El desbordamiento de agua que azotó a Benetússer en octubre de 2024 dejó tras de sí un rastro de desolación y recuerdos desgarradores. Entre las víctimas de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), se encontraba H. S., una niña de origen chino de solo 11 años, cuya historia ha salido a la luz a través del sumario del caso y que nos recuerda la fragilidad de la vida ante la fuerza de la naturaleza.
La noche del 29 de octubre de 2014, H. S. se encontraba en el bar familiar, regentado por sus padres, cuando el agua comenzó a inundar el local a las 19:40 horas. Un ambiente que, en un principio, parecía controlable, se transformó en una pesadilla a medida que el nivel del agua crecía, llegando a alcanzarle a la cadera en menos de una hora. «La situación era caótica, y en medio del pánico, optamos por pedir ayuda», relató la madre de la pequeña, quien junto a sus hijos quedó atrapada en un lugar donde la esperanza comenzaba a desvanecerse.
Con la ayuda de los vecinos del piso superior, lograron enviarles una escalera, pero la desesperación hizo que H. S. se ofreciera para ser la primera en usarla. Al intentarlo, el fuerte empuje del agua hizo que la escalera se deslizara, precipitando a la niña a las gélidas aguas que arrastraron su vida en un instante. «El padre saltó tras ella, luchando contra la corriente, pero no había nada que pudiera hacer. Se agarró a un coche para no ahogarse», persisten en el relato los agentes de la Guardia Civil, quienes estuvieron presentes en la investigación.
La búsqueda del cuerpo de H. S. insumió horas que se sintieron como una eternidad para su familia, quienes al día siguiente, ya desesperanzados, recibieron la desgarradora noticia: «Su hija había sido encontrada a un kilómetro de distancia, cerca del Leroy Merlin de Massanassa». Un dolor que se transforma en un eco de lamentos en la comunidad, donde los habitantes han dejado velas y mensajes en memoria de la pequeña.
La conmoción por la pérdida de H. S. se siente en cada rincón de Benetússer, donde la familia, aún tratando de sobreponerse a la tragedia, continúa con su tradición en el bar familiar. «Siempre te recordaré en el columpio», se leía en uno de los carteles que decoran la entrada del bar, una frase que resume la tristeza y la belleza de los recuerdos que perduran más allá de la muerte. En una sociedad que, a menudo, tiende a olvidar las historias personales detrás de las estadísticas de tragedias naturales, el caso de H. S. se convierte en un recordatorio palpable de la fragilidad de la vida y de la importancia de la comunidad en tiempos de calamidad.
La tragedia que ha golpeado a Benetússer con la muerte de H. S., una niña de solo 11 años, pone de relieve la fragilidad de nuestra existencia ante las fuerzas desatadas de la naturaleza. Más allá del dolor inmediato que siente su familia y la comunidad, este lamentable suceso nos invita a reflexionar sobre la necesidad de fortalecer la infraestructura y los protocolos de emergencia ante fenómenos naturales como la DANA. Estamos hablando no solo de la pérdida de una vida sino de un futuro truncado, y es imperativo que se realicen las inversiones necesarias para prevenir que tragedias como esta se repitan. La memoria de H. S., cuyo recuerdo se ha convertido en un símbolo de sufrimiento colectivo, exige respuestas y responsabilidades claras por parte de las autoridades locales.
Además, es fundamental considerar el impacto emocional que esta tragedia tiene en la comunidad. El hecho de que los ciudadanos de Benetússer hayan dejado velas y mensajes en el bar familiar de H. S. no es solo un acto de duelo, sino una demostración del tejido social que se construye en tiempos de adversidad. Este tipo de apoyo comunitario es crucial para la sanación, pero también resalta una problemática más amplia: ¿estamos preparados para enfrentar estas calamidades de forma efectiva? En lugar de ser meras víctimas de la naturaleza, debemos fomentar un enfoque basado en la prevención y la resiliencia, en donde se crean entornos seguros y solidarios que promuevan la ayuda mutua. Solo así podremos honrar de manera significativa el legado de H. S. y de quienes, lamentablemente, ya no están con nosotros.
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