El sector inmobiliario de lujo en la provincia de Málaga continúa mostrando cifras asombrosas. Según un reciente informe publicado el pasado viernes por The Agency, el valor promedio de las viviendas de lujo ha alcanzado los 5,25 millones de euros, lo que refleja la creciente demanda y el atractivo que la Costa del Sol ejerce tanto en compradores nacionales como internacionales. El estudio pone de manifiesto que el precio por metro cuadrado en este exclusivo mercado ronda los 7.185,24 euros.
La investigación señala que, a lo largo del último año, los precios en el mercado inmobiliario ‘prime’ de la Costa del Sol han experimentado un incremento del 3,17%, un crecimiento que, aunque modesto en comparación con las medias nacionales, deja claro que Málaga sigue posicionándose como una de las áreas más deseadas para la adquisición de propiedades de lujo. A nivel nacional, el mercado de viviendas de más de tres millones de euros ha visto una subida del 4,5%, llevando el precio medio a los 5,34 millones de euros.
Al observar el panorama nacional, es notable que otras regiones como Baleares han registrado un crecimiento similar en el valor de las viviendas de lujo, con un aumento del 3,6%. Sin embargo, ciudades como Barcelona y Madrid han superado estos números, reportando incrementos de aproximadamente 7,5%, mientras que Alicante ha destacado con un notable 9,6% de aumento. Estas cifras sugieren que, aunque Málaga sigue siendo competitiva, todavía tiene recorrido para cerrar la brecha con estos destinos de primer nivel.
El atractivo de Málaga no solo radica en su clima envidiable y su rica cultura, sino también en una infraestructura creciente y en el desarrollo de lujosos complejos residenciales que continúan surgiendo a lo largo de la costa. Este fenómeno ha contribuido a la atracción de una clientela variada, desde inversores buscando propiedades como activos seguros hasta familias en busca de un estilo de vida más distinguido.
En conclusión, las cifras reveladas por este informe sitúan a Málaga en un lugar privilegiado dentro del mercado inmobiliario de lujo, destacando su potencial para seguir creciendo en los próximos años. A medida que la demanda de viviendas de alta gama persiste, la ciudad se perfila como un destino favorito para aquellos que desean disfrutar de lo mejor que la vida tiene para ofrecer. La Costa del Sol se reafirma así como un lugar donde el lujo y la calidad de vida se funden en un solo concepto.
El reciente informe sobre el mercado de viviendas de lujo en Málaga, que muestra un incremento sostenido en los precios, pone de relieve tanto las oportunidades como los desafíos que enfrenta la ciudad en su posicionamiento como un destino privilegiado. Si bien es indiscutible que el crecimiento del 3,17% en el mercado inmobiliario ‘prime’ refleja un atractivo innegable, es fundamental cuestionar qué implica realmente este fenómeno para la población local. La especulación inmobiliaria y el encarecimiento de la vivienda no solo generan desigualdad, sino que también desplazan a muchas familias que, al ver cómo los precios suben por las nubes, se ven obligadas a abandonar sus hogares. Ante este panorama, puede surgir la interrogante de si el desarrollo del sector inmobiliario de lujo beneficia a la comunidad en general o si solo alimenta las ansias de una elite económicamente privilegiada.
Además, es crucial reflexionar sobre la sostenibilidad de este auge en el contexto actual de crisis climática y social. La construcción de lujosos complejos residenciales a menudo ignora el impacto ambiental que pueden tener en los ecosistemas locales. Por lo tanto, Málaga tiene la oportunidad de liderar un modelo de desarrollo urbano que no solo considere el lujo como su único motor de crecimiento, sino que también priorice el bienestar de sus ciudadanos y el respeto por su entorno natural. Promover un crecimiento equilibrado que contemple iniciativas de vivienda asequible y la regeneración de barrios puede ayudar a mitigar las tensiones sociales que provoca el mercado de lujo. Así, el futuro de Málaga podría ser no solo un reflejo de opulencia, sino un ejemplo de responsabilidad y cohesión social.
La plaza San Juan de Dios, en pleno Centro de Málaga, vuelve a tener su emblemática Cruz. El Ayuntamiento ha comenzado este jueves los trabajos para recolocarla en su ubicación tradicional, una vez que ha sido reparada.
En agosto del año pasado, la cruz sufrió varios daños al ser derribada por unos actos vandálicos. Según aseguraron entonces testigos de los hechos, un grupo de turistas se subió a lo alto de la cruz para hacerse una foto, provocando que la estructura cediera hasta quebrarse.
Ante esta situación, el Ayuntamiento encargó unos cristales nuevos de protección y el forjado de la cruz ha sido repintado. Estaba previsto que el monumento volviera a su sitio antes, pero los trabajos acometidos por la empresa Quibla han tardado más de lo deseado debido a su volumen de trabajo, de ahí que la céntrica plaza haya tardado nueve meses en recuperar su estampa habitual.
Según ha explicado el Ayuntamiento a través de comunicado, la intervención ha consistido en la limpieza de las distintas capas de la pieza en la parte metálica; el desmontaje de las partes más erosionadas; la soldadura de las piezas afectadas; el desmontaje de la peana y la construcción de un nuevo soporte; la imprimación de una capa de pintura antioxidante; la sustitución de los vidrios rotos y limpieza de las partes íntegras; la instalación y el montaje de un nuevo cableado; y la pintura final con un esmalte especial antioxidante del mismo color que el original. Estos trabajos concluyeron a finales de abril.
Una vez que ha sido restaurada, el siguiente paso es el montaje de la escultura en la plaza de San Juan de Dios. Según explica la empresa Quibla, responsable de la reparación, este proceso es complejo debido a la estrechez de las calles aledañas que dificultan el acceso a la plaza con maquinaria. Así, el montaje se ha llevado a cabo de forma manual, y para ello han contado con poleas instaladas en los balcones de los edificios aledaños y un sistema especial que consiste en una placa soldada en los antiguos anclajes unida a la cruz por una bisagra para facilitar su transporte.
La cruz repuesta está estrechamente vinculada a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y su labor en la ciudad. El principal objetivo de esta fundación fue el tratado y cuidado de los enfermos y necesitados, estableciendo un hospital en la ciudad en el siglo VXII.
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