El eco de la solidaridad resonó hoy, 20 de junio, en Málaga, al celebrarse el Día Mundial de las Personas Refugiadas. La concejala delegada de Acción Exterior, Mar Torres, junto a representantes de Cruz Roja, CEAR y ACCEM, organizaciones pilares en la asistencia a solicitantes de asilo, lideraron un emotivo acto que puso el foco en la humanidad y los sueños de quienes buscan un nuevo hogar en nuestra ciudad. La jornada, más allá de un mero protocolo, se convirtió en un crisol de emociones donde la empatía y el compromiso social se entrelazaron.
En la sede de Cruz Roja, convertida en un improvisado santuario de historias, la jornada arrancó con la proyección de un vídeo conmovedor. Imágenes enviadas por ciudadanos anónimos, profesionales y voluntarios capturaron instantes de encuentro, colaboración y apoyo a las personas refugiadas en Málaga. La recopilación, un mosaico de rostros y experiencias, sirvió como preludio a los testimonios que marcarían el clímax del evento.
Tres valientes personas refugiadas tomaron la palabra para compartir sus vivencias. Con la voz entrecortada por la emoción, narraron las dificultades de abandonar sus hogares, el miedo a lo desconocido y, sobre todo, la esperanza de encontrar un refugio seguro en Málaga. Sus relatos, cargados de resiliencia y optimismo, revelaron la importancia de la acogida y el apoyo para reconstruir sus vidas y perseguir sus sueños en nuestra ciudad. Cada testimonio fue un golpe en la conciencia, un recordatorio de la responsabilidad colectiva de tender una mano a quienes más lo necesitan.
La presencia de Ruth Sarabia, delegada territorial de Inclusión Social de la Junta de Andalucía, y Francisco José Martín, diputado de Mayores, Tercer Sector y Cooperación Internacional, subrayó el compromiso institucional con la causa de las personas refugiadas. Ambos representantes reafirmaron la importancia de la coordinación entre administraciones y organizaciones para garantizar una acogida digna y facilitar la integración social y laboral de este colectivo en Málaga. El acto, en definitiva, fue un llamamiento a la acción, una invitación a construir una sociedad más justa, solidaria e inclusiva para todos.
El Día Mundial de las Personas Refugiadas, tal y como se celebró en Málaga, deja un sabor agridulce. Si bien es encomiable el esfuerzo de organizaciones como Cruz Roja, CEAR y ACCEM, y la sensibilidad mostrada en el acto conmemorativo, resulta inevitable preguntarse si este tipo de eventos no corren el riesgo de convertirse en **un mero ejercicio de postureo institucional, un lavado de cara que diluye la urgencia real de la situación.** La proyección de vídeos emotivos y los testimonios conmovedores, aunque importantes para visibilizar el drama, no deben eclipsar la necesidad de políticas de asilo más eficientes y humanas. ¿Se está haciendo lo suficiente para garantizar una integración real y duradera de estas personas en el mercado laboral y en la sociedad malagueña, o nos conformamos con gestos simbólicos y buenas intenciones?
La presencia de representantes de la Junta de Andalucía y la Diputación, aunque necesaria, no garantiza una **coordinación efectiva y un flujo constante de recursos.** La historia nos ha demostrado que los compromisos institucionales, a menudo, se quedan en papel mojado. Es fundamental exigir una mayor transparencia en la gestión de los fondos destinados a la acogida de refugiados, así como una evaluación rigurosa del impacto real de las políticas implementadas. La solidaridad malagueña, demostrada por ciudadanos y organizaciones, es un activo valiosísimo, pero necesita del respaldo incondicional y constante de las administraciones públicas para traducirse en soluciones concretas y oportunidades reales para quienes huyen de la guerra, la persecución y la miseria.
El Diario de Málaga es el periódico digital dónde podrás seguir toda la actualidad malagueña al minuto.
Compartir en...
Completa el formulario o escríbenos a [email protected] y nos pondremos en contacto contigo tan pronto como sea posible.
