Tras meses de incesante escalada inflacionista, finalmente se empieza a vislumbrar una leve desaceleración en el ritmo de crecimiento de los alimentos. Si bien los precios aún no han retrocedido, la tasa de aumento se ha ralentizado en los últimos meses, brindando un atisbo de alivio a los consumidores que han sentido el impacto en sus bolsillos.
Según los datos presentados por CaixaBank Research en su ‘Informe Sectorial Agroalimentario’ correspondiente al primer semestre de 2024, se destacan aumentos significativos en productos básicos como el aceite de oliva, el azúcar y las patatas. Estos alimentos han experimentado incrementos notables que han contribuido en gran medida al alza general de los precios en el sector. Por otro lado, alimentos como los frutos secos y el marisco congelado han registrado aumentos más moderados, aliviando levemente la presión sobre los consumidores.
La economista Judit Montoriol de CaixaBank Research señala que, si bien se espera que la tendencia a la moderación en la inflación alimentaria se consolide en los próximos trimestres, la incertidumbre sobre la evolución de los precios sigue siendo elevada. Factores como los fenómenos meteorológicos extremos, que cada vez son más frecuentes e impredecibles, podrían seguir impactando en los precios de los alimentos y complicando la estabilidad en la cesta de la compra de los consumidores.
Tras meses de constantes subidas en los precios de los alimentos, parece que finalmente se comienza a vislumbrar una leve desaceleración en su crecimiento. Si bien esta noticia puede suponer un respiro para los consumidores, que han visto cómo sus bolsillos se resentían ante los altos costos de la alimentación, aún queda camino por recorrer para que los precios retrocedan y se estabilicen. La situación sigue siendo preocupante, especialmente para aquellos sectores más vulnerables que ven comprometida su capacidad de compra.
El informe de CaixaBank Research pone de manifiesto la disparidad de comportamiento de los precios en diferentes alimentos, con incrementos significativos en productos básicos como el aceite de oliva, el azúcar y las patatas. Esto refleja la complejidad de la situación inflacionaria en el sector agroalimentario y la necesidad de seguir de cerca su evolución. Aunque se espera una moderación en la inflación alimentaria, factores externos como los fenómenos meteorológicos extremos pueden complicar la estabilidad de los precios y poner a prueba la economía de los consumidores. Es crucial que se tomen medidas para garantizar un acceso equitativo a una alimentación básica y asequible para todos.
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