El PNV exige al Gobierno un alto precio por su apoyo: ¿Qué conseguirá a cambio?

Durante las últimas semanas, la relación entre el PNV y el Gobierno ha pasado por momentos complicados, reflejando un enfriamiento que no había sido tan evidente en el pasado. Este deterioro se ha manifestado tanto en el tono de las conversaciones como en las votaciones en el Congreso, lo que ha llevado a cuestionar la fortaleza parlamentaria de Pedro Sánchez. A pesar de que en principio se consideraba estratégica la relación con los nacionalistas vascos, parece que existen discrepancias importantes que están generando fricciones en la colaboración entre ambas partes.

Uno de los puntos de discordia parece ser la inacción del Gobierno ante compromisos específicos, como la ley de familias o la de secretos oficiales, que han quedado estancados sin avances concretos. Además, el segundo paquete de traspasos de competencias también es un tema pendiente que preocupa al PNV, demostrando la falta de avances en las negociaciones entre ambas partes.

Para intentar resolver esta situación y reconducir la relación, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, se reunió recientemente con el presidente del Euskadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar, y el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban. A pesar de este encuentro, las tensiones parecen seguir presentes, especialmente en momentos clave como la sesión de control al Ejecutivo, donde se manifestó un tono más duro de lo habitual por parte del PNV.

En este contexto, tanto el Gobierno como el PNV parecen estar buscando una salida a esta situación de conflicto que se ha generado en las últimas semanas. A pesar de las diferencias y desencuentros, ambas partes reconocen la importancia de mantener una relación de colaboración, especialmente ante los retos políticos y sociales que enfrenta el país en la actualidad. Sin embargo, será fundamental que ambas partes puedan encontrar puntos de acuerdo y avanzar en la resolución de los temas pendientes para evitar tensiones mayores en el futuro.