La cerveza, esa bebida tan arraigada en la cultura española, ha experimentado un ligero declive en su consumo por parte de los locales. A pesar de que los turistas extranjeros mantienen el consumo en alza, los españoles han disminuido su ingesta en un 3,53%. Esto se debe en parte al cierre de unos 17.000 bares el año pasado, lo que representa un duro golpe para aquellos establecimientos muy vinculados a la cerveza. La desaparición de estos lugares emblemáticos ha obligado a los bebedores locales a buscar nuevas alternativas de ocio y consumo.
Por otro lado, la llegada masiva de turistas internacionales ha sido un respiro para la industria cervecera en España. El 2023 cerró con un récord de 84 millones de visitantes extranjeros, superando las cifras del 2019. Esto ha generado un aumento del consumo de cerveza en los bares, especialmente impulsado por la demanda de los turistas, quienes solicitaron un 22,52% más de cerveza en la hostelería durante el año pasado. Parece que, para los visitantes, disfrutar de una cerveza helada en una terraza española es parte indispensable de su experiencia en el país.
La caída en el consumo de cerveza por parte de los españoles también se atribuye al aumento de costes y a la inflación. Muchos bares, especialmente los de tamaño pequeño, han tenido que cerrar sus puertas debido a la difícil situación económica. Aproximadamente, el 25% de la facturación de un establecimiento medio proviene de la venta de cerveza, por lo que el impacto de esta disminución se ha sentido en toda la industria. Además, el cierre de bares ha sido más notorio en las zonas rurales y despobladas, donde casi el 20% de los municipios no cuentan con ningún local para disfrutar de una cerveza con amigos.
El declive en el consumo de cerveza por parte de los españoles es un reflejo de los cambios socioculturales que están ocurriendo en el país. La disminución de bares tradicionales y emblemáticos ha obligado a los locales a buscar nuevas alternativas de ocio y consumo, lo que demuestra una transformación en los hábitos de la sociedad. La creciente presencia de turistas extranjeros ha sido un salvavidas para la industria cervecera, pero también ha generado un desequilibrio en el mercado, con una mayor demanda en los establecimientos turísticos y menos en los locales frecuentados por los residentes.
La situación económica de muchos bares, sumada al aumento de costes y la inflación, ha contribuido significativamente al cierre de miles de establecimientos en todo el país. La falta de lugares de ocio en zonas rurales y despobladas también refleja una desigualdad en el acceso a servicios básicos de la sociedad. Es importante reflexionar sobre la importancia de estos locales en la cultura española y en la vida social de las comunidades locales, buscando soluciones para mantener viva la tradición cervecera en el país.
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