El proyecto Hilodoble no solo se trata de reciclar materiales plásticos desechables, sino que también busca promover la inclusión social a través del empleo. Con un enfoque en la economía circular, la iniciativa liderada por las asociaciones Arrabal-AID y ASIMÁS brinda oportunidades laborales a personas en situaciones de vulnerabilidad, ofreciéndoles un espacio de trabajo en la casa de acogida de El Palo.
Además de la sostenibilidad ambiental, Hilodoble destaca por su impacto en la comunidad local, generando no solo empleo directo para seis personas en Málaga, sino también empleo indirecto a través de su colaboración con empresas de publicidad y artes gráficas. De esta forma, el proyecto no solo contribuye al cuidado del medio ambiente, sino que también impulsa la economía local y la inclusión social.
María José Santos, responsable de Hilodoble, destaca la importancia de crear un producto único y personalizado, donde cada pieza de merchandising lleva consigo el mensaje y la dedicación de una persona del taller. Este enfoque artesanal añade un valor diferencial a los productos, convirtiéndolos en piezas únicas que van más allá de un simple artículo promocional.
La iniciativa ha encontrado un gran apoyo en el sector empresarial, que reconoce el valor añadido de apostar por un merchandising con impacto social y medioambiental positivo. Empresas que buscan no solo promocionar su marca, sino también contribuir a causas sociales y medioambientales, encuentran en Hilodoble una opción atractiva y con valores sólidos.
El proyecto Hilodoble es un ejemplo claro de cómo es posible combinar la sostenibilidad ambiental con la inclusión social y el impulso a la economía local. Más allá de reciclar materiales plásticos desechables, la iniciativa liderada por Arrabal-AID y ASIMÁS brinda oportunidades laborales a personas en situaciones de vulnerabilidad, generando un impacto positivo tanto a nivel ambiental como social. La colaboración con empresas de publicidad y artes gráficas también es clave en la generación de empleo indirecto y en la expansión del impacto de Hilodoble en la comunidad local.
La apuesta por un merchandising personalizado y artesanal, donde cada pieza lleva consigo el trabajo y la dedicación de una persona del taller, añade un valor diferencial a los productos. Esta combinación de impacto social y medioambiental positivo ha encontrado un gran apoyo en el sector empresarial, que valora la oportunidad de promocionar su marca de una forma responsable y solidaria. En definitiva, Hilodoble demuestra que es posible crear un proyecto con valores sólidos que beneficie a múltiples niveles de la sociedad y del entorno en el que se desarrolla.
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