Málaga Implementa Nuevas Restricciones a las Viviendas Turísticas para Proteger la Calidad de Vida de los Residentes
A partir de este mes de enero, Málaga dará un giro significativo en su política de regulación de viviendas turísticas. La ciudad ha decidido aplicar importantes restricciones en 43 barrios donde el número de estas propiedades supera el 8% del total del parque residencial. Esta novedad, que ha sido publicada en el Boletín Oficial de la Provincia, responde a una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y busca equilibrar el impacto del turismo en las comunidades locales, garantizando que la calidad de vida de los vecinos no se vea comprometida.
Zonificación Estratégica para la Regulación
La nueva normativa establece un esquema de zonificación que clasifica los 417 barrios de Málaga en tres categorías según la presión turística que sufren. En primer lugar, los barrios de decrecimiento (43 en total) notarán un alto control, ya que en estas áreas no se permitirá el registro de nuevas viviendas turísticas hasta que su porcentaje baje del 8%. Barrios emblemáticos como el Centro Histórico, La Malagueta y Pedregalejo Playa se encuentran entre los más afectados, lo que abre un debate sobre la sostenibilidad urbana en zonas que tradicionalmente han sido bulliciosas por el turismo.
Por otro lado, los 32 barrios que forman parte de la zona de crecimiento acotado podrán registrar nuevas propiedades turísticas, pero solo si cuentan con acceso y servicios independientes. Un enfoque que intenta mantener un equilibrio entre el desarrollo turístico y la vida comunitaria. Por último, en los 296 barrios de crecimiento, donde las viviendas turísticas representan menos del 4,53%, la inscripción se considera más flexible, abriendo oportunidades para la inversión en hospedaje.
Impacto Profundo en el Mercado de Vivienda
Este giro en la regulación no es mera coincidencia. Un detallado estudio presentado por Espacio Común Coop, que analiza el impacto de los alojamientos turísticos, revela que las viviendas turísticas constituyen el 75% de toda la oferta de alojamiento en la ciudad. El fenómeno ha tenido consecuencias directas en el mercado del alquiler, incrementando los precios y reduciendo la disponibilidad de viviendas para residentes, lo que ha generado preocupaciones sobre la viabilidad de vivir en zonas históricas y culturales tan valoradas.
El auge desmedido de estos alojamientos ha derivado en cambios demográficos, con una tendencia a la pérdida de población en áreas saturadas. A medida que el turismo continúa creciendo, surge la necesidad de encontrar un camino hacia la sostenibilidad urbana, donde los intereses de los residentes y visitantes puedan coexistir sin conflictos. “La reducción del parque residencial es un problema que afecta tanto a los vecinos como a la sostenibilidad de la ciudad”, mencionan los informes técnicos emitidos por el Ayuntamiento, subrayando la urgencia de la medida.
Revisión y Cumplimiento de las Normativas
Este marco regulatorio incluye disposiciones claras para asegurar su cumplimiento. Las restricciones serán revisadas anualmente, y cada cuatro años se llevará a cabo una evaluación más profunda para adaptarse a las variaciones del mercado. Este enfoque proactivo refuerza la premisa de que la convivencia entre el turismo y la vida local no solo es deseable, sino también fundamental para el futuro de Málaga.
Con esta nueva normativa, Málaga se posiciona como un ejemplo de cómo las ciudades pueden abordar los desafíos del turismo, intentando preservar los espacios residenciales y mejorar la calidad de vida de sus habitantes en un contexto en constante evolución. La implementación de estas restricciones podría ser el primer paso hacia un modelo más equilibrado y sostenible que beneficie a todos los que llaman a esta vibrante ciudad su hogar.