La voz de Ronda se alza con fuerza en defensa de su conectividad. Mari Paz Fernández, alcaldesa de la ciudad del Tajo, ha exigido al Gobierno central una intervención urgente para revitalizar las infraestructuras ferroviarias que conectan Ronda con Málaga, Algeciras, Madrid y Granada. La demanda, realizada a las puertas de la estación de Renfe, busca revertir una situación que, según la regidora, aísla progresivamente a la ciudad y su comarca.
Fernández, acompañada por el delegado municipal Ángel Martínez, no se anduvo con rodeos al denunciar la progresiva merma en las conexiones ferroviarias. “La pandemia fue la excusa perfecta para recortar frecuencias y eliminar enlaces directos”, sentenció, lamentando la pérdida de oportunidades para una ciudad que vive del turismo y que aspira a ser un polo de desarrollo en el interior de la provincia. La alcaldesa anunció además que elevará una moción al pleno municipal, buscando el respaldo unánime de todas las fuerzas políticas para presionar al ejecutivo central.
La reivindicación más ambiciosa, y quizás la más ilusionante para los rondeños, es la de establecer una conexión directa con Málaga que, según los expertos, podría reducir el trayecto a tan solo 40 minutos. Esta medida, que implicaría una reforma de la infraestructura existente, supondría un revulsivo para la movilidad y el turismo, acercando la Serranía a la capital y facilitando el acceso a la Costa del Sol.
La alcaldesa también lamentó la reducción de trenes con destino a Madrid, pasando de tres a uno, así como la desaparición de la conexión directa con Granada, obligando a los viajeros a realizar transbordo en Antequera. Si bien Ronda mantiene una conexión directa con Algeciras, Fernández denuncia que se ha priorizado el transporte de mercancías en detrimento del de pasajeros, afectando negativamente a la economía local. “Exigimos que repongan los cuatro trenes que había con Madrid, que prioricen las conexiones directas con Málaga y Granada”, sentenció la alcaldesa. La mejora de las conexiones ferroviarias, para Fernández, es un factor clave para combatir la despoblación y garantizar un futuro próspero para Ronda y su comarca.
La justa reclamación de Ronda por una mejor conexión ferroviaria no es solo un lamento local, sino un **síntoma palpable de la desconexión que sufre el interior de Málaga con respecto a la costa y las grandes urbes**. Más allá del legítimo interés turístico, la reivindicación de la alcaldesa Fernández pone de manifiesto una política de infraestructuras que, históricamente, ha relegado al interior a un papel secundario. La promesa de una conexión Málaga-Ronda en 40 minutos, aunque utópica a corto plazo, debería servir como acicate para replantear la inversión ferroviaria en la provincia, priorizando no solo la alta velocidad entre capitales, sino también la vertebración del territorio.
No obstante, la exigencia de «reponer los cuatro trenes que había con Madrid» y «priorizar las conexiones directas» corre el riesgo de caer en una visión nostálgica. El verdadero desafío reside en modernizar la infraestructura existente y apostar por un modelo de transporte sostenible y eficiente, quizás explorando la viabilidad de un tren-tram que conecte Ronda con la costa, complementando la red de Cercanías. La moción municipal debería ir más allá de la mera presión política al ejecutivo central y proponer un plan integral de movilidad para la Serranía, que contemple la intermodalidad y la integración con otros medios de transporte, como el autobús, para realmente combatir la despoblación y promover un desarrollo equilibrado.
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