La decisión de la alcaldesa Ana Mata de reducir el servicio de burro-taxis y coches de caballos en Mijas ha generado un debate en la comunidad. Mientras algunos apoyan la medida como una forma de proteger la salud de los animales y los trabajadores, otros la ven como una limitación a una tradición arraigada en la zona.
Según el bando municipal, los servicios de burro-taxis y coches de caballos no podrán operar en horarios específicos cuando se emitan alertas de color naranja o rojo por altas temperaturas. Esta restricción, aunque necesaria en términos de bienestar animal, plantea un desafío para los cocheros y arrieros que dependen de estos servicios como fuente de ingresos.
En respuesta a las críticas, el concejal de Bienestar Animal, Marco Cortés, ha defendido la medida como un paso importante para asegurar el cuidado adecuado de los animales. Además, Cortés ha destacado la importancia de seguir las recomendaciones incluidas en la guía de buenas prácticas para el bienestar de los equinos, en un esfuerzo por garantizar que estos animales reciban el trato adecuado en todo momento.
La decisión de la alcaldesa Ana Mata de reducir el servicio de burro-taxis y coches de caballos en Mijas ha desencadenado un debate entre los residentes de la comunidad. Mientras que algunos ven esta medida como un modo de proteger la salud de los animales y de los trabajadores involucrados en estos servicios, otros la interpretan como una limitación a una tradición arraigada en la zona. Es importante considerar que el bienestar animal debe ser una prioridad en cualquier decisión que se tome, pero también es necesario buscar un equilibrio que permita mantener las tradiciones locales y apoyar a los trabajadores que dependen de estos servicios.
La respuesta del concejal de Bienestar Animal, Marco Cortés, destaca la importancia de seguir las recomendaciones incluidas en la guía de buenas prácticas para el bienestar de los equinos. Sin embargo, es fundamental evaluar si estas medidas son suficientes para garantizar el cuidado adecuado de los animales en todo momento. Es necesario un diálogo abierto y continuo entre las autoridades locales, los propietarios de los animales y los ciudadanos para encontrar soluciones que protejan a los equinos y que al mismo tiempo respeten las tradiciones y la economía local.
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