La brisa marina de La Carihuela, en Torremolinos, anuncia la inminente llegada de una de sus celebraciones más arraigadas: la Feria del Carmen. Del 15 al 19 de julio, el barrio marinero se vestirá de gala para honrar a su patrona, la Virgen del Carmen, con una programación repleta de actos tradicionales y sorpresas que prometen cautivar a vecinos y visitantes. La presentación oficial, celebrada hoy, ha corrido a cargo del concejal de Eventos, José Manuel Ruiz, quien, junto a representantes de la Hermandad de Marineros Virgen del Carmen de la Carihuela, ha desgranado los detalles de esta fiesta declarada de interés autonómico y provincial.
Una de las novedades más destacadas de este año es el estreno de una espectacular iluminación artística que transformará las calles de La Carihuela en un auténtico espectáculo visual. Dos imponentes pórticos inspirados en la Virgen del Carmen darán la bienvenida a los visitantes en la calle Bulto con Plaza del Remo y en la calle Los Perros con calle Huerta del Rincón. Además, un letrero luminoso con la leyenda ‘Feria Virgen del Carmen’ brillará en la calle Remo, mientras que doce arcos tematizados con motivos marineros adornarán la calle Remo y la Plaza del Remo, rindiendo homenaje a la identidad de la barriada. El resto de las calles principales, como Bulto, Carmen, Mar, San Ginés y Los Perros, lucirán treinta arcos con diseños de feria y elementos marinos, creando un ambiente festivo y acogedor. El encendido oficial tendrá lugar el martes 15 de julio a las 21:00 horas, marcando el inicio de cinco días de celebración.
Pero la Feria del Carmen es mucho más que luces y atracciones. La tradición y la devoción a la Virgen del Carmen ocupan un lugar central en la programación. El mismo martes 15, a las 20:00 horas, la Hermandad de Marineros organizará la tradicional ofrenda floral, con salida desde la plaza Chiriva y un recorrido que discurrirá por las principales calles de la barriada hasta llegar a la iglesia. A medianoche, como es costumbre, se celebrará la emotiva felicitación a la Virgen y su traslado al trono procesional.
La diversión estará garantizada con la apertura del parque de atracciones en la Plaza del Remo, que abrirá sus puertas el primer día a las 22:00 horas y el resto de días a las 21:00 horas. Además, para asegurar la integración de niños y niñas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), se habilitará una hora sin música en el parque de atracciones de 21:00 a 22:00 los días 16, 17 y 18. El último día, el 19 de julio, será el Día del Niño, con precios reducidos en las atracciones. La música también será protagonista en la Caseta Municipal Tradicional, ubicada en la Plaza del Remo, que contará con la actuación de la Orquesta Rompeolas del 15 al 18 de julio, a partir de las 22:00 horas. Para los más jóvenes, la Caseta Municipal de la Juventud ofrecerá una programación variada con actuaciones de grupos como ‘Alokados’, ‘Lady Punk’, ‘T.N.T’, ‘Capitán Vinilo’, ‘Money Makers’ y muchos más. Además, el pasacalles inaugural con charanga y zancudos prometen crear un ambiente festivo y animado para todos los asistentes. La Feria del Carmen de la Carihuela se presenta, un año más, como una cita ineludible para disfrutar de la tradición, la devoción y la alegría en un entorno único.
La Feria del Carmen de La Carihuela se anuncia, como cada año, como un despliegue de folclore y luces, pero es inevitable preguntarse si este modelo de festividad sigue siendo pertinente en el contexto actual de Málaga. Si bien la inversión en iluminación y la programación musical buscan atraer a un público diverso, la cuestión de fondo reside en si realmente estamos preservando la esencia marinera que se proclama. ¿No corremos el riesgo de diluir la tradición en un mar de atracciones y orquestas, convirtiendo una celebración religiosa y cultural en un mero reclamo turístico?
La iniciativa de habilitar una hora sin música para niños con TEA en el parque de atracciones es, sin duda, un avance loable en términos de inclusión. Sin embargo, la pregunta persiste sobre si esta acción puntual es suficiente para compensar el impacto general de una feria que, por definición, tiende a ser ruidosa y abrumadora para personas con sensibilidad sensorial. Quizás, en lugar de pequeñas concesiones, deberíamos replantearnos el modelo festivo en su conjunto, buscando alternativas que equilibren la diversión con el respeto y la accesibilidad para todos los ciudadanos, no solo durante una hora al día, sino durante toda la celebración.
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