Samsung revoluciona los plegables: Galaxy Z Fold 7 más delgado y Flip 7 con pantalla externa ampliada.
La Gran Manzana ha sido testigo del último golpe de efecto de Samsung en el mercado de la telefonía móvil. Ayer, la compañía surcoreana desveló su nueva línea de dispositivos plegables, los Galaxy Z Fold 7 y Galaxy Z Flip 7, acompañados de una versión más accesible, el Galaxy Z Flip 7 FE. Y no solo eso, también presentaron su nueva generación de relojes inteligentes, prometiendo una experiencia de usuario aún más integrada. Pero sin duda, el plato fuerte de la jornada fue la presentación de sus nuevos plegables, que prometen revolucionar la forma en que interactuamos con nuestros dispositivos móviles.
El Galaxy Z Fold 7 ha sorprendido al reducir su grosor a tan solo 8,9 milímetros cuando está plegado, una hazaña de ingeniería que lo sitúa a la par de un smartphone convencional. Desplegado, alcanza las 8 pulgadas gracias a la reducción de los marcos y la bisagra, ofreciendo una experiencia visual inmersiva. Su pantalla externa de 6,5 pulgadas, más ancha que en modelos anteriores, busca hacer que su uso sea más intuitivo y cómodo, simulando la experiencia de un smartphone tradicional. El peso también ha sido optimizado, quedando por debajo del Galaxy S25 Ultra, pese a su mayor tamaño.
En el corazón del Fold 7 late el chip Snapdragon 8 Elite for Galaxy, diseñado a medida para ofrecer un rendimiento excepcional. Este procesador, combinado con una batería de 4.400 mAh, promete una autonomía suficiente para afrontar largas jornadas de uso intensivo. Pero donde realmente destaca este dispositivo es en el apartado fotográfico. Samsung ha incorporado el sensor de 200 megapíxeles del Galaxy S25 Ultra, acompañado de un ultra gran angular de 12 megapíxeles y un teleobjetivo de 10 megapíxeles. La cámara frontal de 10 megapíxeles completa un conjunto de cámaras versátil y potente.
La inteligencia artificial (IA) juega un papel crucial en los nuevos dispositivos de Samsung. El Fold 7 incorpora el asistente Gemini, que permitirá realizar todo tipo de consultas y tareas mediante comandos de voz. Además, las funciones de edición generativa de imágenes y texto, integradas en Galaxy AI, facilitarán la creación de contenido de alta calidad. La edición fotográfica y de vídeo se simplifica gracias a la IA, permitiendo eliminar objetos no deseados o reducir el ruido con un simple toque en la pantalla. Todo esto, impulsado por el sistema operativo One UI 8, basado en Android 16.
El Galaxy Z Flip 7 también ha recibido una importante actualización. Su pantalla externa, ahora de 4,1 pulgadas, ofrece una tasa de refresco de 120 Hz y un brillo de hasta 2600 nits, lo que la convierte en una pantalla de alta calidad. Esta pantalla permitirá visualizar más información de un mayor número de aplicaciones, tanto de Samsung como de Google y de terceros, ampliando las posibilidades de uso del dispositivo cuando está plegado. Samsung apuesta fuerte por el formato concha, ofreciendo un dispositivo compacto y con estilo que no renuncia a la potencia y la funcionalidad. La compañía busca posicionarse a la vanguardia de la innovación móvil, ofreciendo dispositivos que se adaptan a las necesidades y preferencias de cada usuario.
La presentación del Galaxy Z Fold 7 y el Flip 7 es, sin duda, una muestra más de la obsesión de Samsung por la innovación en el formato, pero cabe preguntarse si esta evolución constante responde a una necesidad real del usuario o a una simple estrategia de diferenciación en un mercado saturado. Si bien la reducción del grosor y la optimización del rendimiento son avances loables, la verdadera cuestión reside en si estos dispositivos plegables han logrado trascender la etiqueta de «novedad tecnológica» para convertirse en herramientas verdaderamente indispensables en el día a día. ¿Justifica el precio, presumiblemente elevado, la experiencia de usuario mejorada que ofrecen, o estamos ante un ejercicio de virtuosismo ingenieril con un impacto limitado en la productividad y la conectividad real de la persona promedio?
Más allá de las especificaciones técnicas y las promesas de inteligencia artificial, la clave para el éxito de estos dispositivos radica en su capacidad para integrarse de forma fluida en la vida del usuario. La IA integrada, el asistente Gemini y las funciones de edición generativa suenan prometedores, pero la experiencia nos dice que la implementación de estas tecnologías a menudo dista de ser perfecta, y la curva de aprendizaje puede resultar empinada para muchos usuarios. En un contexto donde la sostenibilidad y la durabilidad son cada vez más importantes, Samsung debería apostar no solo por la innovación técnica, sino también por la creación de dispositivos más resistentes, reparables y con una vida útil más prolongada, evitando así la obsolescencia programada que, lamentablemente, sigue siendo una práctica común en la industria tecnológica.
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