En medio de la polémica desatada en Marbella por el proyecto del Ayuntamiento para reducir los huertos urbanos, los vecinos aficionados a la horticultura han levantado su voz en defensa de este espacio comunitario que tanto significa para ellos. La posibilidad de ver desaparecer el lugar donde durante años han cultivado sus propias verduras y frutas de forma ecológica les alarma profundamente, y no están dispuestos a permitir que se pierda esta pequeña joya verde en medio de la ciudad.
Para los hortelanos de Marbella, los huertos urbanos no son solo un espacio para cultivar alimentos, sino que representan un lugar de encuentro, de intercambio de conocimientos y de solidaridad entre vecinos. La pérdida de este espacio supondría no solo la desaparición de un pulmón verde en la ciudad, sino también el fin de una comunidad unida por la pasión por la tierra y la naturaleza.
El argumento de reducir el tamaño de los huertos urbanos para destinar ese terreno a otros usos no convence a los vecinos, quienes señalan que existen alternativas para aprovechar de forma sostenible el espacio sin sacrificar la extensión de los huertos. La propuesta de trasladar la zona hortícola a un área mucho más reducida no solo afectaría a los huertos en sí, sino también a la biodiversidad presente en el lugar y al equilibrio ambiental de la sierra Blanca.
En definitiva, la lucha de los vecinos de Marbella por mantener sus huertos urbanos va más allá de la simple defensa de un espacio físico. Se trata de preservar un estilo de vida, de proteger el medio ambiente y de promover la convivencia y el trabajo en comunidad. Ahora, queda en manos de las autoridades locales escuchar las demandas de los ciudadanos y buscar soluciones que permitan mantener vivo este rincón verde en medio de la ciudad.
En medio de la polémica desatada en Marbella por el proyecto del Ayuntamiento para reducir los huertos urbanos, los vecinos aficionados a la horticultura han levantado su voz en defensa de este espacio comunitario que tanto significa para ellos. La posibilidad de ver desaparecer el lugar donde durante años han cultivado sus propias verduras y frutas de forma ecológica les alarma profundamente, y no están dispuestos a permitir que se pierda esta pequeña joya verde en medio de la ciudad.
Para los hortelanos de Marbella, los huertos urbanos no son solo un espacio para cultivar alimentos, sino que representan un lugar de encuentro, de intercambio de conocimientos y de solidaridad entre vecinos. La pérdida de este espacio supondría no solo la desaparición de un pulmón verde en la ciudad, sino también el fin de una comunidad unida por la pasión por la tierra y la naturaleza. En definitiva, la lucha de los vecinos de Marbella por mantener sus huertos urbanos va más allá de la simple defensa de un espacio físico.
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