Marbella se encuentra en el centro de una creciente controversia a raíz de las obras iniciadas por el reconocido chef local Dani García, en colaboración con el grupo de ocio Mosh, que transforman el emblemático edificio de Aresbank. Con la intención de convertir este icónico inmueble en un innovador establecimiento de gastronomía y entretenimiento musical, más de 2.000 vecinos de distintas urbanizaciones de la Milla de Oro han manifestado su descontento, solicitando la intervención del Ayuntamiento para que detenga los trabajos.
Los residentes de Marbellamar, Las Cañas, Casa Blanca, Marbella Real, La Carolina, El Infantado y Costa Nagüeles III insisten en que Mosh cuenta con un decreto municipal que exige la paralización de las obras, que no han cesado, a pesar de las advertencias. En un comunicado enviado a los medios, expresaron su preocupación sobre el impacto que este nuevo local tendrá en la tranquilidad de la zona, considerada una de las más familiares de la ciudad.
Los afectados han congregado a cerca de 1.850 vecinos, quienes ya han recurrido a la alcaldesa Ángeles Muñoz en busca de apoyo. A pesar de sus esfuerzos, hasta el momento no han obtenido respuesta oficial del Consistorio. «El pasado miércoles, observamos con desesperación cómo camiones de gran tonelaje descargaban material frente a nuestros ojos. Esto ocurre a pesar de las órdenes del Ayuntamiento», denunciaron los vecinos.
Asimismo, critican que Mosh esté ocupando espacios públicos de forma irregular y que, con la apertura prevista para abril, temen que la instalación se convierta en una «macrodiscoteca». La comunidad recuerda que el ambiente de ruido y las tensiones sociales que han surgido en otras áreas como Puerto Banús ya están empezando a afectar a su entorno.
Desde la perspectiva empresarial, los inversores defendieron que el proyecto generará más de 200 empleos y posicionará a Marbella como un destino gastronómico de primer nivel. En declaraciones realizadas a este medio, aseguraron que su enfoque busca una «nueva experiencia de restauración y diversión, adaptada a la cultura local y su atractivo turístico».
Sin embargo, los habitantes de la Milla de Oro no ocultan su sentimiento de abandono y desamparo por parte del Ayuntamiento. La alcaldesa, a quien acusan de ignorar sus peticiones, se ha visto envuelta en críticas tras aparecer con los promotores de Mosh ante el edificio de Aresbank en una reciente fotografía que ha suscitado controversia en las redes sociales.
Los vecinos piden un desarrollo que respete la convivencia y no convierta su área residencial en un punto de alteración social. Manifestaciones y reuniones continuas están siendo organizadas por la comunidad en un esfuerzo por hacer escuchar sus voces. “Debemos proteger nuestro hogar y la calidad de vida de cientos de familias que vivimos aquí”, concluyeron.
A medida que avanza el conflicto, el Ayuntamiento de Marbella se mantiene en silencio, dejando a la población en una situación de incertidumbre mientras la transformación del edificio de Aresbank sigue adelante, a la espera de una posible solución que satisfaga tanto a las iniciativas de ocio como a la comunidad local.
A medida que Marbella se transforma en un epicentro turístico, surgen tensiones indisolubles entre la promoción del ocio y las necesidades de las comunidades residenciales. La crítica situación en la Milla de Oro pone en evidencia la falta de diálogo entre el Ayuntamiento y los vecinos. La alcaldesa Ángeles Muñoz, quien parece estar más interesada en los beneficios económicos que puede generar el nuevo complejo de ocio que en el bienestar de los vecinos, se enfrenta a un dilema. Es esencial que se escuchen las preocupaciones legítimas de una población que teme por la calidad de vida en sus hogares. No se trata de oponerse al desarrollo ni a la creación de empleo—un aspecto que, sin duda, es positivo—sino de buscar un equilibrio que no sacrifique la paz y tranquilidad de una comunidad solidaria por el ruido de una fiesta interminable.
El desinterés institucional que se refleja en la inacción del Consistorio ante las protestas ciudadanas plantea la pregunta: ¿Es Marbella una ciudad para sus habitantes o solo un atractivo para los turistas? La respuesta a esta interrogante debe marcar la pauta de la futura planificación urbana. Es imperativo que el Ayuntamiento procure un desarrollo integral que contemple tanto el crecimiento económico como la protección de los espacios residenciales. Las soluciones podrían ir desde la regulación estricta de horarios y niveles de ruido, hasta la creación de mesas de diálogo donde las voces de los afectados sean realmente escuchadas, impidiendo así que la transformación de una ciudad emblemática se convierta en un proceso de despojo para sus habitantes. La sostenibilidad del futuro de Marbella dependerá de la capacidad de sus líderes para construir puentes entre intereses antagónicos y garantizar que la vida de sus residentes no quede relegada a un segundo plano.
El Diario de Málaga es el periódico digital dónde podrás seguir toda la actualidad malagueña al minuto.
To provide the best experiences, we and our partners use technologies like cookies to store and/or access device information. Consenting to these technologies will allow us and our partners to process personal data such as browsing behavior or unique IDs on this site and show (non-) personalized ads. Not consenting or withdrawing consent, may adversely affect certain features and functions.
Click below to consent to the above or make granular choices. Your choices will be applied to this site only. You can change your settings at any time, including withdrawing your consent, by using the toggles on the Cookie Policy, or by clicking on the manage consent button at the bottom of the screen.
Compartir en...
Completa el formulario o escríbenos a [email protected] y nos pondremos en contacto contigo tan pronto como sea posible.