El fallecimiento del sacerdote Felipe Reina Hurtado ha conmocionado a toda la comunidad de Málaga, donde era querido y respetado por su labor pastoral y su cercanía con los fieles. Con una trayectoria de cuatro décadas en la Diócesis de Málaga, el padre Reina dejó una huella imborrable en cada una de las parroquias en las que sirvió, destacando siempre por su vocación de servicio y su espíritu generoso.
Su labor como delegado diocesano de hermandades y cofradías lo convirtió en una figura clave en la vida religiosa de la ciudad, siendo un guía espiritual para muchos y un ejemplo de entrega y dedicación. Su vinculación especial con la hermandad de Zamarrilla era conocida por todos, quienes lo recordarán por su calidez humana y su compromiso con la comunidad.
El padre Reina era además un educador comprometido, impartiendo clases en el Colegio Gaona y dejando una marca indeleble en la vida de sus alumnos, quienes lo recuerdan con cariño y admiración. Su labor como vicedeán de la Catedral de Málaga lo llevó a estar en contacto directo con la comunidad, siempre dispuesto a tender una mano amiga y a escuchar con empatía a quienes lo necesitaban.
El velatorio que se celebrará en la iglesia de Los Mártires será un momento de dolor y despedida para todos aquellos que tuvieron el privilegio de conocer y compartir con el padre Reina. Su funeral en la Catedral de Málaga será una oportunidad para honrar su memoria y rendirle el homenaje que se merece por su labor incansable en pro de los demás. Su legado perdurará en el corazón de aquellos que tuvieron la fortuna de cruzarse en su camino.
El fallecimiento del padre Felipe Reina Hurtado ha dejado un vacío importante en la comunidad de Málaga, donde era considerado una figura ejemplar y cercana. Su trayectoria en la Diócesis de Málaga, marcada por su compromiso, entrega y generosidad, ha dejado una huella imborrable en cada parroquia y comunidad a la que sirvió. Su labor como delegado diocesano de hermandades y cofradías lo convirtió en un guía espiritual y ejemplo a seguir para muchos creyentes.
Su partida deja un sentimiento de tristeza y nostalgia en todos aquellos que conocieron y compartieron con él. El legado del padre Reina perdurará en la memoria de quienes tuvieron la suerte de cruzarse en su camino y ser testigos de su dedicación y servicio a los demás. Su velatorio y funeral serán momentos de dolor y despedida, pero también de homenaje y reconocimiento a una vida dedicada al prójimo y a la comunidad.
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