El secretario de Organización del PSOE de Málaga, José Bernal, ha puesto de manifiesto su preocupación tras conocerse la drástica reducción de aulas en la educación pública andaluza, una medida impulsada por el Gobierno del Partido Popular. Este año 2024, Andalucía cerrará con la eliminación de 1.075 aulas en infantil y primaria, lo que se traduce en una pérdida de 158 unidades escolares en la provincia de Málaga. La crítica de Bernal apunta a las implicaciones de estos recortes, que suponen un 45% de supresiones en comparación con el curso escolar anterior.
Los recortes no solo afectan a la estructura educativa, sino que también inciden en la calidad de la enseñanza que ofrecen los centros públicos. En Málaga capital, se han cerrado un total de 47 aulas, mientras que municipios como Allaurín de la Torre, Alhaurín el Grande y Antequera registran la eliminación de cinco unidades cada uno. Fuengirola ha perdido siete aulas, Marbella 14, y Nerja y Rincón de la Victoria tampoco han quedado exentos, sufriendo la reducción de seis y cinco aulas, respectivamente.
En una rueda de prensa, la secretaria de Educación del PSOE malagueño, Patricia Alba, ha señalado la creciente necesidad de aulas permanentes frente al aumento de aulas prefabricadas. Alba ha lamentado la falta de infraestructuras adecuadas en la provincia, mencionando que no se han llevado a cabo proyectos cruciales, como los institutos en Rincón de la Victoria, Benalmádena y Mijas, que son vitales para mantener la calidad educativa.
El panorama se complica aún más con la disminución de plazas en formación profesional, obligando a muchas familias a buscar alternativas en la educación privada. La situación económica no mejora, ya que se ha registrado un incremento del 11% en los precios de los comedores escolares, sin que esto se haya traducido en una mejora en la calidad del servicio ofrecido. “Más de 40 centros educativos están viendo cómo sus necesidades básicas no son cubiertas, especialmente aquellos que atienden a niños con necesidades específicas educativas”, ha destacado Alba, resaltando la urgencia de recursos adaptados para garantizar la inclusión de todos los estudiantes.
La postura del PSOE se centra en que la actual política de recortes pondrá en riesgo no solo la estabilidad de muchos docentes, sino también la calidad de la educación en una de las comunidades autónomas más pobladas de España. Bernal ha enfatizado que la reducción de aulas conlleva menor contratación de docentes y ratios más altas, aspectos que van en contra de la lógica de un sistema educativo que debería priorizar el bienestar y el desarrollo de los estudiantes. “La justificación basada en la disminución de la natalidad resulta insostenible, ya que contamos con la posibilidad de mejorar la calidad educativa si se toma la iniciativa de reducir las ratios y aumentar las oportunidades”, concluyó Bernal, dejando claro que el futuro de la educación pública en Málaga depende de decisiones que prioricen verdaderamente al alumnado.
La reciente denuncia del PSOE de Málaga sobre el drástico recorte de aulas en la educación pública andaluza debería ser un motivo de profunda preocupación para todos los ciudadanos, no solo para los sectores directamente implicados. La eliminación de 1.075 aulas es un golpe devastador que no solo desestabiliza la estructura educativa en la provincia, sino que también atenta contra la calidad de la enseñanza que se ofrece a los estudiantes. Ante esta realidad, parece increíble que la solución a los problemas educativos pase por el recorte y la simplificación de recursos, cuando las evidencias demuestran que una educación de calidad exige un aumento en la inversión y una visión a largo plazo que priorice el desarrollo integral del alumnado.
Además, la justificación de estos recortes basada en la disminución de la natalidad resulta poco convincente e insostenible. Es un error asumir que el número de estudiantes se traduce directamente en la necesidad de menos infraestructuras. Al contrario, este podría ser un momento crucial para repensar y reestructurar el sistema educativo en Málaga, enfocándose en la calidad y la inclusión educativa. Incrementar la formación profesional y crear espacios educativos adaptados a las necesidades del presente no solo beneficiaría a los estudiantes, sino que también impulsaría la economía local. La urgencia de abordar de forma efectiva esta situación es mayor que nunca, y las decisiones que se tomen en este sentido marcarán el rumbo de la educación pública en nuestra comunidad. Es momento de exigir que, más allá de medidas de austeridad, se prioricen políticas que fortalezcan el núcleo de nuestro futuro: nuestros jóvenes.
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