El eco de la Superliga Europea, aquel proyecto que prometía revolucionar el fútbol continental, se desvanece en la brisa mediterránea. El FC Barcelona, según fuentes cercanas al club, se prepara para abandonar el barco de la Superliga, dejando a Florentino Pérez y al Real Madrid navegando en solitario por aguas cada vez más turbulentas. La noticia, que sacude los cimientos del panorama futbolístico, llega como un jarro de agua fría para los defensores de la controversial competición, pero como un alivio para los acérrimos defensores del modelo tradicional.
La sombra de las cuantiosas penalizaciones económicas planea sobre la decisión del club blaugrana. Esa es la principal razón por la que el anuncio no se ha hecho oficial. Joan Laporta, presidente del Barça, parece dispuesto a «dejar morir el proyecto», tal como se ha expresado, consciente de que una liga con solo dos equipos es, a todas luces, inviable. La apuesta del mandatario culé se inclina, de manera inequívoca, hacia la UEFA.
El gesto es elocuente: la presencia de Laporta en la asamblea anual de la European Football Clubs (EFC) en Roma, presidida por Nasser Al-Khelaifi, no deja lugar a dudas sobre la nueva dirección que tomará el club catalán. El agradecimiento público del dirigente catarí y el aplauso de los más de 800 clubes presentes en la reunión son un claro indicativo de que el Barça busca activamente una reconciliación con la UEFA y un regreso a la normalidad institucional. La integración en la EFC, siguiendo los pasos de la Juventus, se vislumbra como el siguiente paso en esta estrategia de repliegue.
Pero, ¿qué motiva este cambio de rumbo tan drástico? Más allá de las penalizaciones económicas y la inviabilidad del proyecto, la sombra de la sanción de la UEFA por el caso Negreira podría estar influyendo en la decisión. Necesidad de buena imagen y de mostrar compromiso con las instituciones parecen ser la clave.
Con el Barcelona a punto de abandonar la Superliga, el Real Madrid se erige como el último bastión de un proyecto que, para muchos, nunca debió nacer. La pregunta que flota en el aire es: ¿podrá Florentino Pérez mantener viva la llama de la Superliga en solitario? La respuesta, por ahora, es incierta. Lo que sí es seguro es que la retirada del Barcelona marca un punto de inflexión en la historia reciente del fútbol europeo y deja a Florentino Pérez en una situación delicada. Mientras tanto, en Málaga, los aficionados al fútbol observan con atención el desarrollo de los acontecimientos, preguntándose si este es el final definitivo de la Superliga o solo una tregua antes de una nueva batalla. El tiempo, como siempre, tendrá la última palabra.
El repliegue del FC Barcelona de la Superliga no es una victoria del romanticismo futbolístico, sino un **ejercicio pragmático de supervivencia económica y reputacional**. Laporta, lejos de erigirse en adalid de la tradición, ha optado por una huida hacia adelante, buscando el amparo de la UEFA y la EFC, entidades a las que hace no mucho demonizaba. Esta aparente rendición estratégica, dictada más por el temor a las sanciones económicas y el Caso Negreira que por una genuina convicción, deja al Real Madrid en una soledad aún más manifiesta y pone de relieve la fragilidad de un proyecto concebido desde la soberbia y el desprecio al modelo deportivo europeo. La pregunta ahora es si Florentino Pérez, cual Quijote moderno, seguirá embistiendo molinos de viento o si reconocerá la derrota de una idea que nació muerta por su elitismo y falta de conexión con la realidad del fútbol.
Más allá de la inmediatez de la noticia, lo realmente preocupante es la evidencia de que **los grandes clubes siguen moviéndose en un terreno donde la especulación y el poder económico priman sobre los valores deportivos**. La Superliga, aunque aparentemente derrotada, ha dejado una herida abierta en la concepción del fútbol como bien social. La ambición desmedida de algunos dirigentes y la creciente mercantilización del deporte rey son una amenaza constante para la sostenibilidad y la equidad de las competiciones. En Málaga, como en el resto del mundo futbolístico, debemos permanecer vigilantes y exigir transparencia, responsabilidad y compromiso con un modelo que ponga en valor el mérito deportivo y la pasión de los aficionados, antes que los intereses particulares de unos pocos.
El Diario de Málaga es el periódico digital dónde podrás seguir toda la actualidad malagueña al minuto.
To provide the best experiences, we and our partners use technologies like cookies to store and/or access device information. Consenting to these technologies will allow us and our partners to process personal data such as browsing behavior or unique IDs on this site and show (non-) personalized ads. Not consenting or withdrawing consent, may adversely affect certain features and functions.
Click below to consent to the above or make granular choices. Your choices will be applied to this site only. You can change your settings at any time, including withdrawing your consent, by using the toggles on the Cookie Policy, or by clicking on the manage consent button at the bottom of the screen.
Compartir en...
Completa el formulario o escríbenos a [email protected] y nos pondremos en contacto contigo tan pronto como sea posible.