El ministro de Transportes, Óscar Puente, ha puesto una luz de esperanza sobre uno de los proyectos más esperados por los malagueños: el tren litoral. Durante su intervención en el programa Espejo Público de Antena 3, Puente reafirmó su compromiso con esta infraestructura, que se ha convertido en una de las más largamente reclamadas en la historia de Málaga. La respuesta viene después de que el alcalde Francisco de la Torre manifestara en el programa su preocupación por la falta de inversiones en infraestructuras, destacando el problema de las autovías colapsadas en una provincia en constante crecimiento.
“El tren del litoral es posible, hay una fórmula y la vamos a desarrollar”, destacó Puente, quien señaló que ya han dado pasos concretos hacia el desarrollo de este proyecto. El ministro aludió a un nuevo estudio de viabilidad que se pondrá en marcha, asegurando que los avances técnicos han cambiado el panorama. “Lo que necesito es tiempo como ministro, pero si no tengo el suficiente, al menos dejaremos todos los proyectos listos”, añadió, lo que refleja una disposición activa hacia la resolución de las problemáticas de transporte en la Costa del Sol.
La idea básica es llevar parte de la futura plataforma del tren en paralelo a la autovía A-7, una solución que podría simplificar el complicado trazado por la orografía y la densidad de edificaciones en la región. “El problema del trazado es que es un territorio tremendamente complejo”, admitió Puente. Sin embargo, su optimismo radica en la experiencia de Carlos Juárez, el director general del Sector Ferroviario, quien confía en la viabilidad de esta opción.
Además de su compromiso con el tren litoral, Puente ha abordado la otra gran inquietud de De la Torre, la posible ampliación del aeropuerto de Málaga, que se está acercando a su capacidad máxima. En este punto, el ministro aseguró que, si las aerolíneas demandan una expansión, “esa ampliación se va a hacer”. Esta afirmación no solo proporciona tranquilidad a los ciudadanos, sino que también sienta las bases para un crecimiento sostenido en un aeropuerto que se ha consolidado como el tercero más grande de España.
Para Puente, la decisión sobre la ampliación no es meramente política; tiene que ver con los planes establecidos en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA). “Es un muy buen instrumento”, comentó, refiriéndose a la necesidad de planificación estratégica para que el desarrollo aeroportuario vaya acorde con el crecimiento turístico y poblacional de la región.
A medida que se van definiendo estos proyectos, los ciudadanos de Málaga comienzan a vislumbrar un futuro donde la movilidad no esté marcada por el estrés del tráfico, sino que fluya a través de un transporte público eficiente y accesible. Con estas declaraciones, el alcalde y el ministro sientan las bases para un futuro en el que el tranvía y otras iniciativas de transporte podrían revitalizar la conexión entre los distintos puntos de la Costa del Sol, consolidando así el deseo de una infraestructura más moderna y funcional.
El compromiso del Gobierno con el tren litoral y la ampliación del aeropuerto no solo responde a una demanda política, sino a la necesidad de un desarrollo sostenible que permita a Málaga mantener su atractivo como destino turístico y como lugar de residencia. Así, las palabras de Óscar Puente resuenan con esperanza en el corazón de los malagueños que anhelan un futuro mejor en el transporte.
Es innegable que la propuesta del tren litoral de Málaga representa una luz de esperanza para una ciudad que ha sufrido las consecuencias de una planificación deficiente en sus infraestructuras de transporte. El optimismo mostrado por el ministro Óscar Puente, al afirmar que «el tren del litoral es posible», es alentador, pero también exige un compromiso real y palpitante por parte del gobierno. Las palabras son solo palabras si no se traducen en acciones concretas y en la asignación de recursos adecuados. No se puede negar que Málaga necesita urgentemente alternativas sostenibles a un tráfico urbano creciente y colapsado. El hecho de que un nuevo estudio de viabilidad esté en marcha es un paso positivo, pero cabe preguntarse si esta iniciativa tendrá la rapidez necesaria para ofrecer soluciones en el corto plazo ante la creciente presión sobre las autovías.
Además, la mención a la ampliación del aeropuerto refuerza la necesidad de una visión integradora para el desarrollo de Málaga, donde el transporte no se reduzca a una sola opción, sino que sume diversas alternativas que faciliten la movilidad en la región. La afirmación que “esa ampliación se va a hacer” es una promesa que debe ser respaldada por hechos, en un contexto donde la gestión del espacio aéreo y terrestre debe ser más ágil que nunca. Los malagueños no solo anhelan un tren litoral, sino también un conjunto de medidas que transformen la infraestructura existente. Por lo tanto, la espera no debe prolongarse, pues la paciencia de los ciudadanos tiene un límite, y la posibilidad de un futuro con un transporte más eficiente dependerá de decisiones que trasciendan el mero discurso político.
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