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Ronda celebrará el Vía Crucis de Cuaresma el 9 de marzo de 2025 con traslado de Nuestro Padre Jesús del Prendimiento.

Ronda se alista para el emotivo Vía Crucis de Cuaresma, que el 9 de marzo trasladará a Nuestro Padre Jesús del Prendimiento en un recorrido cargado de espiritualidad y tradición.

Ronda se Prepara para el Solemne Vía Crucis de Cuaresma

La Agrupación de Hermandades y Cofradías de Ronda ha dado a conocer un evento que prometer ser uno de los momentos más significativos de la Cuaresma: el Vía Crucis presidido por Nuestro Padre Jesús del Prendimiento. Esta ceremonia tendrá lugar el próximo domingo 9 de marzo de 2025, en un ambiente de recogimiento y devoción que caracterizan esta época del año.

El inicio del traslado está programado para las 17 horas, partiendo desde la histórica Parroquia de San Cristóbal. Los asistentes podrán disfrutar de un recorrido que enlaza la tradición de la Semana Santa con el fervor popular, mientras la imagen de Jesús del Prendimiento se desplaza hacia la Iglesia de Nuestra Señora del Socorro. Este movimiento no solo realza el sentido comunitario de la celebración, sino que también invita a los fieles a participar activamente en esta tradición centenaria.

Al llegar al templo, a las 19 horas, se dará paso al solemne rezo del Vía Crucis, donde la comunidad tendrá la oportunidad de meditar sobre los últimos momentos de la vida de Cristo. En un ambiente silente y reflexivo, los participantes se unirán en oración, recordando la importancia del sacrificio y la redención. La emotividad del acto no solo radica en la devoción espiritual, sino también en la conexión cultural y emocional que sienten los rondeños por su legado.

El itinerario del traslado hacia la iglesia es meticulosamente planeado. Comenzando en la Plaza Magistrado Antonio Cantos, los participantes seguirán una ruta que incluye calles emblemáticas como Andrés Castro Sandaza, Córdoba, y Plaza del Socorro. Este camino no solo transportará a la imagen sagrada, sino que también invitará a los vecinos a salir de sus casas y unirse a esta experiencia colectiva. Una vez finalizado el Vía Crucis, la imagen regresará al lugar de partida, manteniendo el mismo trayecto y cerrando así un ciclo de profundo significado espiritual.

La celebración del Vía Crucis de Cuaresma en Ronda se ha convertido en un referente no solo a nivel local, sino también regional, y se espera que este año congregue a un gran número de fieles. Ser parte de esta tradición es revivir la fe y el sentido comunitario que une a los rondeños, reafirmando una vez más que la Semana Santa comienza a palpitar en el corazón del pueblo mucho antes del desfile de sus pasos procesionales.

La preparación del Vía Crucis de Cuaresma en Ronda no es solo un evento religioso; revierte un profundo significado cultural y comunitario que debería ser examinado con mayor rigor. Si bien es innegable que la devoción popular y la tradición se entrelazan en un acto que invita a la reflexión y la meditación, también se debe cuestionar si la repetición de estas ceremonias no corre el riesgo de convertirse en un mero ritual vacío. La emotividad que despiertan estos actos, tan arraigados en la identidad local, puede verse ensombrecida si no se ofrece un espacio para la crítica y la innovación en la forma en que se viven y entienden en el contexto actual. La manipulación de la fe en aras de perpetuar costumbres de antaño puede generar desconexiones entre generaciones, y es responsabilidad de la comunidad hacer un esfuerzo por revitalizar y adaptar estas tradiciones a los tiempos que corren.

Asimismo, el carácter hermético de algunas celebraciones religiosas puede hacer que se excluya a aquellos que no pueden encontrar en ellas el sentido de pertenencia que alguna vez caracterizaba a la festividad. El Vía Crucis debería ser un espacio de inclusión donde todas las voces, incluidas las de quienes tienen una visión más crítica de la religión o aquellos que buscan una espiritualidad diferente, puedan ser escuchadas. Al fomentar un diálogo abierto sobre la relevancia y la adaptación de estos actos, se podría fortalecer el sentido comunitario sin sacrificar la esencia de las tradiciones. Solo así, la Semana Santa en Ronda podría consolidar su lugar en el corazón de todos, no solo de los más devotos, sino de una ciudadanía moderna que también busca el significado del sacrificio y la redención desde una perspectiva contemporánea.

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