El Ayuntamiento de Benalmádena ha dado un paso significativo hacia el futuro al aprobar de manera inicial los presupuestos para 2025, ascendiendo a un total de 110,8 millones de euros. A pesar de la buena noticia para el equipo de gobierno, la votación no fue unánime, ya que recibió únicamente los votos a favor del Partido Popular y fue rechazada por los grupos de la oposición en el pleno ordinario del pasado mes de noviembre. Esta decisión ha suscitado grandes expectativas en el municipio, pero también ha despertado preocupaciones en torno a la gestión de los recursos públicos.
El concejal de Hacienda, José Miguel Muriel, celebró la aprobación de unas cuentas que, según él, reflejan un equilibrio financiero que permitirá seguir ofreciendo servicios de calidad a los más de 75.000 habitantes de Benalmádena. Las cuentas incluyen una bajada de impuestos, destacando una bonificación de hasta el 50% en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) para familias numerosas con viviendas de menor valor catastral. Esta medida está destinada a aliviar la carga fiscal de las familias en un contexto económico incierto.
Uno de los puntos más destacados de estos presupuestos es la intención de invertir más de 26 millones de euros en una serie de proyectos que prometen transformar la infraestructura y los servicios del municipio. Entre las inversiones más notables se incluye un parking en el Polideportivo de Arroyo de la Miel, la creación de una nueva Casa de la Cultura en Benalmádena Pueblo, y la II fase del Parque Al Baytar. Estas actuaciones, según Muriel, están diseñadas no solo para generar empleo, sino también para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
La inversión en infraestructura no se detiene allí. También se contempla la remodelación de la escuela infantil La Luz y la creación de una red de agua regenerada, que se alinea con las tendencias actuales de sostenibilidad. La Senda Litoral que atravesará el acantilado de las Tres Carabelas es otra de las iniciativas aplaudidas, ya que mejorará la conectividad del municipio con su hermoso entorno natural. Además, se prevé la reurbanización del entorno del Centro de Salud de Arroyo de la Miel, un proyecto clave para la atención sanitaria de los vecinos.
A pesar de las promesas de mejora y desarrollo, la oposición ha expresado serias reservas sobre la reducción del gasto público, que ha pasado de 142 millones de euros en 2024 a 110 millones de euros en 2025. El portavoz del PSOE, Víctor Navas, subrayó que tal disminución podría interpretarse como un recorte en los servicios esenciales para los benalmadenses. En este sentido, la controversia se centra en el equilibrio entre el ahorro fiscal y la inversión en servicios públicos que verdaderamente beneficien a la ciudadanía.
El debate sobre los presupuestos de Benalmádena no solo marca el inicio de un nuevo año fiscal, sino que también establecerá el tono para futuras decisiones políticas, especialmente en un contexto de creciente interés por las próximas convocatorias de fondos europeos. Con una mirada hacia el futuro, los ciudadanos de Benalmádena observan de cerca las propuestas del gobierno local, esperando que las promesas de desarrollo y progreso se materialicen en beneficios tangibles para la comunidad.
La aprobación del presupuesto de Benalmádena para 2025 ha generado un ambiente de expectativas cruzadas y controversia política. Por un lado, la bajada de impuestos y las inversiones en infraestructura parecen responder a una necesaria adaptación a las exigencias actuales de los ciudadanos, que demandan servicios de calidad y un alivio fiscal en tiempos difíciles. Sin embargo, la significativa reducción del gasto público, que pasa de 142 millones de euros en 2024 a 110 millones en 2025, plantea interrogantes sobre cómo el Ayuntamiento pretende mantener la calidad de los servicios esenciales. La negativa de los grupos de oposición no es simplemente un acto de desacuerdo, sino una llamada de atención sobre la gestión prudente de los recursos, algo que no debe tomarse a la ligera en un contexto económico inestable.
Es fundamental que el equipo de gobierno no se deje llevar únicamente por la euforia de grandes inversiones y bajadas impositivas, sino que también establezca un plan claro que garantice el mantenimiento de servicios públicos que son vitales para la vida diaria de los benalmadenses. La creación de proyectos como un nuevo parking en el Polideportivo o una Casa de la Cultura son pasos positivos, pero no deben ir acompañados de un deterioro en servicios de salud, educación o bienestar social. La ciudadanía necesita sentirse segura de que, tras cada promesa de desarrollo y progreso, existe un compromiso genuino con su bienestar; de lo contrario, todo este esfuerzo podría convertirse en un espejismo que no beneficia a quienes realmente importan: los habitantes de Benalmádena.
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