Este miércoles, los docentes interinos de primaria y secundaria en Málaga están convocados a una nueva jornada de huelga para protestar contra la intención de la Junta de Andalucía de ofrecer cerca de 8.000 plazas en oposiciones este verano. La movilización, impulsada por el sindicato Docentes Por la Pública, se une a la iniciativa previa del sindicato IIDEA, que ya había promovido un paro la semana pasada. Las organizaciones llaman a la resistencia ante lo que temen podría convertirse en un “efecto llamada”, atrayendo aspirantes de otras comunidades autónomas en un momento en que numerosas regiones no están preparando oposiciones.
En la provincia de Málaga, se estima que alrededor de 4.000 docentes interinos se verán afectados por esta convocatoria. Aunque la Delegación Provincial de Educación reporta que la semana pasada solo un 0,3% del claustro se unió a la huelga, desde IIDEA cuestionan esta estadística, afirmando que muchas ausencias no han sido contabilizadas debido a justificaciones previas de los interinos que decidieron no presentarse a clase.
La Declaración de intenciones del colectivo interino también se basa en la creciente sensación de arbitrariedad en el proceso de selección para obtener plaza. Los educadores manifiestan que el “factor suerte” puede determinar significativamente sus posibilidades de éxito en las oposiciones, dependiendo de la composición del tribunal evaluador. Este aspecto resalta una preocupación profunda sobre la equidad del proceso y la habilidad de los aspirantes, ya que las circunstancias pueden variar drásticamente de un examen a otro.
A pesar de las críticas de los sindicatos, algunos sindicatos mayoritarios han expresado que las plazas a concurso son mínimas en comparación a la necesidad real del sistema educativo, lo que provoca fricciones entre los diversos colectivos de docentes. En este momento, la convocatoria oficial de las oposiciones aún no se ha realizado, y está siendo objeto de debate en la mesa sectorial de Educación. Fuentes oficiales aseguraron que la hoja de ruta marcada por la Junta de Andalucía permanecerá inalterable, desoyendo las protestas de los interinos.
Así, el clima en el ámbito educativo se torna tenso, con un creciente clamor de los interinos que exige que sus voces sean escuchadas y que se tomen en cuenta sus inquietudes. La huelga del miércoles promete ser un nuevo capítulo en esta lucha por la justicia en el acceso a la función pública docente en Andalucía.
La nueva huelga de los docentes interinos en Málaga ante las oposiciones anunciadas por la Junta de Andalucía revela un descontento profundo que no solo se limita a la convocatoria de plazas, sino que también pone de manifiesto la inseguridad laboral que enfrenta este colectivo. Alrededor de 4.000 interinos se sienten amenazados por la posibilidad de un “efecto llamada” que podría masificar un proceso ya de por sí complejo y, en muchos casos, percibido como arbitrario. Este contexto genera inquietudes sobre el futuro profesional de quienes han dedicado años a la enseñanza, pero que ven su esfuerzo descompensado por un sistema que no garantiza equidad en el acceso a la función pública. La crítica a la falta de transparencia en los criterios de selección sólo añade combustible a un fuego que ya quema en el ámbito educativo, donde el talento y la dedicación parecen secundar a la aleatoriedad del proceso evaluador.
Además, resulta preocupante la desarticulación que parece existir entre los distintos sindicatos, algunos de los cuales califican la oferta de plazas como insuficiente en relación con las necesidades del sistema educativo. En este entorno de fragmentación, la voz de los interinos se diluye y su capacidad de negociación se ve debilitada. Es imperativo que la Junta no ignore el creciente clamor de estos profesionales, quienes exigen ser parte del proceso de toma de decisiones que les afecta directamente. La solución no radica en callar estas protestas, sino en promover un diálogo efectivo que busque equilibrar las necesidades de contratación con la estabilidad de quienes ya se desempeñan en sus puestos. Es momento de que las instituciones se comprometan a asegurar un proceso de oposiciones que priorice la justicia y la equidad, y que reconozca el valioso trabajo de los docentes interinos en Andalucía.
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