La placa en homenaje a Miguel Ángel Blanco, el concejal del PP de Ermua asesinado por ETA en 1997, ha sido objeto de un acto vandálico que ha conmocionado a la ciudad de Vitoria. El hecho ocurrió apenas cuatro meses después de su instalación, lo que ha despertado la indignación de la comunidad y removido dolorosos recuerdos de una época marcada por el terrorismo.
El acto de arrancar la placa constituye no solo un ataque a la memoria de Miguel Ángel Blanco, sino también un ultraje a todas las víctimas del terrorismo y a aquellos que luchan por la paz y la convivencia en una sociedad democrática. La respuesta ciudadana ante este acto de odio ha sido unánime, instando a las autoridades a restituir la placa y reafirmando el compromiso con la memoria de aquellos que perdieron la vida en manos de la violencia.
La placa, que originalmente fue colocada en un acto solemne en presencia de autoridades y representantes de todos los partidos políticos, simbolizaba la lucha contra la barbarie terrorista y el espíritu de resistencia de una sociedad que se negaba a claudicar ante el miedo y la violencia. La decisión del Ayuntamiento de Vitoria de reponerla y mantener vivo el recuerdo de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas del terrorismo es un mensaje de unidad y solidaridad en tiempos de división y confrontación.
El acto vandálico perpetrado contra la placa en homenaje a Miguel Ángel Blanco es una afrenta a la memoria de un joven concejal que fue asesinado de forma cobarde por ETA. Este suceso no solo remueve el dolor de aquel trágico episodio de nuestra historia reciente, sino que también pone de manifiesto la necesidad de seguir luchando por la justicia, la verdad y la memoria de todas las víctimas del terrorismo.
La reacción de la ciudadanía, que ha mostrado su rechazo unánime ante este acto de odio, es una muestra de que la sociedad no olvida ni permitirá que se borren las huellas de aquellos que han sufrido en carne propia el terrorismo. Restituir la placa en su lugar original es un gesto de dignidad y de compromiso con la memoria de Miguel Ángel Blanco y de todas las víctimas, y nos recuerda que la mejor forma de honrar su memoria es seguir trabajando por una sociedad libre de violencia y de intolerancia.
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