Ford Almussafes se encuentra nuevamente en el ojo de la tormenta con la reciente noticia del inicio de un nuevo Expediente de Regulación de Empleo a partir del 28 de mayo. Este anuncio llega menos de una semana después de asegurarse la producción de un nuevo modelo que promete aportar alrededor de 300,000 unidades al año para mediados de 2027. Con una plantilla de aproximadamente 4,700 trabajadores y solo un vehículo en fabricación, el Kuga, la multinacional busca adaptar su fuerza laboral a la carga de trabajo actual hasta la llegada del futuro coche multinenergía en tres años.
Ante esta situación, el sindicato mayoritario UGT ha destacado la importancia de conocer el volumen de empleo requerido y el posible excedente de personal que podría surgir como resultado de esta reestructuración. A pesar de la incertidumbre que rodea a estas negociaciones, UGT ha recordado el compromiso de Ford Almussafes con la electrificación y la apuesta por Valencia, asegurando que la planta contará con suficiente carga de trabajo gracias al nuevo modelo prometido.
Este nuevo ERE será el cuarto que afronte Ford Almussafes desde 2020, marcando un camino de dificultades y adaptaciones para la compañía en un contexto de cambio de estrategia y retrasos en la electrificación en Europa. A pesar de la renuncia a las ayudas del segundo Perte del coche eléctrico, la firma del óvalo continúa su colaboración con los gobiernos nacional y regional, asegurando su compromiso con el futuro de la industria automotriz en la región.
Ford Almussafes vuelve a estar en el centro de la polémica con la noticia del nuevo Expediente de Regulación de Empleo que afectará a su plantilla a partir del 28 de mayo. A pesar de haber asegurado recientemente la producción de un nuevo modelo que promete impulsar la producción en los próximos años, la compañía se enfrenta una vez más a la necesidad de ajustar su fuerza laboral a la carga de trabajo actual. Esta decisión genera incertidumbre entre los trabajadores y el sindicato UGT, que resalta la importancia de conocer el volumen de empleo requerido y el posible excedente de personal que podría surgir.
Este nuevo ERE marca el cuarto desde 2020 para Ford Almussafes, reflejando un camino lleno de dificultades y adaptaciones para la compañía en un contexto de cambios estratégicos y retrasos en la electrificación en Europa. A pesar de los desafíos, la firma del óvalo continúa su colaboración con los gobiernos nacional y regional, reafirmando su compromiso con el futuro de la industria automotriz en la región. La incertidumbre y la necesidad de ajustes en la fuerza laboral plantean interrogantes sobre el rumbo que tomará la planta en los próximos años y la estabilidad laboral de sus trabajadores.
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