en vivienda accesible no van por delante del crecimiento económico y de turistas, seremos menos competitivos y muchos residentes mirarán al turismo como causa de sus males».
Para el vicepresidente de este colectivo, «el caos de tráfico es preocupante, incluso en enero tenemos problemas y no sólo cuando hay accidentes, desde Estepona a Fuengirola la congestión es continua, y lo mismo ocurre en la parte oriental desde Torre del Mar a la capital». A ello, Hernández suma las infraestructuras hídricas. «Ha caído el milagro y ha habido que desembalsar, pero todavía no sabemos ni la ubicación concreta de la desaladora de la Axarquía; vemos mucha relajación pero la Costa del Sol no puede tener otro verano como el del año pasado, sin agua en las duchas ni piscinas ni riego».
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