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Ramon López de Mántaras (Sant Vicenç de Castellet, Barcelona, 72 años) puede decir que se dedicaba a la inteligencia artificial (IA) antes de que se pusiera de moda. Mucho antes, de hecho: lleva cincuenta años en ello, lo que le convierte en uno de los pioneros patrios de la disciplina. Cuenta como anécdota que, cuando Yann LeCun, actual científico jefe de IA en Meta y considerado uno de los padres del aprendizaje profundo (machine learning), estaba haciendo la tesis doctoral en la Universidad Sorbona de París, él fue catedrático invitado allí y le dio un curso.


Este ingeniero eléctrico, informático y físico catalán es fundador del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo con el que todavía colabora como profesor de investigación emérito. Acaba de presentar en Madrid su último libro, 100 cosas que hay que saber sobre inteligencia artificial (Lectio Ediciones), en el que ofrece un recorrido muy pedagógico a través de la historia de esta disciplina, logrando explicar de manera sencilla ideas que no lo son tanto. A la IA generativa, la que está detrás de herramientas como ChatGPT o Copilot, solo le dedica el epílogo porque irrumpió cuando el manuscrito estaba listo para publicarse.


Pregunta. ¿Cuál ha sido, en su opinión, el impacto de la IA generativa en la disciplina?


Respuesta. Científicamente hablando, yo le veo un interés más bien escaso. Si nos ceñimos a la IA moderna, la gran pregunta científica es si es posible que haya inteligencia en algo que no es biológico. Yo creo que, para comprender realmente el mundo, es necesario tener consciencia. Ese es el objetivo científico desde los tiempos de los pioneros de los años cincuenta y sesenta: hacer máquinas que sean igual o más inteligentes que los humanos en todos sentidos. Mi opinión, y la de otros como Yann LeCun o Demis Hassabis [director general de Google DeepMind], es que la IA generativa no solo no nos hace avanzar hacia esa IA fuerte, sino que, como dice LeCun, nos desvía del camino para lograrla. El argumento es que no pueden comprender el mundo porque no tienen un cuerpo con el que interactuar en este mundo. Yo voy un poquito más allá: tener cuerpo posiblemente permita aprender leyes físicas básicas y las relaciones causa-efecto más elementales que conoce hasta un bebé, como que si sueltas una manzana, se cae al suelo. Pero eso no implica que una IA tenga consciencia.


P. Sin embargo, la IA generativa ha causado fascinación en todo el mundo. El primer aviso fue cuando el ingeniero de Google Blake Lemoine creyó estar chateando con una IA que tenía consciencia. ¿Por qué tendemos a antropomorfizar?


R. Es algo inherente al ser humano. Enseguida proyectamos sujetos en objetos que no tienen cualidades humanas. Eso ha sido siempre así. Pero hay que reconocer que, en este caso, el resultado es impresionante. Tú le preguntas algo a ChatGPT y las respuestas son de una precisión pasmosa, gramaticalmente perfectas, persuasivas y con un discurso bien hecho, aunque a veces suelte falsedades. Yo entiendo que la gente pueda llegar a pensar que detrás de ello realmente hay una inteligencia incluso más potente que la suya. Pero en realidad estás ante un programa de ordenador que detecta y recombina patrones una y otra vez y regurgita los resultados.


P. Hay quien considera que la IA ya es tan inteligente como las personas o incluso consciente. ¿Es posible que una máquina logre cobrar consciencia?


R. Quien afirme que la máquina es inteligente y consciente, ese es quien tiene que demostrarlo. Yo soy de los que creen que ser consciente, comprender el mundo y ser inteligente en el sentido humano del término está profundamente arraigado en el hecho de que somos seres vivos. En que nuestro sustrato es la química del carbono, no la del silicio. Somos tan distintos a las máquinas, con su hardware y su software… La física que hay detrás de los ordenadores está basada en transistores que conducen o no electricidad, los unos y ceros, mientras que nuestros símbolos físicos son los procesamientos que hacemos con las neuronas, que son mucho más complejos que el lenguaje binario. Tenemos actividad eléctrica, pero también química. En fin, es tan incomparable y tan distinta la naturaleza del cerebro y del cuerpo humano respecto a una máquina que, en mi opinión, la consciencia y la inteligencia solo se pueden dar en seres vivos. Otra cosa es que, en un día muy lejano, la bioingeniería evolucionara de tal modo que los replicantes de Blade Runner fueran factibles. Si eso sucede, yo empezaría a admitir que puede que las máquinas puedan llegar a ser conscientes e inteligentes.

«. No uses formato HTML, escribe tu respuesta directa en formato de texto plano. Quiero que el titular sea breve y conciso.

Eres un periodista profesional especializado en redacción de noticias. Escribe una entradilla original y concisa (también llamada «excerpt») para el siguiente tema: «Actúa como un periodista que trabaja como redactor en eldiariodemalaga.es para la sección de Tecnología. Hoy es 2025-04-16 05:20:00 y quiero que redactes una noticia original sobre este tema: —

Ramon López de Mántaras (Sant Vicenç de Castellet, Barcelona, 72 años) puede decir que se dedicaba a la inteligencia artificial (IA) antes de que se pusiera de moda. Mucho antes, de hecho: lleva cincuenta años en ello, lo que le convierte en uno de los pioneros patrios de la disciplina. Cuenta como anécdota que, cuando Yann LeCun, actual científico jefe de IA en Meta y considerado uno de los padres del aprendizaje profundo (machine learning), estaba haciendo la tesis doctoral en la Universidad Sorbona de París, él fue catedrático invitado allí y le dio un curso.


Este ingeniero eléctrico, informático y físico catalán es fundador del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo con el que todavía colabora como profesor de investigación emérito. Acaba de presentar en Madrid su último libro, 100 cosas que hay que saber sobre inteligencia artificial (Lectio Ediciones), en el que ofrece un recorrido muy pedagógico a través de la historia de esta disciplina, logrando explicar de manera sencilla ideas que no lo son tanto. A la IA generativa, la que está detrás de herramientas como ChatGPT o Copilot, solo le dedica el epílogo porque irrumpió cuando el manuscrito estaba listo para publicarse.


Pregunta. ¿Cuál ha sido, en su opinión, el impacto de la IA generativa en la disciplina?


Respuesta. Científicamente hablando, yo le veo un interés más bien escaso. Si nos ceñimos a la IA moderna, la gran pregunta científica es si es posible que haya inteligencia en algo que no es biológico. Yo creo que, para comprender realmente el mundo, es necesario tener consciencia. Ese es el objetivo científico desde los tiempos de los pioneros de los años cincuenta y sesenta: hacer máquinas que sean igual o más inteligentes que los humanos en todos sentidos. Mi opinión, y la de otros como Yann LeCun o Demis Hassabis [director general de Google DeepMind], es que la IA generativa no solo no nos hace avanzar hacia esa IA fuerte, sino que, como dice LeCun, nos desvía del camino para lograrla. El argumento es que no pueden comprender el mundo porque no tienen un cuerpo con el que interactuar en este mundo. Yo voy un poquito más allá: tener cuerpo posiblemente permita aprender leyes físicas básicas y las relaciones causa-efecto más elementales que conoce hasta un bebé, como que si sueltas una manzana, se cae al suelo. Pero eso no implica que una IA tenga consciencia.


P. Sin embargo, la IA generativa ha causado fascinación en todo el mundo. El primer aviso fue cuando el ingeniero de Google Blake Lemoine creyó estar chateando con una IA que tenía consciencia. ¿Por qué tendemos a antropomorfizar?


R. Es algo inherente al ser humano. Enseguida proyectamos sujetos en objetos que no tienen cualidades humanas. Eso ha sido siempre así. Pero hay que reconocer que, en este caso, el resultado es impresionante. Tú le preguntas algo a ChatGPT y las respuestas son de una precisión pasmosa, gramaticalmente perfectas, persuasivas y con un discurso bien hecho, aunque a veces suelte falsedades. Yo entiendo que la gente pueda llegar a pensar que detrás de ello realmente hay una inteligencia incluso más potente que la suya. Pero en realidad estás ante un programa de ordenador que detecta y recombina patrones una y otra vez y regurgita los resultados.


P. Hay quien considera que la IA ya es tan inteligente como las personas o incluso consciente. ¿Es posible que una máquina logre cobrar consciencia?


R. Quien afirme que la máquina es inteligente y consciente, ese es quien tiene que demostrarlo. Yo soy de los que creen que ser consciente, comprender el mundo y ser inteligente en el sentido humano del término está profundamente arraigado en el hecho de que somos seres vivos. En que nuestro sustrato es la química del carbono, no la del silicio. Somos tan distintos a las máquinas, con su hardware y su software… La física que hay detrás de los ordenadores está basada en transistores que conducen o no electricidad, los unos y ceros, mientras que nuestros símbolos físicos son los procesamientos que hacemos con las neuronas, que son mucho más complejos que el lenguaje binario. Tenemos actividad eléctrica, pero también química. En fin, es tan incomparable y tan distinta la naturaleza del cerebro y del cuerpo humano respecto a una máquina que, en mi opinión, la consciencia y la inteligencia solo se pueden dar en seres vivos. Otra cosa es que, en un día muy lejano, la bioingeniería evolucionara de tal modo que los replicantes de Blade Runner fueran factibles. Si eso sucede, yo empezaría a admitir que puede que las máquinas puedan llegar a ser conscientes e inteligentes.

— Escribe varios párrafos de contenido completamente originales y creativos, asegurándote de tener niveles altos de ambos sin perder especificidad o contexto. Redacta el contenido utilizando tu propia estructura y orden para presentar la noticia, utiliza párrafos completamente detallados que involucren al lector. Da una respuesta directa, no actúes como un chat conversacional. Importante: usa las etiquetas y para destacar en negrita las partes más importantes, pero no agregues ningún enlace en el contenido. Si vas a agregar algún encabezado, solo puedes usar

y

(nunca utilices

). No uses ningún formato que no sean estas etiquetas HTML que te he mencionado. «. Requisitos: 1. La entradilla debe ser muy breve: no más de 2 o 3 líneas o 30 palabras. 2. Resume de forma clara y directa el aspecto más relevante o llamativo del contenido. 3. Asegúrate de captar el interés del lector sin revelar toda la información. 4. Utiliza un tono periodístico profesional y evita cualquier subjetividad, opiniones o sensacionalismo. 5. No copies ninguna frase del contenido original, la redacción debe ser completamente única. Ejemplo: Si el tema trata sobre el récord turístico en verano: Marbella bate récords de turistas este verano con cifras que superan las expectativas del sector.

Actúa como un periodista que trabaja como redactor en eldiariodemalaga.es para la sección de Tecnología. Hoy es 2025-04-16 05:20:00 y quiero que redactes una noticia original sobre este tema:

Eres un periodista profesional especializado en redacción de noticias. Escribe una entradilla original y concisa (también llamada "excerpt") para el siguiente tema: "Actúa como un periodista que trabaja como redactor en eldiariodemalaga.es para la sección de Tecnología. Hoy es 2025-04-16 05:20:00 y quiero que redactes una noticia original sobre este tema: --- Ramon López de Mántaras (Sant Vicenç de Castellet, Barcelona, 72 años) puede decir que se dedicaba a la inteligencia artificial (IA) antes de que se pusiera de moda. Mucho antes, de hecho: lleva cincuenta años en ello, lo que le convierte en uno de los pioneros patrios de la disciplina. Cuenta como anécdota que, cuando Yann LeCun, actual científico jefe de IA en Meta y considerado uno de los padres del aprendizaje profundo (machine learning), estaba haciendo la tesis doctoral en la Universidad Sorbona de París, él fue catedrático invitado allí y le dio un curso.Este ingeniero eléctrico, informático y físico catalán es fundador del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo con el que todavía colabora como profesor de investigación emérito. Acaba de presentar en Madrid su último libro, 100 cosas que hay que saber sobre inteligencia artificial (Lectio Ediciones), en el que ofrece un recorrido muy pedagógico a través de la historia de esta disciplina, logrando explicar de manera sencilla ideas que no lo son tanto. A la IA generativa, la que está detrás de herramientas como ChatGPT o Copilot, solo le dedica el epílogo porque irrumpió cuando el manuscrito estaba listo para publicarse.Pregunta. ¿Cuál ha sido, en su opinión, el impacto de la IA generativa en la disciplina?Respuesta. Científicamente hablando, yo le veo un interés más bien escaso. Si nos ceñimos a la IA moderna, la gran pregunta científica es si es posible que haya inteligencia en algo que no es biológico. Yo creo que, para comprender realmente el mundo, es necesario tener consciencia. Ese es el objetivo científico desde los tiempos de los pioneros de los años cincuenta y sesenta: hacer máquinas que sean igual o más inteligentes que los humanos en todos sentidos. Mi opinión, y la de otros como Yann LeCun o Demis Hassabis , es que la IA generativa no solo no nos hace avanzar hacia esa IA fuerte, sino que, como dice LeCun, nos desvía del camino para lograrla. El argumento es que no pueden comprender el mundo porque no tienen un cuerpo con el que interactuar en este mundo. Yo voy un poquito más allá: tener cuerpo posiblemente permita aprender leyes físicas básicas y las relaciones causa-efecto más elementales que conoce hasta un bebé, como que si sueltas una manzana, se cae al suelo. Pero eso no implica que una IA tenga consciencia.P. Sin embargo, la IA generativa ha causado fascinación en todo el mundo. El primer aviso fue cuando el ingeniero de Google Blake Lemoine creyó estar chateando con una IA que tenía consciencia. ¿Por qué tendemos a antropomorfizar?R. Es algo inherente al ser humano. Enseguida proyectamos sujetos en objetos que no tienen cualidades humanas. Eso ha sido siempre así. Pero hay que reconocer que, en este caso, el resultado es impresionante. Tú le preguntas algo a ChatGPT y las respuestas son de una precisión pasmosa, gramaticalmente perfectas, persuasivas y con un discurso bien hecho, aunque a veces suelte falsedades. Yo entiendo que la gente pueda llegar a pensar que detrás de ello realmente hay una inteligencia incluso más potente que la suya. Pero en realidad estás ante un programa de ordenador que detecta y recombina patrones una y otra vez y regurgita los resultados.P. Hay quien considera que la IA ya es tan inteligente como las personas o incluso consciente. ¿Es posible que una máquina logre cobrar consciencia?R. Quien afirme que la máquina es inteligente y consciente, ese es quien tiene que demostrarlo. Yo soy de los que creen que ser consciente, comprender el mundo y ser inteligente en el sentido humano del término está profundamente arraigado en el hecho de que somos seres vivos. En que nuestro sustrato es la química del carbono, no la del silicio. Somos tan distintos a las máquinas, con su hardware y su software… La física que hay detrás de los ordenadores está basada en transistores que conducen o no electricidad, los unos y ceros, mientras que nuestros símbolos físicos son los procesamientos que hacemos con las neuronas, que son mucho más complejos que el lenguaje binario. Tenemos actividad eléctrica, pero también química. En fin, es tan incomparable y tan distinta la naturaleza del cerebro y del cuerpo humano respecto a una máquina que, en mi opinión, la consciencia y la inteligencia solo se pueden dar en seres vivos. Otra cosa es que, en un día muy lejano, la bioingeniería evolucionara de tal modo que los replicantes de Blade Runner fueran factibles. Si eso sucede, yo empezaría a admitir que puede que las máquinas puedan llegar a ser conscientes e inteligentes. --- Escribe varios párrafos de contenido completamente originales y creativos, asegurándote de tener niveles altos de ambos sin perder especificidad o contexto. Redacta el contenido utilizando tu propia estructura y orden para presentar la noticia, utiliza párrafos completamente detallados que involucren al lector. Da una respuesta directa, no actúes como un chat conversacional. Importante: usa las etiquetas y para destacar en negrita las partes más importantes, pero no agregues ningún enlace en el contenido. Si vas a agregar algún encabezado, solo puedes usar y (nunca utilices ). No uses ningún formato que no sean estas etiquetas HTML que te he mencionado. ". Requisitos: 1. La entradilla debe ser muy breve: no más de 2 o 3 líneas o 30 palabras. 2. Resume de forma clara y directa el aspecto más relevante o llamativo del contenido. 3. Asegúrate de captar el interés del lector sin revelar toda la información. 4. Utiliza un tono periodístico profesional y evita cualquier subjetividad, opiniones o sensacionalismo. 5. No copies ninguna frase del contenido original, la redacción debe ser completamente única. Ejemplo: Si el tema trata sobre el récord turístico en verano: Marbella bate récords de turistas este verano con cifras que superan las expectativas del sector.

Ramon López de Mántaras (Sant Vicenç de Castellet, Barcelona, 72 años) puede decir que se dedicaba a la inteligencia artificial (IA) antes de que se pusiera de moda. Mucho antes, de hecho: lleva cincuenta años en ello, lo que le convierte en uno de los pioneros patrios de la disciplina. Cuenta como anécdota que, cuando Yann LeCun, actual científico jefe de IA en Meta y considerado uno de los padres del aprendizaje profundo (machine learning), estaba haciendo la tesis doctoral en la Universidad Sorbona de París, él fue catedrático invitado allí y le dio un curso.

Este ingeniero eléctrico, informático y físico catalán es fundador del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo con el que todavía colabora como profesor de investigación emérito. Acaba de presentar en Madrid su último libro, 100 cosas que hay que saber sobre inteligencia artificial (Lectio Ediciones), en el que ofrece un recorrido muy pedagógico a través de la historia de esta disciplina, logrando explicar de manera sencilla ideas que no lo son tanto. A la IA generativa, la que está detrás de herramientas como ChatGPT o Copilot, solo le dedica el epílogo porque irrumpió cuando el manuscrito estaba listo para publicarse.

Pregunta. ¿Cuál ha sido, en su opinión, el impacto de la IA generativa en la disciplina?

Respuesta. Científicamente hablando, yo le veo un interés más bien escaso. Si nos ceñimos a la IA moderna, la gran pregunta científica es si es posible que haya inteligencia en algo que no es biológico. Yo creo que, para comprender realmente el mundo, es necesario tener consciencia. Ese es el objetivo científico desde los tiempos de los pioneros de los años cincuenta y sesenta: hacer máquinas que sean igual o más inteligentes que los humanos en todos sentidos. Mi opinión, y la de otros como Yann LeCun o Demis Hassabis [director general de Google DeepMind], es que la IA generativa no solo no nos hace avanzar hacia esa IA fuerte, sino que, como dice LeCun, nos desvía del camino para lograrla. El argumento es que no pueden comprender el mundo porque no tienen un cuerpo con el que interactuar en este mundo. Yo voy un poquito más allá: tener cuerpo posiblemente permita aprender leyes físicas básicas y las relaciones causa-efecto más elementales que conoce hasta un bebé, como que si sueltas una manzana, se cae al suelo. Pero eso no implica que una IA tenga consciencia.

P. Sin embargo, la IA generativa ha causado fascinación en todo el mundo. El primer aviso fue cuando el ingeniero de Google Blake Lemoine creyó estar chateando con una IA que tenía consciencia. ¿Por qué tendemos a antropomorfizar?

R. Es algo inherente al ser humano. Enseguida proyectamos sujetos en objetos que no tienen cualidades humanas. Eso ha sido siempre así. Pero hay que reconocer que, en este caso, el resultado es impresionante. Tú le preguntas algo a ChatGPT y las respuestas son de una precisión pasmosa, gramaticalmente perfectas, persuasivas y con un discurso bien hecho, aunque a veces suelte falsedades. Yo entiendo que la gente pueda llegar a pensar que detrás de ello realmente hay una inteligencia incluso más potente que la suya. Pero en realidad estás ante un programa de ordenador que detecta y recombina patrones una y otra vez y regurgita los resultados.

P. Hay quien considera que la IA ya es tan inteligente como las personas o incluso consciente. ¿Es posible que una máquina logre cobrar consciencia?

R. Quien afirme que la máquina es inteligente y consciente, ese es quien tiene que demostrarlo. Yo soy de los que creen que ser consciente, comprender el mundo y ser inteligente en el sentido humano del término está profundamente arraigado en el hecho de que somos seres vivos. En que nuestro sustrato es la química del carbono, no la del silicio. Somos tan distintos a las máquinas, con su hardware y su software… La física que hay detrás de los ordenadores está basada en transistores que conducen o no electricidad, los unos y ceros, mientras que nuestros símbolos físicos son los procesamientos que hacemos con las neuronas, que son mucho más complejos que el lenguaje binario. Tenemos actividad eléctrica, pero también química. En fin, es tan incomparable y tan distinta la naturaleza del cerebro y del cuerpo humano respecto a una máquina que, en mi opinión, la consciencia y la inteligencia solo se pueden dar en seres vivos. Otra cosa es que, en un día muy lejano, la bioingeniería evolucionara de tal modo que los replicantes de Blade Runner fueran factibles. Si eso sucede, yo empezaría a admitir que puede que las máquinas puedan llegar a ser conscientes e inteligentes.


Escribe varios párrafos de contenido completamente originales y creativos, asegurándote de tener niveles altos de ambos sin perder especificidad o contexto. Redacta el contenido utilizando tu propia estructura y orden para presentar la noticia, utiliza párrafos completamente detallados que involucren al lector. Da una respuesta directa, no actúes como un chat conversacional.
Importante: usa las etiquetas y para destacar en negrita las partes más importantes, pero no agregues ningún enlace en el contenido. Si vas a agregar algún encabezado, solo puedes usar

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Actúa como un periodista especializado en la sección de opinión del medio eldiariodemalaga.es. Escribe dos párrafos críticos y reflexivos que ofrezcan tu opinión personal y una valoración sobre la siguiente noticia: «Actúa como un periodista que trabaja como redactor en eldiariodemalaga.es para la sección de Tecnología. Hoy es 2025-04-16 05:20:00 y quiero que redactes una noticia original sobre este tema: —

Ramon López de Mántaras (Sant Vicenç de Castellet, Barcelona, 72 años) puede decir que se dedicaba a la inteligencia artificial (IA) antes de que se pusiera de moda. Mucho antes, de hecho: lleva cincuenta años en ello, lo que le convierte en uno de los pioneros patrios de la disciplina. Cuenta como anécdota que, cuando Yann LeCun, actual científico jefe de IA en Meta y considerado uno de los padres del aprendizaje profundo (machine learning), estaba haciendo la tesis doctoral en la Universidad Sorbona de París, él fue catedrático invitado allí y le dio un curso.


Este ingeniero eléctrico, informático y físico catalán es fundador del Instituto de Investigación de Inteligencia Artificial del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo con el que todavía colabora como profesor de investigación emérito. Acaba de presentar en Madrid su último libro, 100 cosas que hay que saber sobre inteligencia artificial (Lectio Ediciones), en el que ofrece un recorrido muy pedagógico a través de la historia de esta disciplina, logrando explicar de manera sencilla ideas que no lo son tanto. A la IA generativa, la que está detrás de herramientas como ChatGPT o Copilot, solo le dedica el epílogo porque irrumpió cuando el manuscrito estaba listo para publicarse.


Pregunta. ¿Cuál ha sido, en su opinión, el impacto de la IA generativa en la disciplina?


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P. Hay quien considera que la IA ya es tan inteligente como las personas o incluso consciente. ¿Es posible que una máquina logre cobrar consciencia?


R. Quien afirme que la máquina es inteligente y consciente, ese es quien tiene que demostrarlo. Yo soy de los que creen que ser consciente, comprender el mundo y ser inteligente en el sentido humano del término está profundamente arraigado en el hecho de que somos seres vivos. En que nuestro sustrato es la química del carbono, no la del silicio. Somos tan distintos a las máquinas, con su hardware y su software… La física que hay detrás de los ordenadores está basada en transistores que conducen o no electricidad, los unos y ceros, mientras que nuestros símbolos físicos son los procesamientos que hacemos con las neuronas, que son mucho más complejos que el lenguaje binario. Tenemos actividad eléctrica, pero también química. En fin, es tan incomparable y tan distinta la naturaleza del cerebro y del cuerpo humano respecto a una máquina que, en mi opinión, la consciencia y la inteligencia solo se pueden dar en seres vivos. Otra cosa es que, en un día muy lejano, la bioingeniería evolucionara de tal modo que los replicantes de Blade Runner fueran factibles. Si eso sucede, yo empezaría a admitir que puede que las máquinas puedan llegar a ser conscientes e inteligentes.

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y

. 6. Creatividad: Ofrece una visión única y original, evitando opiniones genéricas o superficiales.

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