Desde Barcelona, las palabras de Joan Laporta resuenan con fuerza en el mundo del fútbol. El presidente del FC Barcelona ha concedido una entrevista al programa ‘Bestial’ de 3Cat, donde no se ha guardado nada. Desde su visión del club hasta los entresijos de su relación con Leo Messi, pasando por su particular estilo de liderazgo, Laporta ha ofrecido una radiografía completa de su gestión al frente de la entidad blaugrana.
El discurso de Laporta se articula en torno a la idea de un Barcelona inclusivo y global. «Somos más que un club porque representamos Cataluña y al mismo tiempo somos un club global. Esta es la grandeza del Barça, que admite a todo el mundo», sentenció. Una declaración que refleja la ambición del club por ser un referente no solo deportivo, sino también social y cultural. El presidente catalán hizo hincapié en la responsabilidad que conlleva su cargo, un rol que define como el de un gestor de voluntades, un líder que debe inspirar confianza y actuar con integridad. «El presidente del Barcelona tiene que ser responsable y decir la verdad. No puedes creer a nadie, pero a ti te tienen que creer todos, y para eso tienes que cumplir con lo que dices», afirmó.
Uno de los momentos más esperados de la entrevista era, sin duda, la referencia a Leo Messi. Laporta admitió que la relación entre ambos se vio afectada por la no renovación del contrato del astro argentino, pero reveló que, afortunadamente, han logrado recuperar parte de la conexión perdida. «Tuvimos una muy buena relación durante mucho tiempo, pero cuando no renovamos el contrato se estropeó. Después más o menos la recuperamos. Confío en hacerle el homenaje que se merece«, confesó. Unas palabras que abren la puerta a un posible reconocimiento al jugador que marcó una época en el club.
Finalmente, Laporta también tuvo palabras de elogio para el actual entrenador del equipo, Flick. Destacó su profesionalidad y su sensibilidad, resaltando la buena sintonía que existe entre ambos. «Es muy alemán, pero tiene sensibilidad. Es muy exigente, no le puedes cambiar los planes porque es muy germánico, pero al mismo tiempo es sensible, tiene buenos sentimientos. Estoy muy a gusto y muy contento con él«, concluyó.
Las declaraciones de Joan Laporta, destiladas en esta entrevista ‘Bestial’, reafirman una constante en su gestión: el ejercicio de equilibrismo entre la grandilocuencia y el arrepentimiento. Si bien su insistencia en un Barça «inclusivo y global» resuena como una aspiración loable, se diluye ante la realidad económica y social del club, aún lejos de la sostenibilidad y con profundas cicatrices internas. La promesa de un homenaje a Messi, más allá de aplaudible, suena a intento tardío de resarcimiento, un gesto que quizás llegue demasiado tarde para sanar las heridas de una partida que dolió en el alma al barcelonismo y, por extensión, al fútbol mundial. ¿Es este reconocimiento una muestra genuina de gratitud o una estrategia para lavar una imagen dañada?
La confianza depositada en Flick, descrita con pinceladas de pragmatismo alemán y «sensibilidad», parece más una apuesta por la estabilidad que una visión revolucionaria. Si bien la solidez germánica es un valor innegable, el Barça necesita algo más que disciplina táctica para resurgir. Requiere una identidad futbolística definida, una cantera revitalizada y un proyecto a largo plazo que trascienda los vaivenes del mercado y las urgencias del presente. La entrevista, en definitiva, deja la sensación de un liderazgo que busca controlar el relato, pero que aún debe demostrar con hechos la capacidad de transformar las palabras en realidades tangibles y duraderas. El tiempo, implacable juez, dictaminará si estas promesas se materializan o se desvanecen en la historia como otro capítulo de la era Laporta.
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