Un descubrimiento arqueológico de gran relevancia ha tenido lugar en la cueva El Polvorín, en Karrantza, Vizcaya. Los restos humanos más antiguos encontrados en Euskadi pertenecen a una mujer a la que han denominado Andere, con una antigüedad de al menos 150.000 años. Este hallazgo sitúa a estos restos en una franja temporal entre 200.000 y 300.000 años, superando en antigüedad al húmero hallado en la cueva de Lezetxiki en Guipúzcoa.
Andere, tal como la han bautizado los investigadores, era una mujer adulta que medía entre 1,50 y 1,60 metros de altura, perteneciendo a una especie neandertal «arcaica». Su similitud con los restos encontrados en la Sierra de Atapuerca ha intrigado a los investigadores, quienes destacan la curvatura del radio para la inserción del bíceps como uno de los rasgos en común.
El inicio de esta investigación se remonta a 2021, cuando se encontraron restos humanos entre los fósiles óseos de animales en la cueva de El Polvorín. A partir de entonces, se formó un equipo de investigación que ha estado trabajando arduamente en esta cueva de 30 metros de longitud, con una sima de 7 metros de caída en su fondo. Este descubrimiento arroja luz sobre la historia antigua de Euskadi y plantea nuevas preguntas sobre la evolución humana en la región.
El descubrimiento de los restos humanos más antiguos en Euskadi, pertenecientes a una mujer neandertal de al menos 150.000 años, es sin duda un hallazgo de gran relevancia arqueológica. La denominada Andere, con su altura estimada y los rasgos anatómicos compartidos con restos encontrados en Atapuerca, nos brinda una ventana hacia el pasado y nos invita a reflexionar sobre la evolución de nuestra especie en la región.
Este descubrimiento pone de manifiesto la importancia de seguir investigando y explorando las cuevas de la zona para descubrir más sobre la historia antigua de Euskadi. Sin embargo, a pesar de la relevancia de este hallazgo, es necesario garantizar la preservación y protección de estos yacimientos arqueológicos para futuras investigaciones. La investigación arqueológica es crucial para comprender nuestro pasado y este descubrimiento en la cueva El Polvorín es un claro ejemplo de ello.
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