La ciudad de Málaga se prepara para llevar a cabo un ambicioso plan de inversiones en infraestructuras que marcará un antes y un después en el suministro de agua potable y el tratamiento de aguas residuales. Con un presupuesto inicial de más de 100 millones de euros, la Empresa Municipal de Aguas (Emasa) se dispone a iniciar más de 130 obras que abarcarán todos los distritos de la ciudad, con el objetivo de mejorar la producción de agua potable, reducir las fugas y reutilizar de manera más eficiente las aguas regeneradas en épocas de sequía.
Una de las prioridades de este plan es minimizar los riesgos de inundaciones y reducir los vertidos en momentos de fuertes precipitaciones. Para ello, se contempla la mejora de la digitalización y el control de las redes de distribución de agua, así como la construcción de parques fotovoltaicos en las instalaciones de Emasa que permitirán generar energía eléctrica para reducir el gasto en los procesos de desalación, abastecimiento, saneamiento y depuración.
Para financiar este ambicioso proyecto, Emasa tiene previsto concertar tres operaciones financieras diferentes, que se llevarán a cabo en 2024, 2026 y 2028, por un importe total de 90 millones de euros. La primera de estas operaciones, por un importe de 21.500.000 euros, se destinará a las actuaciones previstas para los años 2024 y 2025. Con una duración de 15 años y dos años de carencia, Emasa buscará las mejores condiciones en el mercado para llevar a cabo esta inversión que beneficiará a todos los ciudadanos de Málaga.
Tras la autorización de la comisión de Economía del Ayuntamiento, el expediente será presentado ante el pleno municipal para su aprobación definitiva, dando luz verde a un proyecto que no solo busca mejorar la calidad del agua en la ciudad, sino también aportar soluciones sostenibles y eficientes para la gestión de este recurso tan vital.
El ambicioso plan de inversiones en infraestructuras que llevará a cabo la Empresa Municipal de Aguas (Emasa) en la ciudad de Málaga es sin duda una noticia positiva que busca mejorar el suministro de agua potable y el tratamiento de aguas residuales. Sin embargo, es imprescindible analizar detenidamente el impacto ambiental de estas obras, así como garantizar una gestión transparente y eficaz de los recursos económicos destinados a este proyecto. La digitalización y el control de las redes de distribución de agua son aspectos clave que deben ser supervisados de manera rigurosa para prevenir posibles problemas y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de estas infraestructuras.
Es alentador ver cómo se contemplan medidas para reducir los riesgos de inundaciones, minimizar los vertidos y generar energía eléctrica a través de parques fotovoltaicos. No obstante, es fundamental que las operaciones financieras concertadas por Emasa sean gestionadas de forma responsable y transparente para evitar posibles desviaciones presupuestarias o irregularidades. En definitiva, este plan de inversiones en infraestructuras debe ser llevado a cabo con la máxima diligencia y compromiso por parte de todas las partes involucradas para garantizar el bienestar de los ciudadanos de Málaga y el cuidado del medio ambiente.
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