Málaga, 4 de octubre de 2025 – La sombra de la incertidumbre se cierne sobre el programa de cribado de cáncer de mama de Andalucía, un pilar fundamental en la salud preventiva de la mujer. Tras una serie de denuncias y testimonios recogidos, se han destapado serias deficiencias en el sistema, afectando a miles de andaluzas. La magnitud del problema, inicialmente aireada por la Cadena SER y posteriormente denunciada por la Asociación Amama, ha obligado a la Junta de Andalucía a dar explicaciones ante la creciente alarma social.
El programa, que cada año examinaba a cerca de 480.000 mujeres en toda la comunidad, se enfrenta ahora a acusaciones de negligencia y opacidad. El epicentro de la polémica reside en la gestión de los resultados "no concluyentes", aquellos que requieren una mayor investigación para descartar o confirmar la presencia de células cancerígenas. Se estima que al menos 2.000 mujeres se vieron afectadas por este fallo, aunque la cifra podría ser mayor, dado que la Asociación Amama denuncia la falta de transparencia en la contabilización de los casos.
La justificación ofrecida por el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, ha encendido aún más el debate. Según el mandatario, la decisión de no comunicar de inmediato los resultados "no concluyentes" se basó en dos premisas: que el 98% de estos casos terminan siendo lesiones benignas y que se pretendía evitar "episodios de ansiedad" en las pacientes. Esta explicación ha sido recibida con indignación por las afectadas y las asociaciones de pacientes, quienes la consideran paternalista y contraria al derecho a la información y a la toma de decisiones informadas sobre la propia salud.
"¿Cómo se atreven a decidir por nosotras?", se pregunta Carmen, una de las afectadas que prefirió no revelar su apellido. "Estuve meses viviendo con la incertidumbre, sin saber si tenía cáncer o no, mientras ellos sabían que mi resultado no era claro. Me robaron un tiempo valiosísimo para afrontar la situación, fuese cual fuese". Testimonios como el de Carmen se repiten entre las afectadas, quienes claman por una investigación exhaustiva y una revisión del protocolo de comunicación de resultados.
La consejera de Salud, Rocío Hernández, se reunió recientemente con representantes de la Asociación Amama, prometiendo una auditoría interna para esclarecer los hechos y depurar responsabilidades. Sin embargo, la desconfianza es palpable. Las afectadas exigen medidas concretas, como la creación de un registro transparente de casos afectados y la implementación de un sistema de comunicación ágil y eficaz que garantice el derecho a la información de las pacientes. La credibilidad del programa de cribado, y la confianza de las andaluzas en el sistema sanitario público, penden de un hilo. La Junta tiene la responsabilidad de actuar con celeridad y transparencia para restaurar esa confianza y garantizar la seguridad y el bienestar de las mujeres andaluzas.
La justificación de la Junta, amparándose en un supuesto paternalismo para evitar la «ansiedad» de las pacientes, resulta no solo condescendiente sino peligrosamente contraproducente. La autonomía sobre el propio cuerpo y la capacidad de tomar decisiones informadas son derechos inalienables, especialmente cuando se trata de salud. Ocultar información, incluso con las mejores intenciones, sienta un precedente nefasto que socava la confianza en el sistema sanitario y deja a las mujeres vulnerables ante una posible enfermedad que, detectada a tiempo, podría tener un pronóstico mucho más favorable. La transparencia y la comunicación clara no son un lujo, sino una necesidad imperiosa en la atención sanitaria.
Más allá de las promesas de auditorías y reuniones con asociaciones, lo que se necesita es una profunda revisión del protocolo y, sobre todo, un cambio de mentalidad. Es crucial abandonar la actitud paternalista y adoptar un enfoque centrado en la paciente, donde la información se comparta de forma clara, accesible y comprensible. La creación de un registro transparente de casos afectados y la implementación de un sistema de comunicación ágil y eficaz son medidas urgentes. Sin embargo, la verdadera prueba de fuego será la capacidad de la Junta de Andalucía para demostrar que ha aprendido de este error y que está realmente comprometida con la salud y el bienestar de las mujeres andaluzas, restaurando así la confianza en un programa de cribado que, hasta ahora, había sido un ejemplo a seguir.
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