Daniel Sancho, un español de 30 años, se encuentra actualmente cumpliendo una condena de cadena perpetua en Tailandia por el asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Tras ser trasladado a la Prisión Central de Surat Thani, Sancho debe ahora cumplir un periodo de cuarentena de seis días, como medida preventiva debido a la pandemia de covid-19.
Durante estos seis días, Sancho permanecerá aislado en una celda junto con otros presos que también están en cuarentena. Si alguno de ellos diera positivo por covid-19, todos deberían permanecer asilados hasta que cada uno dé negativo. Esta situación pone de manifiesto las medidas estrictas que se están aplicando en las prisiones tailandesas para prevenir la propagación del virus.
Además, Sancho no podrá recibir visitas hasta al menos el 6 de septiembre, lo que supone un duro golpe para él en medio de su condena. Las visitas presenciales y las video llamadas son una forma importante de mantener la conexión con el exterior y el contacto humano, por lo que la espera hasta dicha fecha será sin duda angustiosa para el recluso.
Desde la prisión de Surat Thani, se ha informado que no se dará información a los medios de comunicación sobre la situación del preso español. Esto genera aún más incertidumbre en torno al caso de Sancho y a su situación en la cárcel, dejando a la opinión pública en la oscuridad respecto a su estado y su día a día en prisión.
La situación de Daniel Sancho en la prisión de Surat Thani es sin duda complicada, especialmente en medio de la pandemia de covid-19. Durante su periodo de cuarentena, se encuentra aislado junto a otros presos, lo que demuestra las medidas estrictas que se están implementando en las prisiones tailandesas para evitar la propagación del virus. Sin embargo, la falta de visitas y la falta de información hacia los medios de comunicación genera incertidumbre sobre su situación y su bienestar en la cárcel.
Es esencial recordar que Sancho se encuentra cumpliendo una condena de cadena perpetua por un delito grave, pero aún así no se le debe privar de sus derechos básicos como el contacto humano y la información sobre su situación. La espera hasta que pueda recibir visitas presenciales o video llamadas será sin duda difícil para él, sumado al hecho de que no se proporcionará información a los medios de comunicación. Es importante mantener un equilibrio entre la seguridad sanitaria en las prisiones y el respeto a los derechos humanos de los reclusos, incluyendo la transparencia en su tratamiento y condiciones de vida.
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