El expresidente Carles Puigdemont ha generado una gran expectación al no asistir a la Universitat Catalana d’Estiu, celebrada en Prada, Francia. A través de un video grabado, Puigdemont excusó su ausencia alegando motivos de seguridad, lo que ha causado sorpresa entre sus seguidores y detractores. Su ausencia se produce en un momento delicado, después de su huida de los Mossos de Esquadra en Barcelona, lo que lo coloca en una situación de vulnerabilidad legal.
Puigdemont, quien ya no goza de inmunidad parlamentaria, ha decidido no arriesgarse a ser detenido, a pesar de que el juez Pablo Llarena no ha reactivado la petición de arresto en Europa. En su intervención telemática, Puigdemont ha denunciado lo que él llama un «golpe de estado híbrido», acusando a los defensores de la unidad de España de actuar de manera fraudulenta para lograr sus objetivos políticos. Sus declaraciones han generado controversia y han sido recibidas con críticas por parte del Estado español.
El expresidente catalán ha señalado que la sofisticación del golpismo ha dificultado su detección, ya que ahora se camufla bajo una apariencia democrática del poder judicial. Puigdemont sostiene que los opositores a la independencia de Cataluña se han reinventado para perseguir sus objetivos de manera encubierta, utilizando las instituciones democráticas en su propio beneficio. Estas declaraciones revelan la creciente polarización política en España y la complejidad de resolver el conflicto catalán en un contexto de tensiones internas y externas.
La decisión de Carles Puigdemont de no asistir a la Universitat Catalana d’Estiu en Prada, Francia, ha generado un gran revuelo en medio de un escenario político ya tenso. Su excusa de motivos de seguridad ha levantado suspicacias y ha causado sorpresa tanto entre sus seguidores como detractores. Esta ausencia se produce en un momento clave, tras su huida de los Mossos de Esquadra en Barcelona, lo que lo sitúa en una posición de vulnerabilidad legal.
Las declaraciones de Puigdemont, denunciando un supuesto «golpe de estado híbrido» por parte de los defensores de la unidad de España, han añadido aún más leña al fuego en un conflicto político ya candente. Sus acusaciones de que los opositores a la independencia catalana se han reinventado para actuar de manera fraudulenta a través de las instituciones democráticas, reflejan la creciente polarización política en España. En este contexto, la complejidad para resolver el conflicto catalán se agrava, añadiendo tensiones internas y externas a un escenario ya complejo y volátil.
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