Iberdrola continúa marcando hitos en el sector de las energías renovables con la puesta en marcha del parque eólico marino Saint-Brieuc en Francia. Con 62 turbinas eólicas que suman una potencia total de 496 MW, este parque se convierte en el segundo más grande de Francia y el primero de Bretaña.
La puesta en funcionamiento de Saint-Brieuc representa un avance significativo en la transición hacia una energía más limpia y sostenible. Con una capacidad de producción de 1.820 GWh/año, este parque será capaz de abastecer las necesidades de electricidad de más de 800.000 personas, lo que equivale al consumo de toda una ciudad como Valencia.
Además, la inversión de 2.400 millones de euros realizada por Iberdrola en el desarrollo de este proyecto ha tenido un impacto positivo en la economía local, generando más de 1.700 empleos en Francia, de los cuales más de 500 se han creado en Bretaña. Esta iniciativa ha sido un impulso para las empresas locales y ha contribuido al crecimiento de la industria eólica marina en el país.
Cabe destacar que la construcción de Saint-Brieuc ha contado con la participación de empresas españolas, como Navantia-Windar, que han aportado su experiencia y tecnología en la fabricación de las estructuras necesarias para sostener los aerogeneradores marinos. Este proyecto ha representado un importante contrato para la naviera, generando miles de empleos directos e indirectos tanto en España como en Francia.
La puesta en marcha del parque eólico marino Saint-Brieuc por parte de Iberdrola es sin duda un gran logro en el sector de las energías renovables. Con una potencia total de 496 MW, este parque se convierte en el segundo más grande de Francia y el primero de Bretaña, lo que demuestra el compromiso de la empresa con el desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático. La capacidad de producción de 1.820 GWh/año de este parque es impresionante y demuestra el potencial de la energía eólica marina para abastecer a una gran cantidad de hogares y reducir las emisiones de carbono.
Además, la inversión de 2.400 millones de euros realizada por Iberdrola en este proyecto no solo ha tenido un impacto positivo en la economía local de Francia, sino que también ha beneficiado a empresas españolas como Navantia-Windar, que han participado en la construcción de las estructuras necesarias para sostener las turbinas eólicas. La creación de más de 1.700 empleos en Francia, de los cuales más de 500 se han generado en Bretaña, es un claro ejemplo de cómo las energías renovables pueden impulsar la economía y el empleo en diferentes regiones. En definitiva, la puesta en marcha de Saint-Brieuc es un hito en la transición hacia un sistema energético más sostenible y limpio.
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