Este 8 de marzo, Málaga se convierte en un punto caliente de reivindicación y lucha por la igualdad de género. Miles de mujeres y hombres se agrupan en distintas manifestaciones por la ciudad para conmemorar el Día Internacional de las Mujeres, bajo el lema “Por nuestros derechos, nunca hacia atrás”. Esta jornada busca visibilizar las múltiples luchas que aún persisten en la búsqueda de igualdad en todos los ámbitos de la vida.
La ciudad se llena de pancartas y voces que claman por la abolición del patriarcado y la implantación de medidas concretas que garanticen una verdadera igualdad. Anabel Santos, portavoz de la Asociación de Mujeres Feministas Puntos Subversivos, resalta que las mujeres siguen enfrentando numerosos retos en su vida cotidiana. “Es fundamental que promovamos la corresponsabilidad en los cuidados y trabajos domésticos, además de aumentar la representación femenina en puestos de decisión”, enfatiza Santos, quien hace hincapié en que, a pesar de los avances, todavía queda un largo camino por recorrer.
Un tema candente que ha resurgido en la agenda feminista es el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo. Lola Rodríguez, feminista histórica de la ciudad, advierte sobre los intentos de poner en entredicho este derecho esencial. «La defensa del aborto es crucial, especialmente en un momento en que el retroceso en derechos se ha vuelto alarmante en diversos países», señala. Contrasta la situación de España con la del reciente avance de Francia, donde el Parlamento ha decidido consagrar en la Constitución el derecho a decidir.
Además de la salud reproductiva, las mujeres en Málaga también reclaman mejoras en el ámbito laboral. Carmen Martín, presidenta de la Plataforma contra las Violencias Machistas Violencia Cero, subraya que “aún enfrentamos brechas salariales y precariedad laboral que afectan desproporcionadamente a mujeres”. Las manifestantes se organizan no solo para hablar de sus derechos como mujeres, sino también para exigir una verdadera aplicación de las leyes que protegen sus derechos laborales.
Este año, las marchas en Málaga se presentan fragmentadas, reflejando un feminismo dividido. Desde el llamado feminismo clásico, que defiende posturas tradicionales, hasta las corrientes influenciadas por la teoría queer, se ha visibilizado una diversidad de opiniones sobre cuáles deben ser los pilares del movimiento. “Vivimos un momento de efervescencia feminista pero también de divisiones. Es fundamental encontrar un diálogo que nos permita avanzar juntas”, sostiene Santos, entre críticas y apoyo a estos nuevos enfoques y luchas que surgen dentro del feminismo.
Pese a estas diferencias, las feministas malagueñas demuestran una unidad eficaz en su determinación por establecer un diálogo con los organismos políticos. La necesidad de ser escuchadas en escenarios internacionales, como la ONU, se presenta como una de las demandas más urgentes. “Si queremos que se implementen políticas efectivas, es vital que haya interlocución y que las voces de todas las mujeres se amplifiquen”, recalca Rocío López, presidenta de Fórum de Política Feminista.
Las manifestaciones en Málaga, que comenzaron a media tarde, están impulsadas por la energía colectiva de mujeres jóvenes y mayores que se unieron a la causa. Con un gran despliegue de creatividad visual y artística, las feministas han llenado las calles con sugerentes carteles y presentaciones artísticas que no solo informan, sino que también inspiran. Esta mezcla de arte y activismo resuena con fuerza en la ciudadanía, que se ve llamada a reflexionar sobre el papel que cada uno juega en la lucha por la igualdad.
En un Día Internacional de las Mujeres marcado por la lucha y la esperanza, Málaga se alza como un eco de los retos que enfrentan todas las mujeres en el mundo, recordando que la lucha por la igualdad no detiene su marcha y que, aunque el camino sea largo, cada paso vale la pena.
Es indiscutible que el Día Internacional de las Mujeres en Málaga ha logrado concentrar la atención sobre la persistente lucha por la igualdad, pero también pone de manifiesto la fragmentación interna del movimiento feminista. Esta división, representada en las diversas corrientes que coexisten, plantea un reto significativo para avanzar en objetivos comunes. Si bien es alentador ver a miles de personas aliadas en la calle, resulta preocupante que esas mismas banderas de lucha a menudo se agiten desde perspectivas que a veces parecen inconciliables. La falta de un diálogo efectivo entre feministas de diferentes corrientes podría tornarse en un obstáculo que impida la consolidación de un cambio real, en un contexto donde la corresponsabilidad y la representación son más necesarias que nunca.
Además, la crítica a las condiciones laborales y al acceso a derechos reproductivos, como el aborto, es fundamental para entender la complejidad de la situación actual de las mujeres. Mientras en países como Francia se avanzan en derechos, en España pareciera que los ecos de retroceso resuenan fuertemente. La exigencia de un diálogo con las instituciones y una mayor inclusión de las voces femeninas en la toma de decisiones se presentan como pasos necesarios hacia el cambio. No obstante, es imperativo que las distintas corrientes dentro del feminismo encuentren la forma de unirse en lugar de distanciarse. Solo así, con una voz unificada y decidida, Málaga podrá convertirse en un verdadero faro de esperanza en la lucha global por la igualdad, destacando que cada paso, aunque pequeño, cuenta en la búsqueda de un futuro equitativo y justo.
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