Este 31 de mayo se conmemora un partido histórico en el mundo del fútbol, el enfrentamiento entre Italia y España en el Mundial de Italia-1934. Este encuentro, que terminó en empate 1-1, marcó un antes y un después en la percepción de la rivalidad entre el fascismo de Benito Mussolini y la democracia representada por la II República española. La violencia inusitada de los italianos en el campo llevó a una serie de controversias y críticas por parte de la prensa española e internacional.
El partido entre Italia y España no solo fue un enfrentamiento deportivo, sino que se convirtió en un reflejo de las tensiones políticas de la época. La violencia desplegada por los jugadores italianos, con la supuesta aquiescencia de los árbitros, generó un clima de tensión que trascendió las fronteras del campo de juego. La necesidad de repetir el encuentro al día siguiente con numerosos suplentes en ambas formaciones evidenció la brutalidad de la batalla de Florencia.
Las estrellas de aquel partido, como el medio centro italoargentino Luis Monti y el portero español Ricardo Zamora, se convirtieron en figuras emblemáticas de aquella contienda. Monti, criticado y alabado en igual medida por su juego agresivo, se naturalizó italiano tras el Mundial y enfrentó duras críticas en España. Por otro lado, Zamora, conocido como «el Divino», destacaba por su carrera en equipos de renombre y su actuación en la Olimpiada de Amberes de 1920. Ambos jugadores representaban no solo la excelencia deportiva, sino también las complejidades políticas que rodeaban al fútbol en aquella época.
El partido entre Italia y España en el Mundial de 1934 es un claro ejemplo de cómo el deporte puede convertirse en un terreno político. La actuación violenta de los jugadores italianos, influenciados por el régimen fascista de Mussolini, puso de manifiesto las tensiones existentes entre la ideología totalitaria y la democracia representada por la II República española. La necesidad de repetir el partido al día siguiente con suplentes evidenció la brutalidad de aquel enfrentamiento y la influencia de la política en el fútbol de la época.
Las figuras de Monti y Zamora, emblemáticas en aquel partido, reflejan las complejidades políticas que rodeaban al fútbol en aquella época. Mientras Monti se naturalizó italiano y enfrentó críticas en España por su juego agresivo, Zamora, conocido como «el Divino», destacaba por su talento en el campo. Este encuentro histórico no solo quedó marcado por el empate 1-1, sino por la violencia desplegada y las repercusiones políticas que tuvo en las figuras de los jugadores participantes.
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