La ciudad de Ronda ha retrocedido en el tiempo, sumergiéndose en el vibrante y pintoresco ambiente del siglo XIX con la inauguración de su undécima edición de Ronda Romántica. El aire se llena de la música de antaño, los trajes de época inundan las calles y el espíritu de bandoleros, arrieros y viajeros románticos cobra vida una vez más. Tras una emocionante cuenta atrás, el tradicional Pasacalles marcó el inicio oficial de esta festividad que transforma la ciudad en un escenario histórico. Horas antes, los más pequeños, de la mano de la comunidad educativa, habían calentado motores con el Pasacalles Infantil, demostrando que el amor por la historia no tiene edad.
El ambiente festivo es contagioso, con cientos de personas, tanto locales como visitantes, participando activamente en cada uno de los eventos. Una de las novedades más destacadas de este año es el regreso de la recreación al corazón del municipio, una decisión impulsada por la voluntad popular expresada en una consulta el año anterior. De este modo, el Pasacalles ha recorrido desde el Barrio de San Francisco hasta la Alameda, llevando consigo una ola de color y alegría que ha contagiado a todos los presentes. La Plaza de la Merced, los balcones de la Alameda y la zona de Blas Infante se han convertido en los epicentros de un programa repleto de actividades que se extenderá hasta el domingo.
El programa de Ronda Romántica es un crisol de actividades que combinan recreaciones históricas, música en vivo, bailes y entretenimiento para los más pequeños. Además de los dos pasacalles que han dado el pistoletazo de salida, los asistentes podrán disfrutar del Festival de Recreaciones Históricas, el Encuentro Flamenco de Cantes de Ronda, el Festival ‘Abanico de Coplas’, el Festival de Folclore de la Serranía de Ronda y Ronda Romántica Infantil, asegurando que haya algo para todos los gustos y edades.
No podemos olvidar la emotiva Gala y Pasarela previas a la recreación, donde se rindió homenaje a los municipios de Arriate, Benaoján, Gaucín, Montejaque, Algatocín y Cortes de la Frontera por su inestimable colaboración en esta fiesta, entregando un reconocimiento a sus respectivos alcaldes. Este año, la Asociación de Vecinos de La Harinera y San Cristóbal ha recibido el prestigioso galardón de ‘Romántico de Oro’, un reconocimiento a su compromiso y dedicación para mantener viva la esencia de Ronda Romántica.
El Pasacalles inaugural fue una explosión de color y tradición, con la participación de la Policía Local a caballo, elegantes carruajes, jinetes y amazonas, la Banda de Música de Cortes, vecinos de diversas localidades, la Agrupación de Jinetes y Amazonas, y la representación municipal encabezada por la alcaldesa, Mari Paz Fernández. Tampoco faltaron las Damas Goyescas, su Presidenta, Milagros Naranjo; vecinos de las pedanías, majos y majas rondeñas y los miembros de las asociaciones históricas, todos juntos, celebrando la riqueza cultural de Ronda. La Charanga Solfamidos puso la banda sonora a un evento que promete un fin de semana inolvidable.
Ronda Romántica, en su undécima edición, plantea una reflexión necesaria: ¿Es suficiente vestir las calles de pasado para dinamizar el presente? La espectacularidad del Pasacalles y la meticulosa recreación histórica son innegables, y el entusiasmo popular evidente. Sin embargo, cabe preguntarse si este esfuerzo ingente, que implica recursos y logística considerables, se traduce en un impacto socioeconómico real y sostenible para la ciudad, o si se limita a un mero espectáculo efímero que, tras el desfile de trajes y la música de época, deja tras de sí un vacío en la memoria colectiva y en la economía local. El reconocimiento a municipios colaboradores y asociaciones locales es un gesto loable, pero debería complementarse con una evaluación rigurosa de los beneficios tangibles que este evento aporta a Ronda y a la Serranía más allá del fin de semana festivo.
La apuesta por el turismo nostálgico, si bien atractiva, podría estar dejando de lado otras oportunidades de desarrollo más innovadoras y adaptadas a los desafíos del siglo XXI. La romantización del bandolerismo y de una época histórica concreta corre el riesgo de simplificar una realidad social mucho más compleja y plagada de desigualdades. En lugar de recrear el pasado con una pátina de idealización, tal vez sería más valioso invertir esos recursos en proyectos que fomenten la creatividad local, el emprendimiento sostenible y la promoción de un turismo más responsable y consciente de la riqueza natural y cultural de la región. Ronda Romántica, con sus luces y sombras, nos invita a reflexionar sobre la importancia de no quedarnos anclados en el pasado, sino de utilizarlo como trampolín para construir un futuro más próspero e inclusivo para todos.
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