En un sorpresivo movimiento, la consellera d’Interior, Núria Parlon, ha anunciado cambios significativos en la estructura de la Policía de Cataluña. El nombramiento de Josep Lluís Trapero como nuevo director general de la Policía ha causado revuelo en el cuerpo de Mossos d’Esquadra, al mismo tiempo que se ha cesado a Eduard Sallent de su cargo como jefe.
La llegada de Trapero ha sido recibida con sorpresa por muchos, ya que su pasado como jefe de los Mossos estuvo marcado por su implicación en los acontecimientos del referéndum de independencia de Cataluña en 2017. Sin embargo, Parlon ha destacado que Trapero conoce a fondo el cuerpo de Mossos y es la persona idónea para liderar las «grandes líneas de trabajo del Departament».
Además, el nombramiento de Miquel Esquius como nuevo responsable policial supone un cambio en la cúpula de los Mossos. Esquius, quien ya fue comisario jefe entre 2018 y 2019, tendrá la tarea de continuar con la labor de seguridad ciudadana en Cataluña.
Por otro lado, la designación de Tomàs Carrión como secretario general de Interior aporta experiencia en gestión pública desde la perspectiva de la seguridad. Su trabajo anterior en el Ayuntamiento de Santa Coloma de Gramenet le brinda un amplio conocimiento de las necesidades y retos en este ámbito.
En definitiva, estos cambios en la Policía de Cataluña buscan mejorar la eficacia en la lucha contra la delincuencia, así como fortalecer la coordinación con otras fuerzas y cuerpos de seguridad. La consellera Parlon ha expresado su intención de mantener una estrecha relación con los representantes municipales, especialmente en ciudades como Barcelona, para abordar cualquier desacuerdo que pueda dificultar la labor policial y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.
El nombramiento de Josep Lluís Trapero como nuevo director general de la Policía de Cataluña ha generado controversia, dado su pasado relacionado con el referéndum de independencia de 2017. Aunque la consellera Parlon destaca su conocimiento del cuerpo de Mossos, es evidente que su designación no ha sido bien recibida por todos. La salida de Eduard Sallent como jefe también ha sido un sorpresivo movimiento que agrega tensión a este proceso de cambio en la cúpula policial.
Los nuevos nombramientos de Miquel Esquius y Tomàs Carrión parecen tener como objetivo reforzar la seguridad ciudadana y mejorar la coordinación con otras fuerzas de seguridad en Cataluña. Sin embargo, la incertidumbre y las críticas hacia el nombramiento de Trapero plantean dudas sobre la efectividad de estos cambios. Será crucial que la consellera Parlon sea capaz de gestionar las tensiones internas y externas para garantizar que la Policía de Cataluña pueda cumplir con su labor de forma eficaz y sin interferencias políticas.
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