La sanidad andaluza se encuentra en el ojo del huracán. La Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama (Amama) ha convocado a las mujeres afectadas por los recientes retrasos y errores detectados en las pruebas diagnósticas complementarias del cribado de cáncer de mama, con el objetivo de estudiar la viabilidad de una demanda colectiva contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS). La sombra de la negligencia planea sobre la Consejería de Salud y Consumo, mientras miles de mujeres viven con la incertidumbre de resultados «no concluyentes».
La presidenta de Amama, Ángela Claverol, ha sido la voz que ha alzado la preocupación y la indignación de las afectadas. En sus declaraciones, ha manifestado la necesidad de depurar responsabilidades y garantizar que este tipo de fallos no se repitan. «No podemos permitir que la salud de las mujeres andaluzas se vea comprometida por errores en un programa tan vital como el de detección precoz del cáncer de mama», sentenció Claverol. La reunión, crucial para el futuro de la demanda, tendrá lugar el próximo martes.
Los primeros análisis del SAS revelan que Cádiz, Sevilla y Málaga son las provincias donde se concentra el mayor número de casos que requieren una revisión exhaustiva. La magnitud del problema ha obligado al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, a anunciar un plan de choque para la próxima semana. El objetivo principal será, según Moreno, «corregir el problema» y, posteriormente, «tomar decisiones en cuanto a las responsabilidades políticas».
Sin embargo, la oposición no ha tardado en cargar contra la gestión del gobierno andaluz. Voces críticas señalan la falta de previsión y la descoordinación como las principales causas de esta crisis sanitaria. Mientras tanto, el presidente Moreno insiste en que la prioridad es «solventar el problema», aunque reconoce la necesidad de «detectar dónde ha estado el problema, darle solución al problema y después buscar las responsabilidades de quién ha ocasionado el problema».
El plan de choque que se presentará la próxima semana incluirá, según adelanta el presidente, un cambio en el protocolo del programa de cribado. La intención es que las mujeres reciban toda la información relevante, incluso en aquellos casos en los que existan dudas sobre los resultados. Moreno justificó la anterior práctica, que consistía en no comunicar resultados «no concluyentes» para evitar generar ansiedad, pero reconoció que es fundamental que las pacientes tengan conocimiento de su situación y puedan realizar un seguimiento adecuado. «Queremos que una por una de esas mujeres puedan ser atendidas de manera inminente», aseguró el presidente. La sanidad andaluza se enfrenta a un reto mayúsculo. La confianza de miles de mujeres está en juego, y la respuesta del SAS deberá estar a la altura de las circunstancias.
La anunciada demanda colectiva contra el SAS por los fallos en el cribado de cáncer de mama es un síntoma alarmante de la erosión de la confianza en nuestro sistema sanitario. Más allá de los errores puntuales y la presumible falta de recursos, lo que subyace es una **falta de transparencia y una comunicación deficiente con las pacientes**, prácticas que socavan la relación médico-paciente y alimentan la desconfianza. El plan de choque prometido por la Junta, aunque bienvenido, no puede ser solo una medida cosmética para apaciguar las aguas. Exige una revisión profunda del protocolo, sí, pero también un cambio cultural dentro del SAS que priorice la información clara, el acompañamiento y la empatía hacia las mujeres afectadas. No basta con corregir el error, sino que es necesario restaurar la confianza perdida.
Es encomiable la reacción de la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama (Amama), quienes actúan como la **voz de una colectividad vulnerable que se siente desamparada**. Sin embargo, la judicialización de la sanidad, si bien legítima, no debería ser la única vía para obtener respuestas. Urge un diálogo constructivo entre la Consejería de Salud y Consumo, los profesionales sanitarios y las asociaciones de pacientes para identificar las causas sistémicas de estos fallos y establecer medidas preventivas eficaces. La depuración de responsabilidades es fundamental, pero **no debe convertirse en una caza de brujas que paralice la toma de decisiones y desmoralice a los profesionales**. Es tiempo de actuar con responsabilidad, transparencia y valentía para garantizar que todas las mujeres andaluzas tengan acceso a un cribado de cáncer de mama de calidad y confianza.
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