La comunidad andaluza se prepara para lo inesperado estas Navidades, ya que la compañía de trenes de alta velocidad IRYO puede sufrir interrupciones en sus servicios entre Madrid, Sevilla, Córdoba y Málaga. La Confederación General del Trabajo (SFF-CGT) ha convocado una huelga que se llevará a cabo durante seis días, desde el 23 de diciembre hasta el 1 de enero, coincidiendo con uno de los períodos más concurridos del año. Los viajeros que han adquirido billetes para estos trayectos ya están recibiendo notificaciones sobre la inminente afectación de sus viajes debido a este conflicto laboral.
En un contexto de creciente descontento, el sector ferroviario de SFF-CGT ha organizado dos protestas simultáneas que se llevarán a cabo en Sevilla y Málaga este jueves a las 10:30 horas. Los manifestantes se concentrarán frente a las sedes de IRYO en estas ciudades, específicamente en el centro comercial Vialia de Málaga y en la estación de Santa Justa en Sevilla. Estas concentraciones se producen como antesala de la reunión programada con la dirección de la empresa, donde los sindicalistas esperan expresar sus demandas sobre un convenio colectivo que garantice mejores condiciones laborales para la plantilla.
El mensaje del SFF-CGT es claro: la falta de un convenio colectivo y las disparidades en las condiciones laborales están llevando a los empleados al límite. «Estamos siendo tratados como trabajadores de segunda, mientras la empresa ignora nuestras necesidades», afirman desde la organización. El comunicado resalta que la plantilla sufre una precariedad abrumadora, acentuada por la ausencia de una regulación uniforme que afecte a todos los trabajadores, independientemente de su ubicación o categoría laboral.
A pesar de la creciente tensión y las quejas de los empleados, el CEO de IRYO, Simone Gorini, ha calificado la huelga de «sinsentido», subrayando que la compañía hará todo lo posible por mantener la operación de sus trenes y minimizar el impacto en sus clientes. En un desayuno informativo con empresarios, aseguró que la empresa cuenta con las medidas necesarias para garantizar la continuidad del servicio, a pesar de las protestas. Sin embargo, la disconformidad entre los trabajadores persiste, lo que plantea un escenario incierto a pocos días del inicio de las fiestas.
Frente a la negativa de la dirección a atender sus demandas, los representantes sindicales han hecho un llamado a la solidaridad de la ciudadanía, pidiendo el apoyo de los viajeros y de aquellos que dependen del servicio ferroviario. «Esta lucha no es solo por nosotros, sino por la dignidad laboral que todos los trabajadores del sector ferroviario merecen», señalan. La convocatoria de huelga incluye las fechas críticas para el turismo en el país, lo que podría significar un mayor número de pasajeros afectados si finalmente se llevan a cabo las interrupciones anunciadas.
Con la tensión en aumento y el acuerdo con otros sindicatos como CCOO y Semaf, que han optado por no sumarse a la huelga, el futuro de IRYO y su operación durante la temporada alta de viajes navideños se perfilan inciertos. Los andaluces y los viajeros que planean utilizar estos servicios deben estar atentos a los nuevos desarrollos en esta situación que puede definir sus planes navideños.
La situación de IRYO en esta inminente huelga es un claro reflejo de la tensión que permea el sector ferroviario en España. No se puede ignorar que, en la época más concurrida del año, los trabajadores del sector claman por condiciones laborales dignas, enfrentándose a una dirección que parece más interesada en mantener un aparente orden en sus servicios que en escuchar las justas demandas de sus empleados. El hecho de que, en lugar de una solución negociada, veamos convocatorias de huelga en fechas críticas, indica la profundidad del descontento y la falta de atención por parte de la empresa a las necesidades de su plantilla. ¿Es realmente sostenible un modelo de negocio que ignora la voz de sus trabajadores, particularmente en un sector que debería priorizar tanto el bienestar del usuario como el de aquellos que hacen posible su funcionamiento?
Asimismo, la respuesta del CEO de IRYO al calificar la huelga de «sinsentido» resulta, por decir lo menos, desafortunada. Esta postura no solo deslegitima las quejas de los trabajadores, sino que también evidencia una desconexión alarmante con la realidad de quienes están en la base de la operación. Es fundamental que se fomente un espacio de diálogo real y efectivo, donde las demandas laborales se aborden con la seriedad que merecen. La lucha del SFF-CGT no es solo por la dignidad de los trabajadores de IRYO, sino que representa un llamado de atención sobre las condiciones laborales en el sector ferroviario en su conjunto. Si la empresa quiere ser un referente en el transporte, no puede seguir eludiendo su responsabilidad social y laboral, ya que, al final, son las personas las que hacen viable cualquier servicio y su bienestar debe ser prioritario.
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