La Junta de Andalucía ha informado que, a partir de las 11:30 horas de este sábado, se ha desactivado la fase de emergencia del Plan de Emergencia ante el Riesgo por Inundaciones en Andalucía (PERI), que ha pasado a ser considerada como fase de preemergencia, situación operativa 0. Esta transición se debe a la mejora de las condiciones meteorológicas y la estabilización de los niveles hidrológicos en las áreas que se encontraban en riesgo debido a las recientes lluvias intensas.
El consejero de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz, ha resaltado que la normalidad ha prevalecido en la madrugada y primeras horas del día, señalando que apenas se han producido incidentes significativos. “No hay ríos en umbral rojo ni embalses en alerta”, ha afirmado Sanz, quien también ha comentado la situación del río Guadalete, cuyo nivel de agua se mantiene en 4.4 metros con una tendencia estable y en descenso.
En el nuevo estado de preemergencia, las autoridades continuarán monitorizando la situación y seguirán brindando información actualizada a los órganos de protección civil y a la población en general. Sanz ha enfatizado la importancia de la comunicación constante y la preparación ante cualquier eventualidad, aunque las condiciones actuales sugieren una recuperación. Durante el temporal, hasta el momento han sido gestionadas 3.285 emergencias en toda Andalucía, reflejando la magnitud del fenómeno meteorológico que ha impactado la región.
Un aspecto positivo del cambio en la situación es que los 17 vecinos desalojados del municipio de El Palmar de Troya han podido regresar a sus hogares, lo que ilustra un avance en la resolución de los problemas causados por el mal tiempo. Sin embargo, la Junta ha informado que la búsqueda del motorista desaparecido en el río Genal, tras su caída el pasado 19 de marzo, sigue en curso, lo que mantiene alerta a las autoridades y a los equipos de rescate.
En el ámbito de la infraestructura, actualmente permanecen cortadas un total de doce carreteras, siendo cuatro de ellas en Cádiz, dos en Córdoba, y una en cada una de las provincias de Granada, Málaga y Sevilla. La Dirección General de Tráfico (DGT) ha advertido sobre la necesidad de circular con precaución, especialmente en tramos afectados por interrupciones parciales. Se estima que, aunque la mayoría de las rutas están operativas, las condiciones climáticas siguen exigiendo prudencia en la conducción.
Finalmente, la Junta de Andalucía continuará evaluando la situación en las próximas horas y días, con un enfoque claro en la seguridad ciudadana y la respuesta rápida ante cualquier fluctuación en las condiciones meteorológicas que pudiera poner en riesgo a la población. La comunidad permanece unida, apoyando tanto a los afectados como a los equipos de emergencia que han trabajado incansablemente durante el temporal.
La reciente desactivación de la fase de emergencia en Andalucía es un claro indicativo de la evolución positiva de las condiciones meteorológicas; sin embargo, esta situación es también una llamada de atención sobre la resiliencia y la preparación de nuestra comunidad ante eventos climáticos extremos. La gestión de emergencias en la región ha demostrado su eficacia tras gestionar más de 3.285 situaciones críticas, lo que pone de manifiesto tanto la severidad de la naturaleza como la capacidad de respuesta de nuestras instituciones. Aun así, es crucial no perder de vista las enseñanzas que este episodio nos deja: la necesidad de un fortalecimiento continuo de las infraestructuras y un plan de acción que contemple no solo la respuesta inmediata, sino la prevención a largo plazo, dada la creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos debido al cambio climático.
Además, aunque la normalidad ha regresado en términos generales y los evacuados han podido regresar a sus hogares, la búsqueda del motorista desaparecido en el río Genal revela que no todos los estragos han sido resueltos. La desactivación de emergencias no implica una resolución total de los problemas provocados por las inundaciones, y es imperativo que se mantenga la vigilancia y la comunicación con la población. La Junta de Andalucía debe garantizar que las recomendaciones sobre precaución en la conducción no se queden en simples advertencias, sino que sean el reflejo de un compromiso activo por parte de las autoridades en la protección de la ciudadanía. La situación actual es una oportunidad para reevaluar y reforzar nuestros protocolos de emergencia, asegurando que la lección aprendida de esta crisis se traduzca en una mayor seguridad y resiliencia para el futuro.
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