La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo se convirtió el pasado viernes en el escenario de un acto solemne y emotivo en conmemoración del Día del Holocausto. En este día significativo, se recordó la liberación del campo de concentración de Auschwitz hace 80 años, un hito que subraya la importancia de la memoria histórica y la lucha contra el antisemitismo. La ceremonia fue enriquecida por el testimonio en vídeo de Moshé Haelion, un superviviente del Holocausto que falleció en 2022, quien dejó una profunda huella en todos quienes estuvieron presentes.
A través de fragmentos desgarradores de su experiencia, Haelion compartió la angustia y el horror que vivió en Auschwitz, planteando interrogantes sobre la capacidad humana para infligir tales atrocidades. «¿Cómo es posible que los alemanes, un país civilizado, nos estén matando?», cuestionó, recordando la difícil realidad que enfrentó junto a millones de personas inocentes. Su llamamiento a la empatía y la reflexión resonó profundamente entre las autoridades y asistentes, quienes no pudieron evitar ser tocados por su relato.
Representantes de distintas instituciones, incluyendo a la consejera de Cultura, Patricia del Pozo, y al presidente del Parlamento andaluz, Jesús Aguirre, se dieron cita para honrar la memoria de los más de seis millones de judíos que perdieron la vida a causa del Holocausto. Durante la ceremonia, se llevó a cabo el encendido de seis velas en un acto simbólico que representó a cada una de las víctimas. Las palabras de los asistentes reflejaron la urgencia de mantener viva la memoria colectiva como herramienta de prevención ante el odio.
Patricia del Pozo enfatizó la responsabilidad que recae en las instituciones para promover los valores de convivencia, igualdad y respeto. En un contexto donde los discursos de odio vuelven a cobrar fuerza, destacó la labor de la Fundación Tres Culturas como un baluarte en la lucha contra la intolerancia. La consejera subrayó que el evento de este año adquiere una relevancia particular, invitando a la sociedad a no olvidar el pasados de sufrimiento para construir un futuro más justo.
La directora general de Igualdad de Trato y No Discriminación contra el Racismo, Beatriz Carrillo, hizo eco de un mensaje poderoso: “El odio contra el diferente no mengua”. En su intervención, destacó la necesidad de combatir cualquier tipo de injusticia y recordó que las víctimas del Holocausto no solo incluían a los judíos, sino también a discapacitados, homosexuales y gitanos, grupos ampliamente perseguidos durante la dictadura nazi. Carrillo instó a todos los presentes a actuar decididamente contra cualquier forma de discriminación.
El acto concluyó con un llamado a la memoria activa, donde David Obadía, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, recordó la obligación de la sociedad de aprender del pasado para evitar que la barbarie resurja. Hizo un llamado a forjar un futuro sin antisemitismo, ante un panorama creciente de hostilidad hacia las comunidades minoritarias. Su voz, junto con la de otros líderes presentes, resonó con la convicción de que el recuerdo del Holocausto debe servir como un faro de advertencia en contra del odio y la intolerancia, promoviendo un compromiso colectivo hacia una democracia más inclusiva.
La conmemoración del Día del Holocausto en Sevilla, organizada por la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, se erige no solo como un tributo a las víctimas, sino también como un recordatorio inquietante de la fragilidad de la civilización ante el resurgimiento de ideologías de odio. Si bien es fundamental honrar la memoria de aquellos que sufrieron las atrocidades del régimen nazi, la solemnidad del acto debe ir acompañada de un cuestionamiento más profundo sobre nuestra propia convivencia en una sociedad donde, cada vez más, los discursos de intolerancia encuentran espacio. Las palabras de Moshé Haelion, quien reflexionó sobre la paradoja de que una nación ‘civilizada’ pudiera perpetrar tales crímenes, deben servirnos como un espejo que nos obligue a mirar las convicciones que alimentan el odio en la actualidad y a la vez a comprometernos activamente en su erradicación.
La intervención de figuras institucionales, como la consejera de Cultura Patricia del Pozo, y la insistencia en la necesidad de mantener viva la memoria colectiva, son pasos decisivos hacia una sociedad más empática; sin embargo, estas declaraciones deben traducirse en acciones concretas y efectivas. Las instituciones tienen la responsabilidad de implementar políticas tangibles para la educación en valores que no solo conmemoren el pasado, sino que también prevengan futuros actos de persecución y exclusión. La voluntad de combatir cualquier forma de discriminación, como enfatizó Beatriz Carrillo al ampliar el espectro de víctimas del Holocausto, debería impulsarnos a repensar y reformar nuestros marcos legales y sociales en la actualidad, garantizando que la lección aprendida no sea simplemente un eco en las ceremonias anuales, sino un modo de vida palpable que fomente la dignidad y la igualdad de todos los ciudadanos.
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