Según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística, los precios industriales en España han experimentado una caída del 1,4% en julio en comparación con el mismo mes del año anterior. Esta tendencia a la baja se ha mantenido durante los últimos 17 meses, siendo la principal razón la disminución de los costes energéticos. Sin embargo, en los últimos meses también ha contribuido al descenso el abaratamiento del sector de aceites y grasas de origen vegetal y animal.
El Índice de Precios Industriales (IPRI) mide la variación de los importes de venta de los productos a salida de fábrica, sin incluir gastos de transporte ni de comercialización. Esto significa que las fluctuaciones en el IPRI suelen reflejarse en el precio final que paga el consumidor con cierto retraso. En el caso de los aceites y grasas de origen vegetal y animal, este sector ha experimentado una disminución del 3,5% en julio, contribuyendo significativamente a la bajada del IPRI.
En particular, el precio del aceite de oliva ha descendido un 4,2% en julio en comparación con junio. Aunque sigue siendo más caro que el año pasado, su tasa de inflación ha disminuido hasta el 14,9%, lo que indica que es probable que este descenso se refleje en los supermercados próximamente. Este producto, que ha sido un punto clave en la cesta de la compra en los últimos meses, ha experimentado una notable baja en su inflación, lo que podría beneficiar a los consumidores domésticos.
Por otro lado, los bienes de consumo no duraderos, como los aceites y grasas, han registrado una disminución del 1,7% en julio, a pesar de haber experimentado aumentos en los dos meses anteriores. En general, el IPRI de estos bienes fue del 2,7% en julio, lo que representa una disminución de 0,8 puntos respecto al mes anterior. Esta tendencia a la baja en los precios industriales puede tener un impacto en la economía y en el bolsillo de los consumidores, generando posibles beneficios a largo plazo.
Los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística muestran una caída del 1,4% en los precios industriales en España en julio. Esta tendencia a la baja, que se ha mantenido durante los últimos 17 meses, se debe principalmente a la disminución de los costes energéticos, así como al abaratamiento del sector de aceites y grasas de origen vegetal y animal. Esta situación puede tener un impacto significativo en la economía y, eventualmente, en el bolsillo de los consumidores.
En particular, la disminución del precio del aceite de oliva, que ha descendido un 4,2% en julio, puede beneficiar a los consumidores domésticos a corto plazo. A pesar de que sigue siendo más caro que el año pasado, su tasa de inflación ha disminuido hasta el 14,9%. Sin embargo, la caída en los precios industriales en general, especialmente en los bienes de consumo no duraderos, puede tener repercusiones a largo plazo en la economía del país. Es crucial mantener un seguimiento de esta situación y analizar cómo afectará a los consumidores en el futuro.
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