En un contexto marcado por una creciente conciencia sobre el impacto medioambiental y la necesidad de digitalización, la inversión en infraestructuras se ha convertido en uno de los sectores más atractivos para los inversores institucionales. La reciente adquisición del 9,4% del capital social de ACS por parte de CriteriaCaixa, la división de inversión de la Fundación La Caixa, refleja claramente esta tendencia. Con este movimiento, CriteriaCaixa no solo busca diversificar su cartera de participadas, sino que también se suma al creciente interés por las infraestructuras a nivel global.
El atractivo de las inversiones en infraestructuras radica en su similitud con la deuda pública, ofreciendo contratos de concesión a largo plazo, ligados a la inflación y con rentabilidades estables. Según Fernando González Cuervo de EY, estas inversiones son seguras y permiten una planificación financiera predecible, atrayendo tanto a inversores del mercado bancario como de bonos. Además, la creciente demanda de infraestructuras a nivel mundial, impulsada por aspectos medioambientales y la digitalización, ha generado un escenario propicio para el desarrollo de proyectos tanto tradicionales como relacionados con la transición energética y la digitalización.
A la hora de elegir entre invertir en vehículos de infraestructuras o en empresas constructoras como ACS, Ferrovial o Acciona, la clave está en encontrar el equilibrio entre riesgo y rentabilidad. Mientras que los constructores asumen más riesgo en la etapa inicial para obtener beneficios a través de la venta, los inversores apuestan por ingresos previsibles a largo plazo. Esta diversidad de perfiles en el mercado ofrece opciones para diferentes tipos de inversores, desde aquellos que buscan liquidez y diversificación hasta los que prefieren centrarse en activos concesionales específicos. En un entorno donde la colaboración público-privada es fundamental para impulsar grandes proyectos de infraestructura, las inversiones en este sector prometen ser clave para el crecimiento y la creación de valor en los próximos años.
La reciente adquisición del 9,4% del capital social de ACS por CriteriaCaixa refleja la creciente atracción de los inversores institucionales por el sector de las infraestructuras. Este movimiento evidencia el interés por invertir en activos seguros y estables, ligados a la inflación y con contratos a largo plazo. Además, la demanda creciente de proyectos relacionados con la transición energética y la digitalización está generando un escenario propicio para el desarrollo de infraestructuras a nivel global.
Es crucial encontrar un equilibrio entre riesgo y rentabilidad al invertir en infraestructuras o en empresas constructoras. Mientras los constructores asumen mayor riesgo en la etapa inicial, los inversores buscan ingresos previsibles a largo plazo. En un contexto de colaboración público-privada clave para la realización de grandes proyectos, las inversiones en infraestructuras prometen ser fundamentales para el crecimiento y la creación de valor en los próximos años. En definitiva, esta tendencia refleja la importancia de mirar hacia un futuro sostenible y digitalizado en el ámbito de las infraestructuras.
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