Cádiz, 9 de octubre de 2025 – El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha fallado a favor de una paciente de Cádiz, otorgándole una indemnización de 25.000 euros por negligencia del Servicio Andaluz de Salud (SAS) en el diagnóstico de un cáncer de mama. La sentencia, que reduce significativamente la cuantía inicialmente establecida por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo, pone de manifiesto las fallas en el seguimiento y diagnóstico de la paciente, cuya odisea comenzó en 2014. La demandante, que finalmente fue intervenida en 2017, buscaba una compensación de 162.000 euros por la responsabilidad patrimonial del SAS.
La historia de esta mujer es un espejo en el que se reflejan las grietas de un sistema que, a pesar de sus esfuerzos, aún presenta deficiencias. En 2014, la paciente acudió a los servicios sanitarios con molestias y la detección de un nódulo en la mama izquierda. Sin embargo, la mamografía realizada en ese momento fue clasificada de manera errónea, retrasando un seguimiento más exhaustivo que podría haber anticipado el diagnóstico y, quizás, modificado el curso de la enfermedad.
La sentencia del TSJA, aunque rebaja la indemnización inicial, es contundente al reconocer el "mal funcionamiento" de la administración sanitaria. Se evidencia un "error de diagnóstico inicial y posterior demora diagnóstica" que tuvo consecuencias directas en la salud y calidad de vida de la paciente. La segunda mamografía, realizada dos años después de la primera, llegó demasiado tarde, postergando la detección de un carcinoma lobulillar que, si bien es difícil de identificar, ya presentaba indicios desde 2014.
Este caso plantea interrogantes sobre la eficacia de los protocolos de diagnóstico precoz y la necesidad de una mayor atención individualizada a las pacientes. Si bien los médicos reconocen la complejidad de detectar ciertos tipos de cáncer de mama, como el lobulillar, también admiten que un estudio clínico más profundo en 2014 podría haber revelado la presencia de la enfermedad en una etapa temprana. La indemnización, aunque no compensa el sufrimiento y las secuelas de la enfermedad, representa un reconocimiento judicial de la negligencia y un llamado de atención al SAS para mejorar sus procesos y garantizar una atención sanitaria de calidad para todas las mujeres andaluzas.
La sentencia del TSJA que indemniza a esta paciente gaditana no es una victoria, sino un **amargo recordatorio de las deficiencias que persisten en nuestro sistema sanitario.** Reducir la indemnización inicialmente concedida es, a mi juicio, un error que minimiza el impacto de un diagnóstico tardío en la vida de una persona. Si bien el sistema lucha por ofrecer una atención universal, este caso pone de manifiesto la urgencia de priorizar la calidad y la individualización de la atención, especialmente en áreas tan sensibles como la detección del cáncer de mama. 25.000 euros no compensan tres años de incertidumbre, miedo y, lo más importante, de progresión de la enfermedad.
No nos engañemos, este fallo judicial, aunque aparentemente favorable, **pone en evidencia la fragilidad de la protección que ofrece el SAS a sus pacientes.** Se concede una indemnización, sí, pero ¿qué medidas se están tomando para que casos como este no se repitan? ¿Se están revisando los protocolos de diagnóstico, invirtiendo en formación continua del personal sanitario, o mejorando la dotación de recursos en las unidades de radiología? La burocracia judicial no puede ser un parche para las heridas que provoca un sistema sanitario que, en ocasiones, parece más preocupado por cuadrar las cuentas que por velar por la salud de las personas. La salud no es un número, es un derecho, y este caso nos recuerda que aún estamos lejos de garantizarlo plenamente.
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