Málaga sigue consolidándose como el epicentro del lujo y la innovación inmobiliaria en el sur de Europa. Higuerón Real Estate ha obtenido la licencia municipal que da luz verde al ambicioso proyecto Waterfall Residences, una inversión de 106 millones de euros que promete redefinir el concepto de vivienda de alta gama en la Costa del Sol. Este nuevo desarrollo, que se extenderá sobre una generosa parcela de 26.272 metros cuadrados, no solo representa una expansión significativa para la compañía, sino también un impulso vital para la economía local y un atractivo imán para inversores nacionales e internacionales.
Waterfall Residences no es simplemente un conjunto de viviendas, sino un santuario de exclusividad y sostenibilidad. Distribuido en siete residenciales con nombres que evocan la grandeza de la naturaleza – Virginia, Niágara, Iguazú, Havasu, Ángel, Yosemite y Victoria – el complejo albergará 233 viviendas de lujo. La primera fase del proyecto ya está en marcha, con la construcción de 71 unidades que incluyen 21 Garden Villas, 34 Deluxe Apartments y 16 Sky Villas. Cada espacio ha sido meticulosamente diseñado para maximizar la luz natural, el confort y la conexión con el entorno, creando una atmósfera de serenidad y bienestar incomparable.
Pero la experiencia Waterfall Residences va mucho más allá de las cuatro paredes del hogar. Los residentes tendrán acceso privilegiado a los servicios de Higuerón Resort, disfrutando de las prestaciones de un resort cinco estrellas: desde el Sport Club con pistas de pádel y tenis para los amantes del deporte, hasta el Spa con circuitos personalizados para la relajación y el bienestar. La oferta gastronómica, liderada por el aclamado chef Diego Gallegos, del restaurante Sollo (galardonado con una Estrella Michelin, una Estrella Verde Michelin y dos Soles Repsol), promete deleitar los paladares más exigentes. Además, el acceso al nuevo Beach Club, ubicado en una de las mejores playas de la Costa del Sol, y al exclusivo servicio Higuerón Yachts, distribuidor oficial de De Antonio Yachts en Andalucía, completa una oferta de ocio y entretenimiento sin igual.
Waterfall Residences se distingue por su firme compromiso con la sostenibilidad y la innovación ambiental. La promoción incorpora un sistema de reutilización de aguas grises, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Además, se implementarán energías renovables y materiales de baja huella de carbono, con el objetivo de obtener la prestigiosa certificación ambiental BREEAM, un reconocimiento internacional en sostenibilidad constructiva. Las cascadas que dan nombre al proyecto no solo son un elemento estético, sino también un símbolo del compromiso de Higuerón Real Estate con la creación de espacios que fomenten la tranquilidad, la conexión con la naturaleza y el respeto por el medio ambiente.
Con más de 900 viviendas entregadas y 500 nuevas en planificación, Higuerón Real Estate reafirma su posición como líder en el desarrollo de residenciales de alta gama en la Costa del Sol. La llegada de Waterfall Residences no solo enriquece la oferta inmobiliaria de Málaga, sino que también consolida a la ciudad como un destino de referencia para aquellos que buscan un estilo de vida exclusivo, sostenible y conectado con la naturaleza.
La presentación de Waterfall Residences como un «santuario de exclusividad y sostenibilidad» resuena, lamentablemente, como el eco de un espejismo en el desierto del desarrollismo costero. Si bien la inversión de 106 millones de euros y la promesa de empleos son innegablemente positivas para la economía local, es imperativo cuestionar a qué precio se persigue este crecimiento. La Costa del Sol, ya saturada de construcciones y enfrentando desafíos ambientales acuciantes como la sequía, debe evaluar si la proliferación de viviendas de lujo es realmente la panacea, o si, por el contrario, contribuye a la gentrificación y a la pérdida de la identidad malagueña que tanto intentamos preservar.
El discurso de la sostenibilidad en proyectos de este calibre, aunque valioso, a menudo se diluye en una retórica de marketing. El «compromiso firme con el medio ambiente» a través de la reutilización de aguas grises y el uso de energías renovables es, sin duda, un paso en la dirección correcta, pero resulta insuficiente si no se aborda la raíz del problema: la expansión desmedida del suelo urbanizable. Deberíamos exigir un debate más profundo sobre el impacto real de este tipo de proyectos en el consumo de recursos, la gestión de residuos y la preservación de los ecosistemas locales. La pregunta clave no es si Waterfall Residences es «sostenible», sino si su existencia misma es justificable en un contexto de emergencia climática y creciente desigualdad social.
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