La compraventa de carteras de activos ‘tóxicos’ ha experimentado un importante descenso en el último año, alcanzando los 13.511 millones de euros distribuidos en 32 transacciones. Este fenómeno, liderado por entidades financieras como Sareb, ha generado un gran interés por parte de grandes gestoras de fondos de inversión, especialmente las norteamericanas. Sin embargo, el protagonismo de la venta más importante recae en el ‘banco malo’ español, que vendió el proyecto Victoria a Axactor por un valor de 3.000 millones de euros.
Como parte de esta dinámica, entidades como Banco Santander, Blackstone, Deutsche Bank y Caixabank han tenido una presencia significativa en la desinversión de activos tóxicos. Por otro lado, GCBE, propiedad de Cerberus, se ha destacado como uno de los compradores más activos, adquiriendo préstamos por un valor superior a los 4.000 millones. En este panorama, Axactor también ha sido un jugador relevante al adquirir carteras sin garantía con activos valorados en 3.440 millones de euros.
A lo largo de los últimos años, las principales entidades financieras del país han vendido un total de 168.003 millones de euros en activos tóxicos, siendo Banco Santander la entidad líder en desinversiones. Este escenario ha generado un amplio interés por parte de inversores como Lone Star, Oaktree, Carval o CPPIB, y servicers como Intrum, quienes han tenido un rol fundamental en la gestión de estos activos. Sin duda, la dinámica de compraventa de activos tóxicos sigue siendo un fenómeno relevante en el sector financiero, con un stock pendiente de 43.259 millones de euros en carteras de préstamos.
La compraventa de carteras de activos ‘tóxicos’ en el sector financiero español ha experimentado un importante descenso en el último año, con un total de 13.511 millones de euros distribuidos en 32 transacciones. Este fenómeno, liderado por entidades como Sareb, ha despertado el interés de grandes gestoras de fondos de inversión, especialmente las norteamericanas. Sin embargo, es preocupante observar que el ‘banco malo’ español ha sido el protagonista de la venta más importante, cediendo el proyecto Victoria a Axactor por un valor de 3.000 millones de euros.
El papel de entidades como Banco Santander, Blackstone, Deutsche Bank y Caixabank en la desinversión de activos tóxicos ha sido relevante, al igual que la presencia activa de compradores como GCBE, propiedad de Cerberus, y Axactor. Con un stock pendiente de 43.259 millones de euros en carteras de préstamos, la dinámica de compraventa de activos tóxicos continúa siendo un fenómeno destacado en el sector financiero español, con un amplio interés por parte de inversores y servicers en la gestión de estos activos. Es crucial seguir analizando de cerca este mercado para comprender sus implicaciones a largo plazo.
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