La falta de profesionales disponibles en los hospitales de Málaga durante el verano ha generado una preocupación entre médicos y personal sanitario. Con la llegada de los turistas y el aumento de la población, la demanda en las urgencias se multiplica, creando una situación delicada para garantizar la asistencia urgente a todos los pacientes. La Consejería de Salud ha advertido que este verano será aún más complicado debido a la falta de residentes disponibles para cubrir vacaciones, ya que el retraso en su incorporación por la pandemia de covid-19 ha desajustado los plazos.
Ante esta situación, el Hospital Clínico, de Benalmádena y de Valle del Guadalhorce se ha visto obligado a pedir a los facultativos que colaboren y arrimen el hombro para garantizar la asistencia urgente en los tres centros. Sin embargo, este «esfuerzo adicional» ha generado cierta controversia entre los profesionales, ya que algunas medidas adoptadas para paliar la falta de personal impactan en la conciliación familiar y en la calidad de vida de los médicos.
Entre las medidas acordadas se encuentra la suspensión de salientes de sábado, la limitación de los días de libre disposición y la eliminación de descansos tras las guardias, priorizando las necesidades asistenciales sobre las personales. Esta situación ha generado malestar entre los trabajadores, que sienten que se ven obligados a renunciar a sus derechos laborales y personales en aras de cubrir las necesidades del sistema hospitalario durante los meses más complicados del año.
En medio de este panorama, los profesionales de la salud continúan trabajando arduamente para garantizar la atención a los pacientes, a pesar de las dificultades y los sacrificios personales que ello conlleva. Desde la dirección del hospital se espera que, a pesar de las circunstancias adversas, se pueda mantener la calidad asistencial sin descuidar el bienestar y la salud de los propios trabajadores sanitarios.
La falta de personal en los hospitales de Málaga durante el verano es un problema recurrente que pone en riesgo la atención médica de la población. La situación se agrava este año debido a la pandemia de covid-19 y al retraso en la incorporación de residentes, lo que ha desencadenado una crisis en la asistencia urgente. La solicitud de colaboración por parte de los facultativos, aunque necesaria, ha generado polémica por las medidas adoptadas que afectan la conciliación familiar y la calidad de vida de los profesionales de la salud.
Es fundamental que las autoridades sanitarias y la dirección de los hospitales encuentren soluciones efectivas para garantizar la asistencia médica sin perjudicar a los trabajadores. Es necesario priorizar tanto la atención a los pacientes como el bienestar de los profesionales de la salud, evitando situaciones de sobrecarga laboral y garantizando el respeto a sus derechos. La calidad asistencial no puede estar reñida con las condiciones laborales y personales de quienes trabajan en el sistema de salud.
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