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Escribe un breve titular informativo y llamativo sobre: «

Abrir una aplicación, ver un vídeo y consumir imágenes pasivamente hasta el infinito. Las redes sociales son parte de la vida diaria de la gran mayoría de los jóvenes españoles. En esas plataformas se entretienen compartiendo memes, pero también en la mitad de los casos se convierten en la única fuente de información a la que acceden, de acuerdo a diversos estudios realizados en Europa, EE UU y Australia. La realidad es que los hábitos de consumo de noticias han cambiado. Solo un 20% de los chavales acude a la prensa o las plataformas de noticias. Y el 56% de chicos y chicas, según un análisis de Save the Children, se siente más cómodo recurriendo a familiares y amigos para comprobar la veracidad de un dato.


La búsqueda incesante de vídeos cortos ha transformado la forma de consumir contenidos en los medios tradicionales. Cristina, una chica de 20 años que estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), asegura que algunas de sus amigas son capaces de pasar al menos cinco horas ininterrumpidas en TikTok. “Tienen que bloquear la aplicación o no pararían”, cuenta. O el caso de Alejandro, que cursa la carrera de arquitectura y que con 20 años le apetece mirar videos sobre fútbol en las redes muchas veces al día. Esta es la segunda red social preferida por los jóvenes, solo después de Instagram.


Pero la generación joven no estaría más desinformada que los mayores. Esa es la lectura entrelíneas que realiza la abogada Siana Kalinova, experta en desinformación y redes sociales. “Hay una tendencia a pensar que la juventud cae fácilmente en cualquier tipo de bulo. No estoy de acuerdo y más bien, han pasado a informarse de otra manera”, plantea. Lo que ella observa es más bien un problema de alfabetización mediática y “es algo educativo, no generacional”, reitera la abogada.


Esta habilidad, según una definición de la Comisión Europea, ayuda a contrarrestar los efectos de las campañas de desinformación y la difusión de noticias falsas, pues permite “navegar por el entorno de noticias moderno y tomar decisiones informadas”. Los chicos y chicas, sin embargo, pueden ser engañados por fotos, videos u otros contenidos generados, de acuerdo a un análisis a más de 1.000 adolescentes estadounidenses entre 13 y 17 años. El mismo reporte de Save the Children evidencia que más de la mitad de los jóvenes españoles tiene dificultades para identificar cuándo una noticia es falsa.


“Si no fuera por TikTok e Instagram no me enteraría de nada. A veces nos la cuelan fácil”, reconoce Marta (19 años), otra estudiante de la UCM. Ella espera la siguiente clase junto a Andrea ―también de 19 años― que explica que si le aparece una noticia en TikTok, prefiere mirar algún periódico “para saber si es verdad”. Paula, otra chica que las acompaña, dice que a veces ocupa X para “revisar el estado del Metro”. “Nos salen [las noticias], no las buscamos”, aclara Marta.


La omnipresencia de las afirmaciones engañosas ha dejado estragos en la esfera pública. En el mundo, la invasión a Ucrania no solo ha causado consecuencias económicas y humanas, también ha puesto en relieve la fácil masificación de las fakes news. Mismo efecto ―aunque bajo otros parámetros― causó la dana de Valencia, ocurrida en octubre pasado, que destapó la peor oleada de bulos del país en el último tiempo (al menos, desde la pandemia), pero este fenómeno trascendió edades.


“Ahora mismo hay gente que no ha sido nativa digital y que no está siendo capaz de identificar fácilmente qué noticias son veraces”, ejemplifica la abogada. Jesús Conde, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, opina que los jóvenes sí son más propensos a caer en engaños porque “llevan más tiempo conectados” y su consumo es más activo.


La desinformación viene en diferentes formatos: desde leyendas en algunos casos, teorías de conspiración e incluso piezas humorísticas. “La literatura científica en los últimos años habla incluso del concepto de injertos digitales. Es decir, la desinformación se presenta de forma atractiva a los jóvenes, en un formato que parece veraz y que conecta con sus intereses”, sostiene Jesús Conde.

«. No uses formato HTML, escribe tu respuesta directa en formato de texto plano. Quiero que el titular sea breve y conciso.

Eres un periodista profesional especializado en redacción de noticias. Escribe una entradilla original y concisa (también llamada «excerpt») para el siguiente tema: «Actúa como un periodista que trabaja como redactor en eldiariodemalaga.es para la sección de Tecnología. Hoy es 2025-04-14 05:20:00 y quiero que redactes una noticia original sobre este tema: —

Abrir una aplicación, ver un vídeo y consumir imágenes pasivamente hasta el infinito. Las redes sociales son parte de la vida diaria de la gran mayoría de los jóvenes españoles. En esas plataformas se entretienen compartiendo memes, pero también en la mitad de los casos se convierten en la única fuente de información a la que acceden, de acuerdo a diversos estudios realizados en Europa, EE UU y Australia. La realidad es que los hábitos de consumo de noticias han cambiado. Solo un 20% de los chavales acude a la prensa o las plataformas de noticias. Y el 56% de chicos y chicas, según un análisis de Save the Children, se siente más cómodo recurriendo a familiares y amigos para comprobar la veracidad de un dato.


La búsqueda incesante de vídeos cortos ha transformado la forma de consumir contenidos en los medios tradicionales. Cristina, una chica de 20 años que estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), asegura que algunas de sus amigas son capaces de pasar al menos cinco horas ininterrumpidas en TikTok. “Tienen que bloquear la aplicación o no pararían”, cuenta. O el caso de Alejandro, que cursa la carrera de arquitectura y que con 20 años le apetece mirar videos sobre fútbol en las redes muchas veces al día. Esta es la segunda red social preferida por los jóvenes, solo después de Instagram.


Pero la generación joven no estaría más desinformada que los mayores. Esa es la lectura entrelíneas que realiza la abogada Siana Kalinova, experta en desinformación y redes sociales. “Hay una tendencia a pensar que la juventud cae fácilmente en cualquier tipo de bulo. No estoy de acuerdo y más bien, han pasado a informarse de otra manera”, plantea. Lo que ella observa es más bien un problema de alfabetización mediática y “es algo educativo, no generacional”, reitera la abogada.


Esta habilidad, según una definición de la Comisión Europea, ayuda a contrarrestar los efectos de las campañas de desinformación y la difusión de noticias falsas, pues permite “navegar por el entorno de noticias moderno y tomar decisiones informadas”. Los chicos y chicas, sin embargo, pueden ser engañados por fotos, videos u otros contenidos generados, de acuerdo a un análisis a más de 1.000 adolescentes estadounidenses entre 13 y 17 años. El mismo reporte de Save the Children evidencia que más de la mitad de los jóvenes españoles tiene dificultades para identificar cuándo una noticia es falsa.


“Si no fuera por TikTok e Instagram no me enteraría de nada. A veces nos la cuelan fácil”, reconoce Marta (19 años), otra estudiante de la UCM. Ella espera la siguiente clase junto a Andrea ―también de 19 años― que explica que si le aparece una noticia en TikTok, prefiere mirar algún periódico “para saber si es verdad”. Paula, otra chica que las acompaña, dice que a veces ocupa X para “revisar el estado del Metro”. “Nos salen [las noticias], no las buscamos”, aclara Marta.


La omnipresencia de las afirmaciones engañosas ha dejado estragos en la esfera pública. En el mundo, la invasión a Ucrania no solo ha causado consecuencias económicas y humanas, también ha puesto en relieve la fácil masificación de las fakes news. Mismo efecto ―aunque bajo otros parámetros― causó la dana de Valencia, ocurrida en octubre pasado, que destapó la peor oleada de bulos del país en el último tiempo (al menos, desde la pandemia), pero este fenómeno trascendió edades.


“Ahora mismo hay gente que no ha sido nativa digital y que no está siendo capaz de identificar fácilmente qué noticias son veraces”, ejemplifica la abogada. Jesús Conde, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, opina que los jóvenes sí son más propensos a caer en engaños porque “llevan más tiempo conectados” y su consumo es más activo.


La desinformación viene en diferentes formatos: desde leyendas en algunos casos, teorías de conspiración e incluso piezas humorísticas. “La literatura científica en los últimos años habla incluso del concepto de injertos digitales. Es decir, la desinformación se presenta de forma atractiva a los jóvenes, en un formato que parece veraz y que conecta con sus intereses”, sostiene Jesús Conde.

— Escribe varios párrafos de contenido completamente originales y creativos, asegurándote de tener niveles altos de ambos sin perder especificidad o contexto. Redacta el contenido utilizando tu propia estructura y orden para presentar la noticia, utiliza párrafos completamente detallados que involucren al lector. Da una respuesta directa, no actúes como un chat conversacional. Importante: usa las etiquetas y para destacar en negrita las partes más importantes, pero no agregues ningún enlace en el contenido. Si vas a agregar algún encabezado, solo puedes usar

y

(nunca utilices

). No uses ningún formato que no sean estas etiquetas HTML que te he mencionado. «. Requisitos: 1. La entradilla debe ser muy breve: no más de 2 o 3 líneas o 30 palabras. 2. Resume de forma clara y directa el aspecto más relevante o llamativo del contenido. 3. Asegúrate de captar el interés del lector sin revelar toda la información. 4. Utiliza un tono periodístico profesional y evita cualquier subjetividad, opiniones o sensacionalismo. 5. No copies ninguna frase del contenido original, la redacción debe ser completamente única. Ejemplo: Si el tema trata sobre el récord turístico en verano: Marbella bate récords de turistas este verano con cifras que superan las expectativas del sector.

Actúa como un periodista que trabaja como redactor en eldiariodemalaga.es para la sección de Tecnología. Hoy es 2025-04-14 05:20:00 y quiero que redactes una noticia original sobre este tema:

Eres un periodista profesional especializado en redacción de noticias. Escribe una entradilla original y concisa (también llamada "excerpt") para el siguiente tema: "Actúa como un periodista que trabaja como redactor en eldiariodemalaga.es para la sección de Tecnología. Hoy es 2025-04-14 05:20:00 y quiero que redactes una noticia original sobre este tema: --- Abrir una aplicación, ver un vídeo y consumir imágenes pasivamente hasta el infinito. Las redes sociales son parte de la vida diaria de la gran mayoría de los jóvenes españoles. En esas plataformas se entretienen compartiendo memes, pero también en la mitad de los casos se convierten en la única fuente de información a la que acceden, de acuerdo a diversos estudios realizados en Europa, EE UU y Australia. La realidad es que los hábitos de consumo de noticias han cambiado. Solo un 20% de los chavales acude a la prensa o las plataformas de noticias. Y el 56% de chicos y chicas, según un análisis de Save the Children, se siente más cómodo recurriendo a familiares y amigos para comprobar la veracidad de un dato.La búsqueda incesante de vídeos cortos ha transformado la forma de consumir contenidos en los medios tradicionales. Cristina, una chica de 20 años que estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), asegura que algunas de sus amigas son capaces de pasar al menos cinco horas ininterrumpidas en TikTok. “Tienen que bloquear la aplicación o no pararían”, cuenta. O el caso de Alejandro, que cursa la carrera de arquitectura y que con 20 años le apetece mirar videos sobre fútbol en las redes muchas veces al día. Esta es la segunda red social preferida por los jóvenes, solo después de Instagram.Pero la generación joven no estaría más desinformada que los mayores. Esa es la lectura entrelíneas que realiza la abogada Siana Kalinova, experta en desinformación y redes sociales. “Hay una tendencia a pensar que la juventud cae fácilmente en cualquier tipo de bulo. No estoy de acuerdo y más bien, han pasado a informarse de otra manera”, plantea. Lo que ella observa es más bien un problema de alfabetización mediática y “es algo educativo, no generacional”, reitera la abogada.Esta habilidad, según una definición de la Comisión Europea, ayuda a contrarrestar los efectos de las campañas de desinformación y la difusión de noticias falsas, pues permite “navegar por el entorno de noticias moderno y tomar decisiones informadas”. Los chicos y chicas, sin embargo, pueden ser engañados por fotos, videos u otros contenidos generados, de acuerdo a un análisis a más de 1.000 adolescentes estadounidenses entre 13 y 17 años. El mismo reporte de Save the Children evidencia que más de la mitad de los jóvenes españoles tiene dificultades para identificar cuándo una noticia es falsa.“Si no fuera por TikTok e Instagram no me enteraría de nada. A veces nos la cuelan fácil”, reconoce Marta (19 años), otra estudiante de la UCM. Ella espera la siguiente clase junto a Andrea ―también de 19 años― que explica que si le aparece una noticia en TikTok, prefiere mirar algún periódico “para saber si es verdad”. Paula, otra chica que las acompaña, dice que a veces ocupa X para “revisar el estado del Metro”. “Nos salen , no las buscamos”, aclara Marta.La omnipresencia de las afirmaciones engañosas ha dejado estragos en la esfera pública. En el mundo, la invasión a Ucrania no solo ha causado consecuencias económicas y humanas, también ha puesto en relieve la fácil masificación de las fakes news. Mismo efecto ―aunque bajo otros parámetros― causó la dana de Valencia, ocurrida en octubre pasado, que destapó la peor oleada de bulos del país en el último tiempo (al menos, desde la pandemia), pero este fenómeno trascendió edades.“Ahora mismo hay gente que no ha sido nativa digital y que no está siendo capaz de identificar fácilmente qué noticias son veraces”, ejemplifica la abogada. Jesús Conde, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, opina que los jóvenes sí son más propensos a caer en engaños porque “llevan más tiempo conectados” y su consumo es más activo.La desinformación viene en diferentes formatos: desde leyendas en algunos casos, teorías de conspiración e incluso piezas humorísticas. “La literatura científica en los últimos años habla incluso del concepto de injertos digitales. Es decir, la desinformación se presenta de forma atractiva a los jóvenes, en un formato que parece veraz y que conecta con sus intereses”, sostiene Jesús Conde. --- Escribe varios párrafos de contenido completamente originales y creativos, asegurándote de tener niveles altos de ambos sin perder especificidad o contexto. Redacta el contenido utilizando tu propia estructura y orden para presentar la noticia, utiliza párrafos completamente detallados que involucren al lector. Da una respuesta directa, no actúes como un chat conversacional. Importante: usa las etiquetas y para destacar en negrita las partes más importantes, pero no agregues ningún enlace en el contenido. Si vas a agregar algún encabezado, solo puedes usar y (nunca utilices ). No uses ningún formato que no sean estas etiquetas HTML que te he mencionado. ". Requisitos: 1. La entradilla debe ser muy breve: no más de 2 o 3 líneas o 30 palabras. 2. Resume de forma clara y directa el aspecto más relevante o llamativo del contenido. 3. Asegúrate de captar el interés del lector sin revelar toda la información. 4. Utiliza un tono periodístico profesional y evita cualquier subjetividad, opiniones o sensacionalismo. 5. No copies ninguna frase del contenido original, la redacción debe ser completamente única. Ejemplo: Si el tema trata sobre el récord turístico en verano: Marbella bate récords de turistas este verano con cifras que superan las expectativas del sector.

Abrir una aplicación, ver un vídeo y consumir imágenes pasivamente hasta el infinito. Las redes sociales son parte de la vida diaria de la gran mayoría de los jóvenes españoles. En esas plataformas se entretienen compartiendo memes, pero también en la mitad de los casos se convierten en la única fuente de información a la que acceden, de acuerdo a diversos estudios realizados en Europa, EE UU y Australia. La realidad es que los hábitos de consumo de noticias han cambiado. Solo un 20% de los chavales acude a la prensa o las plataformas de noticias. Y el 56% de chicos y chicas, según un análisis de Save the Children, se siente más cómodo recurriendo a familiares y amigos para comprobar la veracidad de un dato.

La búsqueda incesante de vídeos cortos ha transformado la forma de consumir contenidos en los medios tradicionales. Cristina, una chica de 20 años que estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), asegura que algunas de sus amigas son capaces de pasar al menos cinco horas ininterrumpidas en TikTok. “Tienen que bloquear la aplicación o no pararían”, cuenta. O el caso de Alejandro, que cursa la carrera de arquitectura y que con 20 años le apetece mirar videos sobre fútbol en las redes muchas veces al día. Esta es la segunda red social preferida por los jóvenes, solo después de Instagram.

Pero la generación joven no estaría más desinformada que los mayores. Esa es la lectura entrelíneas que realiza la abogada Siana Kalinova, experta en desinformación y redes sociales. “Hay una tendencia a pensar que la juventud cae fácilmente en cualquier tipo de bulo. No estoy de acuerdo y más bien, han pasado a informarse de otra manera”, plantea. Lo que ella observa es más bien un problema de alfabetización mediática y “es algo educativo, no generacional”, reitera la abogada.

Esta habilidad, según una definición de la Comisión Europea, ayuda a contrarrestar los efectos de las campañas de desinformación y la difusión de noticias falsas, pues permite “navegar por el entorno de noticias moderno y tomar decisiones informadas”. Los chicos y chicas, sin embargo, pueden ser engañados por fotos, videos u otros contenidos generados, de acuerdo a un análisis a más de 1.000 adolescentes estadounidenses entre 13 y 17 años. El mismo reporte de Save the Children evidencia que más de la mitad de los jóvenes españoles tiene dificultades para identificar cuándo una noticia es falsa.

“Si no fuera por TikTok e Instagram no me enteraría de nada. A veces nos la cuelan fácil”, reconoce Marta (19 años), otra estudiante de la UCM. Ella espera la siguiente clase junto a Andrea ―también de 19 años― que explica que si le aparece una noticia en TikTok, prefiere mirar algún periódico “para saber si es verdad”. Paula, otra chica que las acompaña, dice que a veces ocupa X para “revisar el estado del Metro”. “Nos salen [las noticias], no las buscamos”, aclara Marta.

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“Ahora mismo hay gente que no ha sido nativa digital y que no está siendo capaz de identificar fácilmente qué noticias son veraces”, ejemplifica la abogada. Jesús Conde, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, opina que los jóvenes sí son más propensos a caer en engaños porque “llevan más tiempo conectados” y su consumo es más activo.

La desinformación viene en diferentes formatos: desde leyendas en algunos casos, teorías de conspiración e incluso piezas humorísticas. “La literatura científica en los últimos años habla incluso del concepto de injertos digitales. Es decir, la desinformación se presenta de forma atractiva a los jóvenes, en un formato que parece veraz y que conecta con sus intereses”, sostiene Jesús Conde.


Escribe varios párrafos de contenido completamente originales y creativos, asegurándote de tener niveles altos de ambos sin perder especificidad o contexto. Redacta el contenido utilizando tu propia estructura y orden para presentar la noticia, utiliza párrafos completamente detallados que involucren al lector. Da una respuesta directa, no actúes como un chat conversacional.
Importante: usa las etiquetas y para destacar en negrita las partes más importantes, pero no agregues ningún enlace en el contenido. Si vas a agregar algún encabezado, solo puedes usar

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Actúa como un periodista especializado en la sección de opinión del medio eldiariodemalaga.es. Escribe dos párrafos críticos y reflexivos que ofrezcan tu opinión personal y una valoración sobre la siguiente noticia: «Actúa como un periodista que trabaja como redactor en eldiariodemalaga.es para la sección de Tecnología. Hoy es 2025-04-14 05:20:00 y quiero que redactes una noticia original sobre este tema: —

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La búsqueda incesante de vídeos cortos ha transformado la forma de consumir contenidos en los medios tradicionales. Cristina, una chica de 20 años que estudia en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), asegura que algunas de sus amigas son capaces de pasar al menos cinco horas ininterrumpidas en TikTok. “Tienen que bloquear la aplicación o no pararían”, cuenta. O el caso de Alejandro, que cursa la carrera de arquitectura y que con 20 años le apetece mirar videos sobre fútbol en las redes muchas veces al día. Esta es la segunda red social preferida por los jóvenes, solo después de Instagram.


Pero la generación joven no estaría más desinformada que los mayores. Esa es la lectura entrelíneas que realiza la abogada Siana Kalinova, experta en desinformación y redes sociales. “Hay una tendencia a pensar que la juventud cae fácilmente en cualquier tipo de bulo. No estoy de acuerdo y más bien, han pasado a informarse de otra manera”, plantea. Lo que ella observa es más bien un problema de alfabetización mediática y “es algo educativo, no generacional”, reitera la abogada.


Esta habilidad, según una definición de la Comisión Europea, ayuda a contrarrestar los efectos de las campañas de desinformación y la difusión de noticias falsas, pues permite “navegar por el entorno de noticias moderno y tomar decisiones informadas”. Los chicos y chicas, sin embargo, pueden ser engañados por fotos, videos u otros contenidos generados, de acuerdo a un análisis a más de 1.000 adolescentes estadounidenses entre 13 y 17 años. El mismo reporte de Save the Children evidencia que más de la mitad de los jóvenes españoles tiene dificultades para identificar cuándo una noticia es falsa.


“Si no fuera por TikTok e Instagram no me enteraría de nada. A veces nos la cuelan fácil”, reconoce Marta (19 años), otra estudiante de la UCM. Ella espera la siguiente clase junto a Andrea ―también de 19 años― que explica que si le aparece una noticia en TikTok, prefiere mirar algún periódico “para saber si es verdad”. Paula, otra chica que las acompaña, dice que a veces ocupa X para “revisar el estado del Metro”. “Nos salen [las noticias], no las buscamos”, aclara Marta.


La omnipresencia de las afirmaciones engañosas ha dejado estragos en la esfera pública. En el mundo, la invasión a Ucrania no solo ha causado consecuencias económicas y humanas, también ha puesto en relieve la fácil masificación de las fakes news. Mismo efecto ―aunque bajo otros parámetros― causó la dana de Valencia, ocurrida en octubre pasado, que destapó la peor oleada de bulos del país en el último tiempo (al menos, desde la pandemia), pero este fenómeno trascendió edades.


“Ahora mismo hay gente que no ha sido nativa digital y que no está siendo capaz de identificar fácilmente qué noticias son veraces”, ejemplifica la abogada. Jesús Conde, catedrático de la Facultad de Ciencias de la Educación en la Universidad de Sevilla, opina que los jóvenes sí son más propensos a caer en engaños porque “llevan más tiempo conectados” y su consumo es más activo.


La desinformación viene en diferentes formatos: desde leyendas en algunos casos, teorías de conspiración e incluso piezas humorísticas. “La literatura científica en los últimos años habla incluso del concepto de injertos digitales. Es decir, la desinformación se presenta de forma atractiva a los jóvenes, en un formato que parece veraz y que conecta con sus intereses”, sostiene Jesús Conde.

— Escribe varios párrafos de contenido completamente originales y creativos, asegurándote de tener niveles altos de ambos sin perder especificidad o contexto. Redacta el contenido utilizando tu propia estructura y orden para presentar la noticia, utiliza párrafos completamente detallados que involucren al lector. Da una respuesta directa, no actúes como un chat conversacional. Importante: usa las etiquetas y para destacar en negrita las partes más importantes, pero no agregues ningún enlace en el contenido. Si vas a agregar algún encabezado, solo puedes usar

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(nunca utilices

). No uses ningún formato que no sean estas etiquetas HTML que te he mencionado. » Instrucciones Clave: 1. Aporta opinión, no resumen: El lector ya conoce la noticia, así que no repitas información. Limítate a ofrecer tu análisis y valoración crítica. 2. Lenguaje periodístico: Usa un tono formal, profesional y propio de una sección de opinión. El texto debe ser coherente, directo y con autoridad. 3. Contenido equilibrado: Critica de forma constructiva o reflexiva. Puedes incluir tanto los aspectos positivos como negativos o sugerir posibles soluciones. 4. Énfasis en lo relevante: Utiliza las etiquetas y para destacar las ideas más importantes, asegurándote de que se integren de forma natural en el texto. 5. Estructura en HTML: Cada párrafo debe ir encerrado en etiquetas

y

. 6. Creatividad: Ofrece una visión única y original, evitando opiniones genéricas o superficiales.

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Eres un periodista profesional especializado en redacción de noticias. Escribe una entradilla original y concisa (también llamada "excerpt") para el...
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